domingo, junio 26, 2011

Sciamanna nació actor

Es caraqueño desde hace 43 años. Su nombre propio, porque no usa seudónimo, lo dice todo: Luigi Sciamanna, intérprete y director. Y es por eso que durante las últimas semanas ha ganado premios importantes: el Municipal de Teatro de Caracas, por encarnar al filósofo neonazi Martin Heidegger, y en el Festival de Cine de Mérida, al revivir al pintor Armando Reverón.
-¿Satisfecho, cuando lleva más de 20 años en estas lides?
-Para mi, mal contados son 24. Y me siento realizado, soy inquieto y curioso. Estoy creciendo y madurando. Sigo pa' lante....!!!
-¿Cuándo comenzaron el teatro y el cine para usted, bien como director o actor?
-Nací actor. Un poco antes de los diez años, asistiendo en compañía de mis padres al autocine La Paz, al lado del velódromo Teo Capriles en La Vega, comencé a decirles que "quería hacer eso que hacen los señores en la pantalla": actuar. Llegó a mi vida desde la infancia porque gracias a mi madre, Rosanna Denti, en mi casa se iba al cine y mucho. A mi padre, Giuseppe Sciamanna, el cine lo aburría, pero complacía a mi madre. Allí, desde el asiento trasero del viejo Dodge Dart, la vocación me susurró al oído. Las películas de mi infancia fueron un Gulliver, animado y musical; Pinocchio, en la versión de Disney; Singin in the rain; War of the Worlds; Bridge on the River Kwai; Jason and the Argonauts; Hello Dolly y Star Wars. Durante la adolescencia, creciendo bajo el amparo de una televisión que ofrecía historias como Pobre Negro, La señora de Cárdenas o La hija de Juana Crespo, pensaba que la vía para comenzar la carrera de actor era la televisión. Una tarde, ya estando en bachillerato, en compañía de Reynaldo Cerquone, fui a la academia de la televisión ubicada en Parque Central porque había escuchado que allí, Amalia Pérez Díaz, daba un curso de actuación que era pasaporte directo para entrar a RCTV. No pasé del mostrador. Un señor me explicó que el curso no se estaba dando en ese momento Y que para inscribirme debía tener 18 años.
-Intenso y melodramático, solo contra el mundo y los dioses, es decir, adolescente total, entendí que mi destino no era ser actor, que algo superior conspiraba contra mi anhelo de dedicarme al viejo arte de ser otro. Decidí entonces ser director. Cuando, contra viento y marea, en 1986, entré a la Escuela de Artes de la UCV, lo hice con la decisión de graduarme en mención cine. Y así ocurrió.
Ulive en escena
Sciamanna no esperaba que, hacia el año 1986, “estando una mañana parado en el pasillo único y central de la Escuela de Artes, pasó corriendo Manuel Barreto quien me vociferaba en su agitación si no me presentaría a las audiciones de Ugo Ulive para entrar en su taller de teatro. Manuel se detuvo, me indicó el sitio y la hora y allí comenzó una buena parte del todo. Audicioné con Nuntius, texto breve que ya había escrito en esa época. Quedé y el 3 de junio de 1987, a las 6 de la tarde, en única función, con entrada libre, me presentaba en el Auditorio de la Facultad de Humanidades en Nuestro Hamlet, versión libérrima de Ulive inspirada en Shakespeare y en Tom Stoppard. Un mes después, el 16 de julio, debutaba oficialmente en Juan de la Noche de Alicia Álamo Bartolomé, dirigida por Ulive. Este montaje no sólo significó mi estreno como actor, sino que me abrió las puertas a toda una generación de actores que no he dejado de querer y respetar. Recuerdo mi primer sueldo: cuatro mil quinientos bolívares. Me sentía millonario. Esos sí que eran bolívares fuertes.
Mimí Lazo culpable
El debut de Sciamanna en el cine fue otra cosa. “Como actor, comenzó para mí casi como la actuación en el teatro. Cuando menos lo esperaba. Si el mensajero del teatro fue Manuel Barreto, el del cine fue en este caso una vestal: Mimí Lazo. Acabábamos de terminar la temporada de El dorado y el amor de Ulive, dirigida por Antonio Costante para la Compañía Nacional de Teatro, allá en la esquina de Cipreses. Una tarde me tocó llevar al teatro al maestro Fernando Gómez porque se le "espichó" un caucho y no tenía tiempo de repararlo. Cuando llegamos al Nacional, una tarde de septiembre de 1994, nos quedamos dentro del automóvil conversando y protegiéndonos de una melancólica garúa. Entonces apareció Mimí Lazo que, desde lejos, venía gesticulando de manera ampulosa. Llegó hasta nosotros y literalmente me sacó del vehículo y llevó a su camerino. Allí, de su cartera, extrajo el famoso modelo de teléfono celular de ese año y que todos conocíamos como "el zapatófono", en homenaje al Superagente 86, Maxwell Smart. Mimí hizo una llamada y le insistía a su interlocutora que ella "había encontrado al actor, que lo tenía en frente y que se lo enviaba ya para que la interlocutora me conociera". Debo decir que en ese momento comenzaba ya a tener un poco de calvicie, había aumentado unos seis kilos para la pieza de Ulive, tenía el cabello largo, estaba sin afeitar, con unos tenis gastados, un pantalón de mono usado y una franela vieja. Era la pinta perfecta para no obtener ni una aparición como extra, pero Mimí anotó una dirección en Los Palos Grandes, la colocó en mis manos y me mandó. No había derecho a pataleo. Me esperaba una especie de valquiria tropical, exuberante, seductora, telúrica, Mireya Guanipa. Entré y me hizo un casting policial: mirando a cámara, sosteniendo un cartel con mi nombre, dando frente, perfiles y hablé un poco sobre quién era, con quién me había formado. Pasamos a su escritorio. Sentenció entonces: "Acabas de hacer la prueba para el papel principal de la película que se va a hacer sobre Antonio José de Sucre" y con esta lapidaria frase, extrajo una carpeta con fotocopias de retratos del Gran Mariscal y al ver la nariz recuerdo que pensé en mis adentros, "Por la nariz no será" y ella, como si hubiera escuchado ese pensamiento, agregó: "La nariz es la misma". Es verdad, eran, son, idénticas. Pero sonreí con escepticismo amargo. Para un joven actor de teatro, de 27 años, desconocido para el público, y con aquella pinta de desempleado, que se le adjudicara un papel protagónico en una película lucía impensable. Sin embargo, al día siguiente fui citado a las 2 de la tarde para conocer a Alidha Ávila en su casa y a las 6, entrando la noche, salí con el guión bajo el brazo y el personaje entre pecho y espalda. Había llegado el celuloide. El niño del autocine sonreía. Aquel casting fue mágico, extraño y a las preguntas de Mireya Guanipa se sumó otra mujer, que resultó ser productora de campo de la película. "Cocó", mientras la Guanipa me tomaba la mano izquierda y la palpaba y sobaba. Así, al terminar Mireya, "Cocó", mirándome a los ojos, habló con carácter sibilino: "Esta va a ser una película muy especial, ¿sabes? El equipo está todo conformado por mujeres y eso es único, ya te darás cuenta". Yo era Tannhäuser entrando al Monte de Venus. Sucre se estrenó con suerte irregular el domingo 17 día domingo 17 de diciembre de 1995, a las 8 de la noche, trasmitida al mismo tiempo por el Canal 8 y RCTV. Nos dicen ahora que esa Venezuela no era de todos”.


La ponzoña de Cabrujas

José Ignacio Cabrujas luce inquieto. Algunos asuntos artísticos y personales le preocupan, como esa experimentación con un teatro mal llamado comercial en que andan sus alumnos favoritos; anhela que la película de Román Chalbaud, Días de poder, en cuyo guión destacan también sus huellas, pase la prueba de fuego de la taquilla, porque detrás galopa un proyecto con El aplauso va por dentro, notable monólogo de Mónica Montañés que persigue la gran pantalla; desea culminar ambicioso negocio televisivo en Bogotá, porque no quiere salir más de Caracas o de Margarita; prefiere estar cerca al mar y, especialmente, del Parque de los Caobos donde, durante los fines de semana, pasea con su nieto, el hijo de Diego Cabrujas Palacios; y está a punto de concluir otra pieza, la cual suma todo su arte, para mostrar la ponzoña que sí tiene el teatro venezolano contra los gobernantes y rendir homenaje al integro Bertold Brecht, olvidado por sus camaradas.
Ese Cabrujas es su fantasma que nos recordó algunas preocupaciones. Hizo mutis el 21 de octubre de 1995 y ahora son pocos quienes lo evocan, salvo el caso del Grupo Actoral 80 que ha escenificado sus textos El americano ilustrado (2000), El día que me quieras (2005) y adelanta la segunda temporada de Acto cultural, donde materializan angustias y frustraciones de los artistas que sobreviven en Venezuela.
Cabrujas no conoció a los jóvenes que dan urticante vida a su Acto Cultural, en la Sala Alterna del Trasnocho Cultural, ni soñó jamás que “El chiqui”, o sea Héctor Manrique, fuera el gran responsable de las empresas culturales del GA-80. Es por eso que Samantha Castillo, Melissa Wolf, Angélica Arteaga, Juvel Vielma, Daniel Rodríguez y Juan Vicente Pérez han dado todo lo que tienen para homenajear al ausente que regresa siempre.
No hay vademécum para descifrar el teatro de Cabrujas. Pergeñó sus piezas con estructuras cómodas –utiliza el grotesco criollo argentino, con toques venezolanos- para ser degustadas por el público y las preñó de metáforas sociológicas y hasta filosóficas, porque fue un pensador comprometido, formado con marxismo y existencialismo, que devino en dramaturgo.
Después de 35 años ha retornado este Acto cultural que montan tres hombres y tres mujeres de diversas edades, habitantes de San Rafael de Ejido, para festejar las cinco décadas de una sociedad dedicada a fomentar las artes, las ciencias y las industrias. Ensayan y exhiben el drama histórico Colón Cristóbal, el genovés alucinado, pero durante la representación se desdoblan y afloran contradicciones, frustraciones y las perennes derrotas en que han vivido. Ese cuento sobre el descubridor de un mundo no es más que un pretexto para intentar trascender como artistas antes esa comunidad que los contempla, pero la realidad es que están solos, siempre estuvieron íngrimos en sus luchas.
Cabrujas alude a la soledad del artista en una sociedad que lo ignora, cuestiona al país que vive únicamente para efemérides y no afronta los problemas que lastran su desarrollo. Así nos lo dijo.
Y para quienes duden de la vida de Cabrujas más allá de su tumba, les recomendamos que revisen sus obras e interpreten sus metáforas. No es tan difícil, solo se exige paciencia.

jueves, junio 23, 2011

Cinco señoras de Maracaibo

Aunque suene a perogrullada, el teatro venezolano no es únicamente el que se produce y representa en Caracas. También hay otras manifestaciones artisticas importantes en diversas regiones y ciudades, pero las cuales no llegan por múltiples razones que no vamos a recordar en esta crónica, la primera que hemos programado sobre el teatro extracaraqueño.

Aclarado esto, debemos subrayar que en silencio, aunque eso es imposible cuando de maracuchos y maracuchas se trata, en la capital zuliana un puñado de hombres y mujeres desde hace muchos meses están produciendo y representado sendos espectáculos los cuales ha logrado atraer a más de 50 mil personas y es ahora cuando se disponen a presentarse en Caracas, en fechas aún sin definir.

Se trata de Señoras de Maracaibo, en sus dos versiones, espectáculo que retrata el ir y venir de la memoria y escritura de cinco actores que encarnan a las mujeres que trajinan desde sus experiencias convirtiéndolas en señoras para la anécdota, en cuentos para seguir asombrando a su audiencia, insistimos por ahora, de esa cálida región venezolana.

Es, pues, un montaje del más puro travestismo teatral criollo, donde Ricardo Lugo, Henry Semprún, Carlos Guevara, José Bermúdez y José Molero revivieron los recuerdos de sus mujeres amadas para reinterpretarlas en la escena. Cinco mujeres -Dalia, Guillermina, Marucha, La China y la “Muda” Mística- que ríen y lloran en monólogos. Las referencias de sus Maracaibos se presentan en esas damas para trasladarnos a los olores de las casa de los abuelos y abuelas.

Pero Señoras de Maracaibo, en sus dos versiones, es el producto del trabajo social y artístico de la Fundación para el Desarrollo de la Dramaturgia Regional (Fundrama), el Núcleo de Expresión Escénica de la Universidad Bolivariana de Venezuela y el Consejo Comunal “Batalla de Pichincha” , instituciones que se identifican con el sentir y el calor de la zulianidad, algo que envidiamos aquí en Caracas.

El espectáculo

Señoras de Maracaibo con su mueble naranja de la señora Margarita Aguillón, nos permite el divino vuelo de elevarnos en el maravilloso poder de la reconstrucción de nuestras localidades. Señoras de Maracaibo pasa a la historia del teatro zuliano por ser la primera en tener llenos totales en los espacios en donde se ha exhibido”, como lo puntualiza su director y dramaturgo Richard Olivero.

Señoras de Maracaibo, subraya Richard Olivero, es una obra sincrética por su variedad expositiva, urbana por sus maneras, pero sobre todo llena de pulsiones sociológicas. Prevalece sin embargo la autonomía de la recreación, retrato eficiente de unos hábitos enclavados en una comunidad y proyectados ya fuera del realismo. Tal vez de manera instintiva los aspectos formales han sido salvados con solemnidad, magnificar un clima puede llevar a la caricatura, ampliar rasgos para mejor hacer reír, pero aquí estas señoras hacen un limpio ejercicio de evocación, se mantienen en el límite del filo de la navaja. Si se defienden desde el pudor y el sarcasmo no es sino rescoldo de un dolor, tal vez el sexo triste y las vidas anuladas de tanto fracaso”.

Para algunas críticos y sociólogos maracuchos, Señoras de Maracaibo “no es solo la naturalidad del histrionismo de quien ha visto esas escenas en la vida real y sabe medirlas, nos emociona especialmente el sentido de un tiempo liberado, no es la crónica dudosa del día, tampoco las convenciones de la página social. Es la afirmación de un ethos ejecutado en medio del acuerdo raigal: negaciones y exaltaciones dando un perfil, asentando desde la urgencia de un desamparo los modos gregarios. Vale la pena detenerse en el carácter ejemplar de la representación, porque ayuda a comprender la alianza entre la potencia de lo artificial wildeano y las fuentes de la experiencia, en este caso sometida por la distancia de los hechos cumplidos aunque latentes, justamente por eso algunos espectadores sonríen sin hacerse notar. El humor matiza el realismo pero nos recuerda que en esas vidas media una imposibilidad, son seres lacerados por la medianía, adoloridos aunque algo de ternura los pone a resguardo del resentimiento y construyen una saga con sus retazos también nos están diciendo cuanta desolación puede caber en lo pintoresco, en los estilos desesperados de un provincianismo de alma. Traducido a un lenguaje más silencioso, el alegato de estas señoras pudiera reivindicar identidades más amplias, y para un público ya no local, pues encarna conflictos cuya resolución supone transitar entre la fatalidad y el deseo de conjurar un destino asfixiante.”

Cinco mujeres

Ricardo Lugo sobre su “Dalia”, dice que se inspiró en varias anécdotas de su familia, “me las contó mi madre y hoy se pueden interpretar de forma jocosa, a lo mejor en ese tiempo tuvieron otro sentido. La esencia del personaje es la unión de historias familiares. Es la primera vez que interpreto a una mujer y también es la primera vez que escribo una pieza de teatro”.

Carlos Guevara como “Guillermina Vilchez de Osorio”, cuenta que “mi guión lo escribí tomando información de la calle, me basé en la literatura oral que se transmite de generación en generación. Guillermina es una señora que vivió con muchas posibilidades económicas, pero termina siendo la sirvienta de su casa. La obra también es un homenaje a las mujeres maracuchas que levantan sus hogares”.

Henry Semprún como “Marucha Boscán” cuenta que “por primera vez después de muchos años volví a actuar y decidí que el personaje a interpretar sería mi madre. Mi mamá es una señora de Maracaibo. El guión que escribí es basado en su vida y el personaje es un poco explosivo. Quisimos registrar esa historia local de la mujer y de la señora maracucha popular bajo la dirección de Richard Olivero”.

José Bermúdez explica que “Mística” es una una señora muda y “por la necesidad de la palabra y de texto recurro al lenguaje de los signos y símbolos. El personaje está basado en algunas anécdotas de la vida real, como es el caso del esposo que dice que comprará cigarros y abandona a la mujer, esa es la historia de una amiga. Elegí que mi personaje fuera mudo por la jocosidad que eso genera”.

Richard Olivero, el director, revela que todo esto se inició por una invitación de Fundrama (Fundación para el Desarrollo de la Dramaturgia Regional) para homenajear a Homero Montes y Fernando Perdomo (fallecido) quienes fueron unos íconos en el teatro zuliano. “Ellos interpretaron unos personajes muy arquetípicos de la mujer maracucha. Es un homenaje a estos dos actores”.

El velorio

Según una crónica del diario La Verdad, Dalia, Marucha, Guillermina y el resto de las damas maracuchas alegraron a los zulianos en el Teatro Baralt, donde la famosa obra de Fundrama -la institución productora- presentó su exitosa segunda edición: Las señoras de Maracaibo y el velorio de Eudo Mario.

El escenario estaba convertido en la casa de Dalia, pero ahora no la adornaban los viejos muebles, sino una urna que tiene adentro el cuerpo sin vida de su esposo Eudo Mario. Rezos, llantos y lamentos ambientan la escena que evoca perfectamente los velorios marabinos de antaño.”

"¡Ay mija! ¿Por qué me estáis cobrando en estos momentos? Si yo no tengo cobres. Todo se me fue en las cositas que tuve que comprar para la mortoria... Claro, vos sabéis que para estas cosas se necesita diablito, galletas, café, fósforos, cigarros y leche", dijo de entrada Dalia envuelta en un traje negro. Las risas no se hicieron esperar, ni mucho menos los aplausos. Todos se divertían con las ocurrencias, más aún cuando salieron las demás comadres: Marucha, Guillermina, la "China" Contreras y la "Muda".

Los refranes y las tradicionales frases populares del Zulia salieron en las pintorescas conversaciones. Estuvieron llorando, peleando y chismeando alrededor del ataúd durante una hora. Se echaron mentol y una de ellas hasta tuvo que "bajarse la pantaletas" para aplicarse talco, "tenía mucha calor". Se despidieron al son de La Guacherna, mientras los espectadores emocionados, ovacionaron la pieza creada por Fundrama”.

Las señoras de Maracaibo y el velorio de Eudo Mario tiene una función el domingo 3 de julio,a las siete de la noche, en el Centro de Arte de Maracaibo Lya Bermúdez, a la cual acudirán varios periodistas y críticos de Caracas. La Tierra del Sol Amada bien se merece un viaje para conocer más a su gente y su teatro


martes, junio 21, 2011

Trilogía de amor y sexo

El grupo teatral Theja, fundado hace 38 años por José Simón “Chao” Escalona y un grupo de amigos y familiares, no ha muerto ni anda de parranda. Todo lo contrario: vive, ama, lucha y trabaja para continuar en la escena venezolana. No se ha detenido por su éxodo de la sala “Alberto de Paz y Mateos”, donde hicieron montajes históricos y además incrementaron la comunidad artística. Para decirlo en mínimas palabras: El teatro venezolano está en deuda con esa institución por sus aportes estéticos a la puesta en escena.

Pero Theja y su conglomerado de amigos no están esperando reconocimientos ni nada parecido. Prosiguen con sus planes para escenificar al shakesperano Rey Lear (con Javier Vidal protagónico), además de los montajes de Ejecutivas y De todas todas, piezas problemáticas, o difíciles como reconoce su autor, el mismo “Chao”.

Pero mientras llegan esos tres estrenos, además del singular operativo para conseguir las respectivas salas de exhibición, Theja ha publicado Trilogía, un texto de 142 páginas que compila las piezas De todo corazón, De todos modos y De todas todas, escritas por “Chao”.

La presentación de Trilogía, pautada para el jueves 23 de junio en el Ateneo de Caracas a las 7:30 PM, estará a cargo de Javier Vidal y los padrinos serán los actores que intervinieron en las piezas que ya han sido escenificadas, como Julie Restifo, Nacarid Escalona, Virginia Urdaneta, Nacho Huett, Alfonso Medina, Luis Olavarrieta, Héctor Peña y el mismo Vidal.

Hay que recordar que “ Chao” (Ciudad Bolívar, 17 de mayo de 1954) ha escrito y llevado a escena casi todas sus piezas: El último grito de las animas (1977), Cuatro esquinas (1979), Marilyn, la última pasión (1983), Señoras ( 1984), Jav & Jos (1985), Padre e hijo (1987), Ángeles y arcángeles (1988), De todo corazón (1995), A María Queras todos la llaman Mari (1999), De todos modos (2003), De todas, todas (2007) y Ejecutivas (2009).

Vidal, quien hace el prólogo de este libro, con el sopesado ensayo “Trilogía esperanzadora de un Escalona amoroso”, afirma que "Chao" ha sido clasificado en la cátedra de Teatro venezolano contemporáneo del postgrado de Teatro Latinoamericano de la UCV, como un autor de los 80. “Aceptando esta clasificación y corte epistemólogico, me he abocado a reseñar y comentar una pequeña parte de su dramaturgia que por sus características conceptuales se inserta en esta época y mantiene a su vez un contacto con el espíritu del mismo y una independencia poética que la hace original y escapa de cualquier similitud dramaturgistica con su compañeros de generación como son Mariela Romero, Edilio Peña, Larry Herrera Ibsen Martínez, Ugo Ulive y Ethel Dahbar”.

El prologuista califica de trilogía de la esperanza a las piezas que ahora compila la publicación y acentúa que en De todas todas, “el tema del sexo emerge como anatema a la muerte que va declinando en la empinada pared donde Escalona escala sin malla protectora porque aparece nuevamente la homosexualidad como problema social y obviamente el sexo obsesivo en la compleja relación de genero estigmatizado por el entorno hipócrita y de doble moral. Un hombre en las fronteras de los 50, es decir, otro anciano para nuestro país, con un joven en sus 20 con mentalidad y cuerpo de teennager, cuya íntima relación, a pesar de consumarse fisicamente- y parece que bien- nunca termina por definirse en el cotidiano roce del convivir y cohabitar en un mismo apartamento a lo largo de diez años sin dar muchas explicaciones”.

Y Vidal, como piensa y cree muy bien lo que suscribe, destaca que “el dramaturgo no es un consejero con pretensiones didácticas. Es un artista que detecta proyectivamente su entorno y lo expone sobre las tablas en trazos a mano alzada. Cuanto más subjetivo más cercano a la realidad. Cuando más mentiroso mucho más verdadero, mucho más teatral, mucho más artístico. José Simón Escalona, en ultima y primera instancia es un gran artista”.

Habrá que esperar al estreno de Todas todas todas porque es la prueba de fuego de todo texto teatral, aunque nosotros ya devoramos y degustamos imaginativamente esa desgarradora obra, cuyo protagonista, EL SEÑOR, debe cerrar el espectáculo con esta frase que lo resume todo: “la alegría no alimenta a la mentira. De cualquier manera, yo acepto. De todas todas, yo digo si, porque esto es para mi el amor”.

La presentación de Trilogía se hace en el Ateneo de Caracas (Avenida La Salle, Quinta La Colina, diagonal a Venevisión, Colinas de Los Caobos), porque Escalona quiso iniciar así la segunda etapa de su Theja en la nueva sede de la institución que los lanzó, hace 38 años, cuando exhibieron el espectáculo Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta, creado a partir del texto homónimo de Pablo Neruda.


domingo, junio 19, 2011

La posadera venezolana

¡Más vale tarde que nunca! Hemos presenciado parte de la 19 edición del Festival de Teatro Interclubes 2011. Valioso evento producido por las secciones culturales de comunidades italianas, canarias, asturianas, portugueses, judías, catalanas, estadounidenses y, por supuesto, venezolanas, además de sendas representaciones procedentes de Valencia y Maracay.
Ahí, entre el 10 y el 25 de junio, participan 15 autores, 200 artistas, 100 técnicos y no menos de 5 mil espectadores, importantísimo caudal humano que es aplaudido en los escenarios de los clubes caraqueños, especialmente el Centro Italo Venezolano (CIV).
Gracias a esta competencia –puesta en marcha por la Agrupación Teatral Maschere del CIV y dedicada a exaltar la labor tesonera de Marcella Mosca, por sus 42 años de labores en pro del desarrollo cultural y artístico de venezolanos y extranjeros en Caracas- es posible presenciar ahora espectáculos con textos de Carlo Goldoni, Enrique Bariego, Noel Coward, V. Brittain y G. Slovo, Andrés Eloy Blanco y Aquiles Nazoa, Enrique Jardiel Poncela, Gerardo Blanco, Tennessee Williams, Jordi Garcelan, Ricardo Grasso, Alejandro Casona, Orlando Alonso y Miguel Mihura.
No debemos emitir juicios de valor sobre los montajes vistos hasta ahora, porque el festival es competitivo y además presidimos el jurado que hace las respectivas evaluaciones, donde hay especialistas como Gioia Lombardini, Ghrislaine Latorraca, Iris Dubs, Augusto Galindez, Joaquín Lugo y Douglas Palumbo. Pero sí podemos aplaudir la entrega y la paciencia de los elencos vistos, y los que veremos durante la próxima semana, y además subrayar esa pasión que los lleva a estudiar, ensayar y mostrarse antes sus públicos, siempre buscando el mejor nivel de interpretación. Con gente así -más vinculada a la cartelera profesional- Caracas, Valencia y Maracay tendrían más y mejores espectáculos.
No obstante, podemos reseñar la producción, fuera de competencia, del CIV, La Posadera, de Goldoni. Impactante versión y escenificación de Giovanni Reali, con los desempeños actorales de Ángela Di Ienzo, Armida Quintana, Natale La Rocca, Antonio Urdaneta, Juan C. Guedes, Raquel Cisneros, Alexander Rodríguez, Raquel Lisbona, Roberto Marinaro, Virginia Rocco, Blanca Tommasetti y Julián García; la cual contó con acróbatas y bailarines como Reinaldo Kei, Julio Rodríguez, Silder Briceño, Juan Carlos Torres, Werner Madriz, Cahterine Pintos, Jesús Guanipa,Daniel Carias y Ademar Mariño; y los músicos Mariana Piñango, Antonio Perdomo, Jerry de los Ríos y Javier Triana.
Es impactante y espectacular lo mostrado por Reali y su sincronizado equipo, especialmente con las profesionales performances de Urdaneta y La Rocca. Un montaje que puede ser exhibido en una sala comercial por la calidad del mismo. Además es una de esas piezas donde Goldoni resume una cátedra de gran seducción femenina, como la que vive la Mirandolina, empeñada en buscar al hombre necesario para su vida.
Y como colofón de esta insólita experiencia sociocultural para los crispados tiempos que vivimos en esta Tierra de Gracia, esta el hecho de que el teatro profesional está acorralado por la comercialización galopante, mientras que el teatro no profesional de los clubes es capaz de planificar y realizar un festival con todas las de la ley, donde el público es lo más asombroso por su placentera presencia y su indeclinable colaboración para con esos artistas, porque ellos son sus familiares o amigos o simplemente socios.
Algo, pues, muy gratificante sucede con todo el teatro venezolano, que no se doblega y da la pelea contra la incultura y la barbarie, a pesar de que esta viviendo más trabajos que ratón en ferretería.

sábado, junio 18, 2011

Como vaya viniendo

No es seudónimo ni tampoco nativo de Maracaibo, donde bautizan a niños y niñas con raros u originales nominaciones. Damos fe que es el nombre propio de un esmerado trabajador de la cultura, con importantes obras originales, a quien conocimos cuando aún era el anónimo autor de una pieza teatral que marcaría la historia de las artes escénicas venezolanas: Humboldt y Bonpland, taxidermistas.
Este Ibsen Martínez, ahora en cómoda ruta hacia los 60 años de una rumbosa y bien trabajada vida intelectual, además de ser reincidente en las relaciones sentimentales tradicionales y progenitor durante dos ocasiones, reaparece además en el escenario Banca Centro Cultural, al lado del popular actor Franklin Virgüez, con el espectáculo Como vaya viniendo, el cual hace temporada desde el 17 de junio, con la dirección y la producción de Daniel Uribe y Marcos Purroy, del Centro de Directores para el Nuevo Teatro.
Este dramaturgo y novelista, además de temible articulista de prensa, y ahora -cuando se en ruta hacia los 60 años, que los cumple en octubre- se siente muy orgulloso de su nombre propio. Explica que Como vaya viniendo no es otra cosa que un ácido comentario teatral sobre la actualidad sociopolítica venezolana, para lo cual ha trasladado desde la popular pantalla chica, de la extinguida Radio Caracas Televisión, al teatro a uno de los personajes más recordados de la célebre telenovela Por estas calles, al filósofo popular Eudomar Santos, que encarnaba Franklin Virgüez.
Advierte que casi 20 años después, Eudomar vuelve, siempre interpretado por su alter ego, para confrontar al propio Virgüez, quien se desdobla en escena con ambos roles y se monta en las tablas, además, para ser entrevistado por su creador. Ellos, dos de carne y hueso y uno de ficción escénica, contarán sus peripecias en una especie de comedia satírica que trasciende el tiempo de la IV República que los vio nacer, y que ahora es tan actual como el apotegma “como vaya viniendo vamos viendo”.
Sí, por primera vez, Ibsen Martínez se interpreta a sí mismo en una de sus obras -también ha escrito La hora Texaco, LSD y Fiero amor – porque quiere aclarar con su misma voz una serie de cosas que se han dicho de su famosa telenovela.
-¿Qué es lo que quiere decir ahora?
-Tanto se ha dicho de la susodicha novela que yo quiero aclarar cosas que no son verdad, como que por ese teleserie nuestra Venezuela se haya encaminado por donde anda ahora. Eso no es verdad y espero explicarlo suficientemente, gracias a Eudomar Santos y Franklin. Es lo que puedo y debo decir por ahora.
-¿Obras en el horno?
-Si, en agosto, gracias a mi pana fraternal, Héctor Manrique, se podrá ver Petroleros suicidas y para finales de año, lo más seguro, hay una obra sobre Diógenes Escalante, escrita a cuatro manos con Francisco Suniaga, el exitoso autor de la novela El pasajero de Truman.
Hijo de maestra de escuela
Luis Martínez, el padre de Ibsen, nieto de agricultores canarios quienes llegaron a la zona de San Diego de los Altos, se vinculó a la producción petrolera en la zona de Monagas y se empató con la maestra de escuela con quien procrearon a tres muchachos. “Mi padre era un antiyanqui no marxista, le tenía bronca a los gringos, aunque hablaba muy bien el inglés. Mi madre, María Teresa Pimentel de Martínez, me puso como nombre Ibsen porque se enamoró de un libro de obras completas de Henrik Ibsen que le regaló un gringo. Ella nunca había visto una pieza teatral en la escena y lo primero que disfrutó fue mi Humboldt y Bonpland, taxidermistas. Así podría explicar porque yo me llamo así”.
Improvisar es norma
Franklin Virgüez niega intenciones ocultas en la resurrección de Eudomar Santos. ”No hay nada, se trata de un personaje recordado por lo que significó Por estas calles y todo lo que de ahí se desprendió. Él solamente contará y reflexionará sobre lo que pasó en Venezuela desde cuando se despidió de su audiencia hasta ahora, algo así como 17 años. Y lo que le ha pasado a él, además”. Asegura que, la famosa frase de su sosías Eudomar Santos está vigente, porque, “Como vaya viniendo, vamos viendo” no es otra cosa que “vamos a improvisar", porque lamentablemente, desde el río Bravo hasta el estrecho de Magallanes, en todos los países de habla hispana, sus habitantes desechan la planificación, no hacen agenda para sus vidas en particular, ni tanpoco en lo general, todo se improvisa. "No somos como los europeos que planifican todo, que organizan todo lo inherente a sus vidas personales y procesos comunitarios. Para ellos la improvisación cuesta dinero y tiempo. Para los latinoamericanos la improvisación puede ser una ventaja o una maldición, así lo utilizaba mi Eudomar Santos”. Reconoce que cuando se deja de improvisar y se planifica es casi seguro que las cosas van a mejorar o cambiar. “Pero una golondrina no hace verano y con un Eudomar que cambie no cambia este subcontinente. Eudomar sigue vivo y por eso regresa”. Aclara que ya no es como su personaje. “Planifico y es gracias a eso que he vivido diez años en Estados Unidos y puedo trabajar allá y venir a Venezuela para hacer telenovelas o teatro, como es el caso”.
Dividió la historia
Por estas calles
, telenovela creada por Ibsen Martínez, producida y transmitida desde Radio Caracas Televisión entre el 25 de junio de 1992 al 30 de agosto de 1994, escindió la historia de los seriados venezolanos. Para algunos analistas de los "Mass media", esa “teleculebra” tuvo tanta repercusión entre el público que éste tomó una decisión definitiva contra los lideres de los partidos políticos tradicionales, quienes no quedaron bien parados en la trama de la teleserie, como lo demostraron los resultados de las elecciones generales de 1998. Más allá de los evaluaciones sociopolíticas derivadas de esa telenovela, sus personajes dejaron otras huellas entre la audiencia y en especial Eudomar Santos, encarnado por Franklin Virgüez, quien impuso una frase o sentencia que utilizaba cuando afrontaba una decisión o asumía un compromiso de cualquier tamaño o importancia: “Como vaya viniendo, vamos viendo”.

lunes, junio 13, 2011

Premios teatrales Caracas 2010-2011

No hay oro ni trofeos suficientes para reconocer la labor cultural pública que hacen los teatreros venezolanos dentro y fuera del territorio nacional. Hay miles de ellos entregados a esa apasionada profesión desde hace años o siglos, como dirían otros. Lo único cierto es que se trata de la disciplina artística más combativa y la más combatida, porque son artistas que manejan la palabra y la misma no es de halago ni de aplauso sino de crítica a todo lo existente, porque así ha sido siempre desde que el teatro fue creado para predicar a los ciudadanos las normas básicas de la convivencia humana y exaltar la verdad y el amor
Hacemos esta evocación dirigida a todos los que hacen posible la magia teatral, porque hemos integrado el jurado calificador del Premio Municipal de Teatro Cesar Rengifo 2011, que otorga el Concejo del Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Capital. El único galardón en su estilo que existe en Venezuela, hasta ahora.
Ahí, junto a la actriz Aura Rivas, la coreógrafa Ana Castellucci, el actor Roger Herrera y la profesora Carlota Martínez, deliberamos y adjudicamos los siguientes galardones.
MEJOR PRODUCCION: Diana Peñalver por Paria. (Bs.7 mil y pergamino).
MEJOR DIRECCION: Luis Domingo González por Lírica, de Gustavo Ott. (Bs.7 mil y pergamino).

MENCIÓN HONORIFICA MEJOR DIRECCIÓN: Jericó Montilla por Doce cosas imposibles antes del desayuno.
MEJOR OBRA DE TEATRO PARA NIÑOS Y NIÑAS: Jack y las habichuelas mágicas, del grupo Skena, versión y dirección de Basilio Álvarez. (Bs. 6 mil 50 y pergamino).
MEJOR OBRA DE TEATRO DE TITERES: Mi país soñado, de José “Cheo” Morales, procedentes de Mérida. (Bs. 6 mil 50 y pergamino).
MEJOR OBRA DE TEATRO DE CALLE: En viaje de cuento del grupo El Galpón del Arte. (Bs. 6 mil y pergamino).
MEJOR OBRA DE TEATRO ACADEMICO: La isla de los esclavos, de Marivaux, dirigida por Juan José Martín. (Bs. 6 mil y pergamino).
MEJOR TEXTO DE AUTOR VENEZOLANO O EXTRANJERO: Promoción honor a mis padres, de Elio Palencia. (Bs. 5 mil y pergamino).
MEJOR ACTRIZ: María Brito por su rol protagónico en Lírica. (Bs.5 mil y pergamino).
MEJOR ACTOR: Luigi Sciamanna por su desempeño en Un informe sobre la banalidad del amor. (5 mil y pergamino).
MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
:Carolina Torres en Lìrica. (Bs. 5 mil y pergamino).
MEJOR ACTOR DE REPARTO: Gabriel Agüero por Yo soy John Lennon de Paul Salazar Rivas. (Bs.5 mil y pergamino).
MENCION HONORIFICA MEJOR ACTOR DE REPARTO: Delbis Cardona por el Contra el progreso.
MEJOR ESCENOGRAFIA: Rafael Sequera por Kombit, producción de la Compañía Nacional de Teatro. (Bs. 4 mil y pergamino).
MEJOR VESTUARIO: Jérico Montilla por Doce cosas imposibles antes del desayuno. (Bs. 4 mil y pergamino).
MEJOR ILUMINACION: Diana Peñalver por Paria. (Bs. 4 mil y pergamino).
MEJOR MUSICALIZACION: Emile Nervil por Kombit. (Bs. 4 mil y pergamino).
MEJOR MUSICA ORIGINAL: Aquiles Báez por Acto Cultural. (Bs.4 mil y pergamino).
Estos galardones serán entregados por la Comisión de Educación y Cultura del Concejo del Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Capital, en fecha que comunicaran próximamente.

sábado, junio 11, 2011

Ellas sobrevivirán

Hace décadas, la actriz Agustina Martín sembró una semilla que sobrevivió a los cambios de gobiernos en Venezuela. Y es por eso que una nueva generación de funcionarios y artistas hicieron realidad, desde el año 2010, al Sistema Nacional de Teatro Penitenciario (SNTP), el cual ha proseguido en su tarea de dignificar y humanizar al sistema carcelario con las herramientas que proporcionan las artes escénicas, haciendo del teatro más que un fin, un medio para la transformación interna de la población carcelaria, la cual actualmente ronda por los 43 mil reclusos y 2 mil reclusas, según datos suministrados por los funcionarios Reynaldo Hidalgo e Isabel González.
Y es gracias al tesón del SNTP, contando con el asesoramiento del Centro de Directores para el Nuevo Teatro, que vimos en la sala Julia Rojas de Unearte, en la noche del pasado 6 de abril, el estremecedor y hermoso espectáculo Todo o nada, de Marcos Purroy, puesto en escena por Daniel Uribe, apuntalado en las coreografías creadas por Anita Vivas y Vittorio Marson.
Todo o nada, actuado por diez internas del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) y por el joven interprete Germán Ánzola, es una compleja comedia musical-donde Gloria Geynor y Celia Cruz interpretan “Yo sobreviviré”-que refleja la cotidianidad de un grupo de hembras que conforman un club, al cual han entregado sus vidas y por ello se ha convertido en refugio de todas. Pero ese santuario está apunto de perderse por una hipoteca y ante la grave crisis se las ingenian para salvar esa “ventana” que es la razón de sus vidas en la monotonía de un pueblo olvidado en el mapa de Venezuela. Y para ello organizan un espectáculo de strip-tease y anhelan, con los recaudos por la venta de los boletos, pagar la deuda y recuperan la felicidad y la paz.
No fue fácil para Purroy, asumido como productor general, ni para Uribe, Vivas y Marson la realización del espectáculo ante las exigencias de los fundamentales ensayos del musical, sin olvidar además el rigor disciplinario del INOF, pero todas se desafiaron a si mismas y lo demostraron de manera extraordinaria, ante sus familiares y amigos que acudieron a la histórica sala. ¡No hay palabras para describir aquello!
Laura Pineda, María Alexandra Pérez, Hani Estaba, Yuraima Sojo, Clementina Boccard, Marelba Sánchez, Carmen Melissa Medina, Yuli Sánchez, Orissa Annin y Yusni Sojo mostraron como sus personajes si podían desafiar y superar todas las dificultades artísticas y tras asumir las técnicas actorales, no solo lograron conmover sino además satisfacer por el aleccionador mensaje de sacrificio y de lucha que aprendieron, ya que para ellas, como nos lo recalcaron sus maestros, el teatro es un camino para alcanzar su libertad y reemprender el complejo camino que las espera. Nosotros esperamos verlas cuando se reinserten en la actividad cultural venezolana, porque tienen talento no solo para sobrevivir sino también para crear.
Hace años, acompañamos a Agustina Martín en los festivales de teatro carcelario que se exhibieron en las instalaciones de la CANTV, y ahora hemos captado ese mismo espíritu de rescate de la dignidad humana, posible con todas las artes, ya que los hombres y mujeres nacen buenos, pero la sociedad se encarga de favorecer a unos y dañar o desviarlos de una correcta ruta a los otros. !Felicitaciones a todas y todos los ahí involucrados!
El mutis de Agustina
Y así, como siempre hay alguien que redescubre la belleza de los arreboles, recordamos que la actriz hispano-venezolana Agustina Martín murió trágicamente en Caracas, hacia el 30 de enero de 1996, a los 65 años de edad, al caer del piso diez del edificio Country, en Chacaíto, donde residía con su esposo, el periodista Oscar Yánez. Oriunda de Palencia y residente en esta Tierra de Gracia desde 1950, sufría cáncer de garganta desde hacía dos años por lo que las autoridades policiales investigaron si su caída fue un accidente o una decisión voluntaria. Desde su llegada a Venezuela, desarrolló una incansable labor por el desarrollo del teatro, llevándolo inclusive a las cárceles, para fundar en 1979 el llamado Teatro Penitenciario. En televisión fue protagonista de numerosas novelas muy recordadas por los venezolanos y entre 1965 y 1972, fue productora y conductora del programa radial “Agustina Martín Presenta”, y actuó en decenas de radionovelas emitidas por Radio Caracas Radio Televisión.


Todo por amor al teatro

Tiene 35 años y no ha perdido tiempo con las artes escénicas. Es un actor reconocido y además tiene metas posibles con su profesión. Pero Alexander Solórzano también ha incursionado en la producción y la dirección de montajes teatrales comerciales, como Dos de amor, esos que hacen taquilla para pagar comediantes, al dueño de la sala, los consabidos impuestos y adquirir algo del mercado familiar, que en su casa ya tiene dos bocas más para alimentar.,
-¿Qué hace un actor de su talla metido en el berenjenal de producir y además dirigir?
-Hay días en los que acuesto haciéndome esa misma pregunta. La verdad... soy muy inquieto y terco. Me considero un obrero o un artesano al servicio del teatro y por eso siempre voy a estar tratando de comprender cada parte del terreno en el que me desenvuelvo; áreas que, después de todo, no son ajenas al oficio del actor.
-En un principio no me plantee dirigir, solamente producir (esto si es un berenjenal). Estaba pasando por una etapa medio depresiva en el plano actoral, aunque siempre me mantengo ocupado y no me faltan propuestas, sentía que no estaba haciendo trabajos trascendentales y que muchos proyectos los aceptaba por tener una entrada de dinero, por compromiso con mis amigos o sencillamente por mantenerme activo en el medio y, definitivamente, ese no debe ser el leitmotiv de un interprete. Me dije entonces: “para trabajarle a otro, prefiero trabajar para mí”. También hubo un evento muy particular que me llevó a pensar en la idea de producir.
-En cuanto a la dirección he coqueteado antes con ella. Siempre quise hurgar en este campo minado. Cuando estudiaba en la Escuela Juana Sujo, cada tres meses teníamos que presentar trabajos que eran evaluados por nuestros maestros de actuación, voz y expresión corporal; eran escenas o fragmentos de obras universales o venezolanas que debíamos elegir y montar los propios alumnos. Dentro del pénsum la dirección era, tácitamente, un ejercicio que debía ser tomado en cuenta para la formación integral del actor.
-¿Cómo llega a la producción-dirección de Dos de amor?
-Conozco parte de la dramaturgia de José Gabriel Núñez, más no sabía de Dos de amor hasta que a finales del año pasado me topé con este texto. Cuando lo leí me gustó tanto que tuve la idea de interpretarlo y fue así como llamé a José Jesús González (director de Maracay y compañero de promoción en la “Juana Sujo”) para hablarle de la obra y que se encargara de la dirección. La gran sorpresa fue enterarme –por boca del mismo González- que él ya tenia una puesta de dicha pieza con dos actores de Maracay. Más que una mala noticia me pareció estupendo que ya conociera la obra y, más aún, que ya la tuviera montada. Le dije: “Quiero hacer el rol de Ángel. Te vienes a Caracas y la hacemos aquí”. Sin embargo, González, me hizo declinar de la idea haciéndome ver que yo estaba muy joven para el papel. Terco al fin le hice una segunda propuesta: “Tú la diriges, pero yo la produzco… y me encargo de buscar a dos actores en Caracas para hacerla aquí”. Emprendí la tarea solicitar salas y fechas para después contactar a los actores que teníamos en mente. Las primeras opciones fueron Alejo Felipe y Rosario Prieto, interpretes de amplia trayectoria. A Felipe lo conocía porque habíamos compartidos en una lectura dramatizada, sin embargo, no había tenido roce alguno con la señora Prieto; no obstante, por esas “casualidades” del destino me la conseguí en el Teatro Premium de Los Naranjos cuando yo salía de una función y un amigo (crítico de teatro) nos presentó. A ambos actores les hice llegar el texto, lo revisaron y sus respuestas fueron inmediatas y positivas. Después llamé al autor y éste me dio una autorización para que produjera la pieza. En enero de 2011 fijamos nuestro primer encuentro para hacer una lectura y cuando todo estaba en aparente orden se rompieron los nexos laborales con González, asumiendo yo –sin más remedio- toda la responsabilidad del proyecto.
-¿Cómo plantea una producción y una dirección?
-Lo primero que me plantee como productor fue buscar una obra de pocos actores y bastante sencilla en cuanto a requerimientos técnicos y escenográficos. Dos de amor posee esas características básicas: pieza de pocos elementos y servida para el lucimiento de dos interpretes. Consciente de mi poca experiencia decidí trabajar con antelación en la preproducción para que el tiempo no me tomara por sorpresa. Otros de los factores que tuve que tomar en cuenta fue esa palabra –a veces odiosa- llamada “cartel”. A la hora de buscar salas es un punto a favor contar dentro del elenco con figuras reconocidas o actores con eso que llaman “arrastre”. Para mi eso es una falacia pues el teatro no es un arte que deba basarse en la imagen sino en la calidad, en la creatividad y en la misma fuerza expresiva que ostenta como medio.
-Sin embargo, como el “cartel” no tiene que estar divorciado de la eficacia, recurrí a la experiencia y destreza de actores como Rosario Prieto, Armando Cabrera y Alejo Felipe. El siguiente paso fue elaborar un dossier y comenzar a buscar disponibilidad de salas. Luego hice un primer borrador de lo que podía ser la ficha técnica y comencé llamando a los amigos que podían asumir cada una de las áreas de trabajo.
-Con relación a la dirección utilicé el mismo plan que uso como actor para darles forma a mis personajes. Siempre lo he dicho, para mí cada papel es como hacer una tesis de grado. Previo a los ensayos leí varias veces el texto… quise desmenuzarlo, extraer de él toda la información posible; eso me permite hacerme un perfil de los personajes, entenderlos dentro de su contexto, ver sus motivaciones, sus frustraciones, cómo se relacionan entre ellos. En la medida en que voy examinando la obra van surgiendo unas primeras imágenes sobre lo que –tentativamente- sería la planta de movimientos… una aproximación que irá tomando dimensiones definitivas con el trabajo colectivo. Es la fase más rica porque permite interpretar a cada uno de los roles a mi antojo. Todas las inquietudes, reflexiones, preguntas y respuestas que puedan surgir las apunto para después llevarla a la mesa de trabajo. Básicamente lo que más me importa es que los actores dominen el espíritu de la obra, el hilo conductor de los personajes y el objetivo de cada escena. Trato el acuerdo antes de comenzar a movernos en el espacio.
-¿Qué es más importante para su doble trabajo?
-Definitivamente la experiencia. Lo que se asimila en la práctica no es comparable a lo que puedan enseñarte en un salón de clases. Lo aprendido hasta el momento no lo había conseguido en 16 años de carrera. Ahora tengo una mayor comprensión del teatro como equipo y un respeto más agudo por el trabajo del otro. Este es un oficio que requiere entrega, tiempo, pericia y mucha paciencia.
-¿Y la actuación cuando la retoma?
-La actuación nunca la he dejado. Dirigir es también una forma de actuar. Tengo mucho camino por recorrer, mucho que aprender. Ciertamente estoy dando mis primeros pasos como productor y director, pero todavía no puedo –ni debo- sentirme cómodo con un rol que apenas estoy explorando. Soy actor ante todo. Actualmente estoy en cartelera con Besos para la bella durmiente, obra infantil que dirige Basilio Álvarez, y en cine se proyectan Cortos Interruptus y Días de Poder. A corto plazo ya estoy comprometido con Chalbaud para participar en algunos de los proyectos que tiene en agenda, uno de ellos sobre la vida de Cipriano Castro. Tampoco puedo olvidar Zamora.

jueves, junio 09, 2011

Escritor guaro aplaudido en Costa Rica

El ingeniero en Informática Víctor Vegas (Barquisimeto, 1967), felizmente secuestrado por el teatro y la literatura en general, se marchó hace largos tres años para la Madre Patria, “ante la urgente necesidad de cambiar de aires y de buscar ensanchar nuestros horizontes profesionales. El de mi esposa y el mío propio, quiero decir”, nos lo cuenta por intermedio de Internet.
-¿Qué ha hecho en España?
-Hasta ahora leer y escribir como un poseso.
-¿Qué ha escrito hasta ahora?
-Desde que me instalé en Madrid he escrito un par de obras de teatro, una novela breve y por estos días estoy tratando de acabar el borrador de la novela en la que vengo trabajando los últimos tres años, que comencé a escribir incluso antes de salir de Venezuela. También durante este tiempo, de tanto en tanto, me he dedicado a revisar y corregir parte del material que conservo inédito: un libro de relatos que me traje casi hecho de Venezuela, pero con el que todavía, no sé por qué, no termino de sentirme a gusto; un libro de crónicas y otro libro de relatos in progress que quién sabe cuándo podré decir, con cierta sonrisa de satisfacción en los labios, “estoy a un paso de escribir el punto y final”.
-Confieso que me cuesta mucho escribir. Más a menudo de lo que quisiera peco de perfeccionista. Es algo que estoy consciente de que debo corregir. Tal vez más adelante me lo proponga en plan serio. En cuanto a las dos piezas de teatro, las tengo reposando antes de dedicarle una última revisión para posteriormente subirlas a mi web (http://victorvegas.com) y ponerlas a disposición de cualquiera que desee leerlas.
-¿Cómo va el montaje de sus piezas dentro y fuera de Venezuela?
- No me quejo. Desde que en 2007 se estrenara Mientras amanece, en la sala principal del Teatro San Martín de Caracas, la pieza con la cual debuté en el circuito profesional, pues al menos una vez al año se ha producido alguna de mis obras. Por supuesto me gustaría que fueran más montajes durante cada temporada, pero ya sabemos que producir teatro en nuestros países no es tarea sencilla. En estos años he experimentado en carne propia que la literatura, y las artes en general, tienen más que ver con un corredor de fondo que con un velocista. Además, si tomamos en consideración que fue a partir de 2004 que comencé a darme a conocer, a hacer pública mi obra como narrador y dramaturgo, pues creo que el ritmo al que van montándose mis piezas no está del todo mal.
-Por otro lado, en Venezuela mis piezas no han vuelto a producirse. Sé que Jennifer Morales, amiga y uno de esos extraordinarios jóvenes talentos con que cuenta el teatro venezolano (dentro de la urgente generación de relevo), hasta el año pasado, había estado paseando por varias salas del país el montaje que dirigió en 2008 de Cuando seamos grandes (también estrenado en la sala principal del Teatro San Martín de Caracas), pero aparte de éste, no he tenido noticias de ningún otro montaje. En cambio, paradójicamente, fuera de Venezuela mis piezas han estado encontrando más oportunidades para subirse a los escenarios. Al menos es lo que ha ocurrido en estos últimos 3 años.
-¿Al parecer desde el otro lado de las fronteras ha sido la más popular?
-Sí, así parece, y precisamente Desde el otro lado es el nombre que en Costa Rica le han dado a la puesta en escena de Pieza para dos actores. Y sí, hasta el momento es una de mis piezas más representadas. Previo al montaje que estrenará el Teatro Nacional y TICTAKproducciones la semana entrante en Costa Rica, la pieza había sido producida en Argentina, España y Uruguay. Y en la actualidad están en marcha dos solicitudes de sus derechos para otros dos montajes. Veremos si finalmente cuajan y se concretan.
-Con esta pieza sucede algo interesante y es que la gente que hasta ahora la ha producido ha sido gente muy joven. Jóvenes talentos con una fructífera trayectoria en las artes escénicas de sus respectivos países. Sucedió con la agrupación de Argentina, luego con la de Uruguay y ahora con la de Costa Rica. Y eso a sabiendas que el texto de la pieza no es nada fácil, puesto que se trata de teatro del absurdo. Ellos mismo me han trasmitido esa opinión. Parecieran tomarse la interpretación de Lucía y Antonio, los irritantes personajes de la obra, no como una caracterización más, sino como un verdadero reto personal. No sé. Es lo que se me ocurre. Pero, como siempre, no pasa de ser una especulación por mi parte.
-¿Cómo nació esa pieza y qué busca o qué pretende con ese texto?
-Pieza para dos actores la escribí a finales de 1989. Por entonces era prácticamente un adolescente todavía inmerso de lleno en sus búsquedas y contradicciones. Aquél fue un año de profundos cambios, punto de inflexión para mí y mis convicciones. Muchas de las cosas en las que creía hasta entonces sufrieron durante este período una fractura irreversible. Por motivos que no vienen a cuento, tuve que tomar decisiones siempre difíciles para un muchacho de 22 años, y algunas de aquellas decisiones trajeron consigo consecuencias que me frustrarían bastante. Al escribir esta obra quise reflejar todo por lo que estaba pasando y sintiendo. Quizá debido a esto, a pesar de considerarme un tipo optimista por naturaleza, y de tratarse la pieza de una comedia, el texto está atravesado por una atmósfera en extremo pesimista. Creo que es el tipo de pieza que se escribe cuando se tiene un bajón muy grande, una depresión que te apresa y consume.
-¿Cómo es el mensaje o que pretende decirle al público?
-Como lo dije, con esta obra deseaba expresar mi gran frustración luego de un período particularmente revuelto. Quería hablar de lo complejo y difícil que resultaba relacionarse con los demás, especialmente con la gente que te rodea, la más cercana, la que quieres y te quiere, pero también, a la vez, hablar de lo que estaba sucediendo a mí alrededor, en mi país y en el mundo entero y lo poco que estábamos haciendo para tratar de cambiar las cosas. Una utopía, claro. Pienso que 1989 representó para nuestra sociedad, y para la sociedad internacional, un sacudón sin precedentes en nuestra historia reciente, del que creo que no nos hemos recuperado todavía. En aquel tiempo muchos veían el futuro con un optimismo que yo no compartía, del que desconfiaba profundamente y aún desconfío. Creo que todo esto está reflejado en Pieza para dos actores.
-¿Cómo se la han montado y cuándo se puede ver en Venezuela?
-No cuento con mucha información de la puesta en escena, pero tengo entendido que el equipo artístico que ha trabajado en ella es de primera línea, está entre los mejores del país. Por ejemplo, Manuel Ruíz, su director, tiene una trayectoria de más de 34 años en el teatro, a lo largo de la cual ha intercalado roles de actor, director y educador. Es profesor catedrático y actualmente director de la Escuela de Artes Dramáticas y del Teatro Universitario de la Universidad de Costa Rica, agrupación esta última con la que obtuvo este año el Premio Nacional de Cultura en la categoría de mejor grupo teatral de 2010. En más de una ocasión ha dicho que lo suyo es el teatro experimental, cosa que le viene como anillo al dedo a mi pieza. En cuanto a los actores, Arturo Campos acaba de ser galardonado con el Premio Nacional de Teatro Aquileo J. Echeverría 2010, en la categoría a mejor actor de reparto por su trabajo en Seis personajes en busca de autor, de Luigi Pirandello, y Silvia Campos, pese a su juventud, ha participado como actriz y productora en un sinnúmero de montajes, además de actuar en películas y cortometrajes para el cine y en radionovelas. Como ve, cabe suponer que con un equipo de este nivel, el resultado obtenido debería de ser muy bueno.
-En relación a cuándo se podrá ver en Venezuela, pues no lo sé, no es algo que esté en mis manos.
-¿Qué le han dicho en Costa Rica de su obra?
-La nota de prensa que se hizo circular por el estreno, dice: “es fina, fresca, inquietante y profundamente pesimista. A través de un teatro-circense en decadencia, con una vorágine de palabras, gestos y movimientos, de repeticiones casi mecánicas que provocan la desesperación, se refleja la monotonía de los personajes y se nos propone un desafío a la reflexión. Esta obra no es más que una metáfora del sin sentido de nuestra vida contemporánea, en la que los adelantos tecnológicos que han sido creados para comunicarnos, a veces acaban teniendo el efecto contrario, dejándonos la sensación de estar atrapados en un baúl”. Y lo del baúl es un guiño, por algo que ocurre en la pieza precisamente con baúles.
-Además, para poder presentarse en la sala Vargas Calvo, donde se estrenará Desde el otro lado el próximo 16 de junio, TICTAKproducciones tuvo que presentar la propuesta de montaje ante un jurado que seleccionó, en convocatoria pública, los dos espectáculos que harían temporada en 2011. La programación de esta sala es responsabilidad exclusiva del Teatro Nacional de Costa Rica. En aquella ocasión el jurado seleccionar dijo: “Pieza para dos actores’ fue destacada por el Consejo Directivo por el tipo de dramaturgia, considerada un ‘reto’ en términos de actuación y de dirección”. Como información adicional, según Silvia Campos, la sala Vargas Calvo es un espacio muy respetado y apetecido por los teatreros locales.
-¿Va al estreno?
-No, lamentablemente no podré estar durante el estreno. Tal vez pueda asistir a alguna de las funciones de la temporada que se extenderá hasta el mes de agosto. Lo estoy evaluando, pero todo dependerá de que se den las condiciones idóneas para viajar.

sábado, junio 04, 2011

Bonnie en Rajatabla

Culminé el texto teatral El fantasma de Bonnie el 7 julio de 2009 y dos semanas más tarde vi al histrión adecuado para completar la dupleta actoral de un montaje que no tenía director ni productor. Visualicé quien podría ser uno de los intérpretes durante una función de La tempestad de Shakespeare, en la Casa de la Cultura de Los Teques, producción de la agrupación Veneteatro y bajo la dirección de Dante Gil.
Fui impactado por la globalidad del trabajo artístico y escribí que “muy especialmente ahí estaba Henry Pantoja, quien demostró que su discapacidad física -usa muletas, a consecuencia de la poliomielitis que lo enfermó a los cinco meses de edad- no le impedían actuar con dignidad y gran solvencia, además dotado de un peculiar rictus cómico”.
A finales de 2009, el director Gil asumió escenificar mi texto, teniendo a Henry Pantoja y Ulises Acosta como protagónicos. Ahora que han estrenado la pieza y realizado seis funciones en la sala Rajatabla, debe contar que ese texto dramático comenzó su gestación en Nueva York, hace unos diez años, cuando conocí a una pareja gay, integrada por Abdón, boricua discapacitado, y Anthony, gringo veterano de la guerra de Vietnam.
El más joven recibió una bala calibre .22 de revólver en la espalda, durante una reyerta en un bar-discoteca, donde hacia shows de estríper drag queen, y quedó paralizado de la cintura para abajo y reducido a una silla de ruedas. Abdón, el malogrado artista del espectáculo, trabajó después para medio sobrevivir como portero de aquel nefasto local del underground neoyorquino, y fue ahí cuando Anthony lo conoció y brotó una saga de convivencia, amistad y amor, la cual ya pasó las tres décadas.
Caraqueñicé la historia de aquellos foráneos seres de carne y hueso y logré un argumento o trama con los personajes teatrales “Abdón” y “Anthony”, quienes se encuentran en una barriada de clase media, en los tiempos actuales, y se complementan para sobrevivir a la difícil soledad donde están a punto de naufragar, acompañados además por el fantasma de una mascota, la doberman Bonnie, que los defiende de malandros y consumidores de crack en la zona donde moran.
Nada fácil para Gil, Pantoja y Acosta fue darle vida escénica a las 28 páginas tamaño oficio que les facilité para invocar y materializar El fantasma de Bonnie. Las muletas cotidianas del actor fueron complementadas con una silla de ruedas y comenzó así un proceso para teatralizar un texto recargado de acciones dramáticas.
Pero las cosas cambiaron definitivamente cuando Gil y Veneteatro viajaron al mexicano Santiago de Querétaro y ahí la coreógrafa Rayito Zamudio les creó un baile especial para “Abdón”, el cual proponía para que el discapacitado rememorara sus shows y revelara como había sido su accidente y algunos aspectos de su vida, con una cortina musical del más rumboso reguetón.
Lo demás no lo cuento, porque el teatro hay que verlo para sentirlo en la piel y hacer propia la moraleja o el mensaje.
Ahora El fantasma de Bonnie emprende su transito por otras salas y otras ciudades, ya que su mensaje sobre el mejor antitodo contra la soledad acompañada es conveniente que lo conozcan muchas más personas y al mismo tiempo que gana más adeptos y se difunde su repudio contra la homofobia.
Y debo reconocer que me siento muy honrado por la dirección que Dante Gil le dio a mi texto y la entrega de los señores actores Henry Pantoja y Ulises Acosta, además del trabajador equipo de técnicos de Veneteatro. Todos son figuras valiosas de una emergente vanguardia de la escena venezolana, heredera de una historia de luchas positivas.
También quedo muy agradecido de Francisco Alfaro al permitir que en la histórica sala Rajatabla se estrenara mi obra, la cual llevaba un abierto homenaje para aquel gran artista que se nos marchó aquel 27 de marzo de 1993.

Perdón y reconciliación

Todo espectáculo teatral es político porque está dirigido o destinado a conmover a los seres humanos. Reiteramos esto, que puede parecer elemental, porque la periodista y artista Virginia Aponte y su agrupación AGOteatro producen y exhiben sendos montajes con las obras Flores de papel y Tras una puerta cerrada del chileno Egon Wolff, en la sala Escena 8, los cuales sí están seriamente comprometidos con la realidad venezolana, sin ser panfletos, sino todo lo contrario.
Virginia Aponte reconoce que lo fundamental de su balance artístico ha sido consolidar la organización Agoteatro como grupo profesional al tener actores formados a los largo de muchos años y quienes le permiten conseguir a través de sus caracterizaciones verdaderos personajes. “Personajes que me hacen posible crear en lo artístico. Cuento con un equipo académico que hace teatro en la mayor madurez tanto, como profesión, como desde un pensamiento personal que les da la estatura para enfrentar retos complejos como los que nos plantea un autor de la dimensión intelectual y humana de Wolff. Después de 40 años de trabajo en este medio recojo los frutos de un esfuerzo constante. Me siento en la capacidad a mis 60 años de entregar en lo artístico lo mejor de mis posibilidades como profesional y como ser humano”.
-¿Cuál es la intención política de este trabajo artístico?
-En Flores de papel, estrenada en el Chile de 1970, hay que evidenciar nuestro momento histórico a través de la reflexión de un ser humano que se encuentra en un país que está sufriendo una convulsión social similar a la nuestra. El Merluza no es el malo, al igual que Eva no es la víctima. Tanto El Merluza como Eva son víctimas y victimarios al mismo tiempo. Clases sociales enfrentadas y pérdida la capacidad de diálogo. Nadie escucha a nadie y esto genera la peor violencia y ante la violencia sólo nos queda recoger destrucción. Los bandos no son de buenos y de malos...esos bandos son posturas que generan gríngolas que impiden ver lo que hay a mi lado, donde sólo existe un punto de vista y el otro se convierte en enemigo.
-En Tras una puerta cerrada, 30 años después, Egon Wolff nos da la salida y abre una puerta al amor...es en el perdón y en la reconciliación que el ser humano tiene una apuesta personal para darle salida a la sin salida que hemos forjado con nuestro olvidos y egoísmos. Somos un grupo de profesionales que creen en esta opción. Y por eso estamos haciendo un teatro que exige una actitud reflexiva del público y no una evasión ante las situaciones que estamos enfrentando todos en Venezuela hoy.
-¿Cuál es el balance estético?
-Tengo lenguaje propio. Existe en los trabajos de AGOteatro un sello nuestro. Hacer un recorrido por ellos a partir específicamente del año 2000, cuando presenté la trilogía Evocaciones, traduce en hechos lo que estoy afirmando. Es a partir de unos viajes a Canadá y Nueva York cuando supe que nadie es profeta en su tierra y sentí que existía una estética que podía ser valorada. Hacer la palabra imagen poética en un espacio vacío ha sido mi reto y mi recompensa. Mi tesis al graduarme en 1975 se llamó ''Imagen y poesía", después de haber vivido esa idea durante toda mi vida profesional, siento que comprobé mi hipótesis.
-¿Valió la pena este trabajo?
-Tanto valió la pena que hoy hemos consolidado AGOteatro como opción de acción ante la necesidad que tenemos todos de darnos un tiempo para reflexionar juntos una salida para todos. Tanto valió el esfuerzo que hoy más que nunca sabemos lo que somos como gente encaminada a un teatro claramente de investigación y trabajo en común. Queremos decir y hacer por eso nuestro trabajo el cual orienta a mantener el proyecto Medatia que no es otra cosa que dar una opción de educación abierta a aquellos menos favorecidos por sus circunstancias de vida. Como diría El Merluza: ''Yo no tengo la culpa de haber nacido donde nací..."
-¿Qué rémoras han tenido que superar?
-Quizás la más fuerte ha sido la nuestra. Entender que como grupo debemos ser realmente consecuentes con nuestras maneras de apostar por el otro y que si no somos nosotros quienes nos esforzamos nadie lo va a hacer por uno. Debimos entender que la exigencia empieza en casa y todavía estamos en esa lucha grupal. Ser más amigos, más generosos y dejar nuestros propios egoísmos es parte de la apuesta.
-Después viene la dificultad económica que siempre es una realidad con la que hay que enfrentarse. ¿Quién quiere apoyar un negocio que no da mucho dinero? ¿Quién quiere apostar por unos artistas que no significan una apuesta ganadora al ser desconocidos comercialmente? ¿Quién quiere apostar por aquellos que no se plantean la evasión como medio de alcanzar una mayor audiencia?
-Somos un no. Hace años tuve la oportunidad de montar “Antígona” y durante esa experiencia comprendí que hay que decir que no ante la mentira o la injusticia. Y ya sabemos que Antígona fue enterrada viva, enterrar una conciencia es un camino más fácil que enfrentar las consecuencias de nuestras acciones.
Somos memoria
“Querido Edgar, gracias por dejar que salga de mi corazón este torrente de palabras que desgraciadamente me estaban ahogando. Todo lo que digo es mi verdad en estos momentos, por lo menos es mi apuesta por esta Venezuela que se nos cae a pedazos. Quiero pensar que tenemos salida. Quiero apostar por una salida justa y me siento comprometida con esta idea. Creo que la memoria es necesaria y por eso opté por Egon Wolff, pienso que él nos entregó una memoria que puede darnos luces más claras para enfrentar los conflictos... Y por último y quizás lo más verdadero que te he dicho a través de estas líneas: tengo el privilegio de estar rodeada de personas extraordinarias que son quienes conforman el grupo de AGOteatro y Medatia. Por ahora, parte de los actores son: Wilfredo García, Soraya Siverio, Lerryns Hernández, Unai Amenábar, Marcos Salazar y Rebeca Pan-Dávila”.

viernes, junio 03, 2011

Mónica Montañés bañada en ovaciones

Es caraqueña y nació hace 45 años, es madre de una adolescente y un bebe, a quienes exhibe con orgullo, pero además es escritora exitosa de guiones para telenovela y, por si fuera poco, se coló en el exclusivo club de los dramaturgos venezolanos y desde hace 15 años los tiene corriendo para ver si la igualan en popularidad y quizás hasta en recaudos de derechos de autor. De lo que si estamos seguros es que nadie como ella para plasmar en la escena al sexo femenino con todas sus facetas y sinuosidades, y damos fe de ello porque hemos visto todas sus obras representadas.

Ella es Mónica Montañés Chalbaud y en estos días está muy feliz porque su obra predilecta, El aplauso va por dentro, tiene una monumental fiesta por sus 15 años de vida, gracias a la primera actriz Mimí Lazo y su equipo, el cual hará una serie de funciones en la sala principal del Teatro Teresa Carreño, desde el domingo 19 de junio.

-¿Cuantas obras de teatro desde El aplauso va por dentro?

-Son seis obras después del Aplauso, montadas, y una más escrita, jejeje…ellas son: Sin Voz, Caí redonda, Por cierto, Yo Tu Ella, La llamadita y Bella no, bellísima.

-¿Cuantas funciones de El aplauso va por dentro se han realizado hasta ahora?

-Desde aquel 7 de junio de 1996,en la sala de conciertos del antiguo Ateneo de Caracas, donde ahora funciona Unearte, ha sido complicada la contabilidad de las representaciones, pero de acuerdo con la memoria de mi amiga Mimí, son hasta ahora más de 3 mil funciones.

-¿Volvería a escribir El aplauso va por dentro en función del siglo XXI o que le cambiaría?

-No, no volvería a escribir El aplauso va por dentro en función de la actual centuria ni le cambiaría nada…porque, parece mentira chico, pero Valeria tiene 15 años cumpliendo 40, yendo al gimnasio para quitarse la bendita barriguita y esperando la llamadita del hombre…y la gente sigue yendo y llenando las salas, viéndola y volviéndola a ver, porque seguimos sin entender que nuestra felicidad no puede depender de otro, que tenemos que valorarnos nosotros mismos…la reflexión del aplauso sigue estando tan vigente como hace 15 años y por eso no hay que cambiarle nada…da horror que así sea, pero así es…

- ¿O sea, según lo que usted reitera, sigue vigente la historia de Valeria, madre divorciada, con dos hijos y una carrera profesional en ascenso, que mientras espera la llamada del hombre con el cual compartió algo más que una noche, define el presente y el futuro de su vida, el mismo día que cumple 40 años. Mientras transcurre su rutinaria clase de aeróbicos, y entre un ejercicio y otro, el espejo le ratifica la pérdida de la juventud, su miedo a la soledad, a darse cuenta que desde hace mucho sólo vive para los demás, y que solo lleva dentro... un silencioso aplauso?

- Si, y lo reitero nada ha cambiado, y como prueba están los mas de 500 mil espectadores alrededor del mundo que la han visto. A esas pruebas me remito.

-¿Qué que comentarios del público ha recibido?

-Del público he recibido la mayor de la ovaciones, gente agradecida porque se ven reflejadas en Valeria, adoran a Mimí y agradecen que los hagamos reír y llorar…lo que más me impresiona es oír gente del público recitando el texto de Valeria, al mismo tiempo de Mimí, porque se lo saben de memoria…

-¿Qué pasó con la película?

-Con la película, tristemente, no pasó nada…

Su utopía

Como periodista que es, Mónica cuenta que una vez escuchó a Rodolfo Santana enumerando las razones por las cuales un escritor escribe teatro. “Decía él que si a uno le preguntaban por qué escribe teatro, uno podría responder con varias razones. La primera, no sé por qué; la segunda porque me gusta; la tercera porque me da la gana; la cuarta, porque se tiene una inmensa necesidad de afecto; y la última, porque se persigue la utopía de poder cambiar al mundo. Yo pienso que Rodolfo tiene toda la razón, al menos esas son mis razones, son cinco esas razones y las primeras cuatro son de carácter estrictamente personal: no sé, me gusta, me da la gana y quiero que todo el mundo me quiera. Bueno pues, si eso es así y para colmo vivo en el país que vivo y aquí es donde quiero seguir creando, aquí es donde me gusta tener éxito, creo que no me queda otra remedio que el de salir para adelante sola con mi sueño” .

Veamos ahora mi caso, el caso del El aplauso va por dentro, un caso sin duda muy particular. Un milagro nos dijo un día un espectador, y yo atea irreductible, no pude más que creerle, ya que el espectador no era otro que un cura, jesuita por demás señas, que estaba viendo el aplauso por quinta vez”.

¿Cómo surgió el fulano milagro? El aplauso sale de la conversación que sostuve con Mimí, de una conversación que sostuve con Mimí. La entrevistaba yo para el difunto Diario de Caracas y a la media hora ya no estábamos hablando ni de su carrera, ni de sus planes futuros, hablábamos de la mujer, de las mujeres que éramos, de nuestras madres, de nuestras hijas, de nuestros maridos y ex maridos y de la responsabilidad que cada uno tiene de venir al mundo a cumplir su sueño. Soñamos ambas con la posibilidad de hacer una obra en la que le habláramos al mundo de todo eso, queríamos que la mujer, todas las mujeres se reflejaran en nuestro sufrimiento y esperanza, queríamos hacer algo que le sirviera a las demás, que todo lo que habíamos vivido en la vida le sirviera a otra”.




















jueves, junio 02, 2011

15 años de aplausos para Mimí Lazo

Ana María Lazo, popularmente conocida como Mimí Lazo (Caracas, 23 de noviembre 1954), reputada actriz de teatro, cine y televisión, además de exitosa productora de espectáculos, prepara una gran fiesta escénica, porque El aplauso va por dentro, monólogo que Mónica Montañés le escribió para que lo estrenara, dirigida por Gerardo Blanco, el 7 de junio de 1996, en la sala de conciertos del Ateneo de Caracas, tiene ahora su "gran baile de quinceañera”, el próximo 19 de junio en la sala Ríos Reyna del teatro Teresa Carreño.
El espectáculo, el cual se ha mostrado en más de 30 ciudades, tanto de Venezuela como del exterior, será en gran formato y totalmente nuevo, y además tendrá como invitados a Carlos Mata, Luis Fernández, Elba Escobar y Adrián Delgado. También incluirá bailes a cargo de las chicas del Kit Kat Klub, el famoso Cabaret berlinés que César Sierra presentó en el Teresa Carreño el año pasado,con coreografías de Vittorio Marson y la escenografía de Héctor Becerra.
El aplauso va por dentro, que ha sido disfrutado por más de 500 mil espectadores alrededor del mundo, muestra la historia de Valeria, madre divorciada, con dos hijos y una carrera profesional en ascenso, que mientras espera la llamada del hombre con el cual compartió algo más que una noche, define el presente y el futuro de su vida, el mismo día que cumple 40 años. Transcurre su rutinaria clase de aeróbicos, y entre un ejercicio y otro, el espejo le ratifica la pérdida de la juventud, su miedo a la soledad, a darse cuenta que desde hace mucho sólo vive para los demás, y que solo lleva dentro... un silencioso aplauso.
En sus 15 años de puesta en escena, El aplauso va por dentro, ha recibido innumerables premios y elogios por parte del público. La crítica especializada le concedió a Mimí Lazo el Premio Municipal de Teatro y el Premio Nacional del Artista, a la mejor actriz por esta obra y el público venezolano la convirtió en “la reina indiscutible de la taquilla”, con funciones continuamente agotadas.
Gerardo Blanco
Sin director no hay espectáculo teatral posible,aunque se tenga el mejor texto y el más diestro intérprete. El aplauso va por dentro tuvo, pues, como padre escénico a Gerardo Blanco, quien en esta ocasión de los 15 años del montaje que el puso a caminar, reconoce que está muy satisfecho y da gracias por el regalo de haber podido compartir con Mónica y con Mimí ese toque divino que me permitió disfrutar de todo ese éxito, pero sobre todo el haber podido iniciar una larga fructífera y duradera amistad con Mónica, convertida hoy en una famosa escritora”.
Puntualiza que nunca se imaginó que “aquel maravilloso texto que me gustó tanto y que vi en escena desde la primera lectura, haría historia en el teatro venezolano impulsado por la vitalidad, constancia y calidad artística de Mimí Lazo. Fue una producción del grupo Bagazos, totalmente austera, no teníamos ni para poner un avisito de prensa, pero el famoso boca a boca fue nuestro aliado y el espectáculo no dejó de agotarse en toda la temporada inicial que duró un año en el Ateneo de Caracas”.
“Tengo que confesar que me paraba todas las noches a recibir al público en la entrada del teatro y daba gracias a Dios por el milagro en una época donde la afluencia de público estaba muy por debajo de lo que es hoy. Aquello sin lugar a dudas, significó un acontecimiento que puso a pensar a productores, directores y grupos de teatro y abrió la puerta a muchos actores y, sin querer parecer pretencioso, dio un nuevo rumbo a la producción del teatro nacional”.
“Largo camino han recorrido ya Mimí y Mónica con nuestro Aplauso y ya sólo queda el hermoso recuerdo de lo que fue aquella increíble e impactante primera temporada que se ha prolongado por 15 años. Mucho de lo que vemos hoy es producto de ese impulso inicial que dio El aplauso va por dentro y otros espectáculos que marcaron pauta, porque desató como una furia por los monólogos. Y como siempre, doy gracias a las circunstancias por aquel café que compartí con Mónica, hace 15 años, donde ella me confió su opera prima".

miércoles, junio 01, 2011

Goldoni inaugura festival de clubes

Nuevamente los clubes de Caracas se engalanan para presentar el XIX Festival de Teatro Interclubes, organizado –en esta ocasión- por el Centro Italiano Venezolano, el cual se desarrollará desde el 10 de hasta el 25 de Junio de 2011.

En esta edición, el Festival lleva el nombre de la pionera de las actividades culturales del Centro Italiano Venezolano, con 42 años de trayectoria dentro de la Institución , Marcella Mosca; y contará con la participación de 200 actores y 100 personas aproximadamente, apoyando la parte técnica.

El evento -que comenzó en 1990, por iniciativa de Alberto Lander y el Club Puerto Azul- repite la modalidad de festival itinerante, es decir cada grupo se presenta en su sede, con la excepción de los casos especiales, de los grupos de la Casa Italia de Maracay y del Centro Italiano Venezolano de Valencia,.

La inauguración será el viernes 10 de Junio a las 8:30 pm, por cuenta de la Agrupación Maschere del Centro Italiano Venezolano de Caracas, por haber obtenido el primer lugar en 2010, con la pieza Asi es, si os parece de Luigi Pirandello, y que presentan este año La posadera de Carlo Goldoni, bajo la dirección y adaptación de Giovanni Reali. Un espectáculo ambientado en la Venecia antigua.

La programación de Festival es la siguiente:

Sábado 11 de Junio: Casa Italia de Maracay presenta Camas separadas de Enrique Bariego, bajo la dirección de Santiago Otero, 8:00 pm, salón Italia del Centro Italiano Venezolano de Caracas

Domingo 12 de Junio: C.S.D.C. Hebraica presenta Un espíritu burlón de Noel Coward, en versión libre de Yves Bitton, Auditorio Jaime Ziguelboin, 6:00 PM. Centro Social, Cultural y Deportivo Hebraica Final AV. Ppal de los Chorros.

Martes 14 de Junio: Caracas Theater Club presenta Guantanamo de Victoria Brittain y G. Slovo, bajo la dirección de Vladimir Vera, sala de teatro Luisela Díaz, San Román 8:00 p.m.

Miércoles 15 de Junio: Centro Italiano de Valencia presenta Del drama a la carcajada textos de Aquiles Nasoa y Andrés Eloy Blanco bajo la dirección de Eduardo Sanoja, 8:00 p.m, salón Italia del Centro Italiano de Caracas.

Jueves 16 de Junio: Hermandad Gallega presenta Un marido de ida y vuelta de Enrique José Poncela bajo la dirección de Gabriel Altuve, 8:00 p.m. Teatro Rosalía de Castro de la Hermandad Gallega, Maripérez

Viernes 17 de Junio: Centro Portugués presenta La visita del obispo texto y dirección de Gerardo Blanco, 8:00 p.m Salón Nobre del Centro Portugués en Macaracuay.

Sábado 18 de Junio: Club Puerto Azul La rosa tatuada de Tenneesse Williams bajo la Dirección de Daniel Uribe, 8:00 p.m Salón Italia del Centro Italiano Venezolano.

Domingo 19 de Junio: Centro Catalán, Fuga, texto de Jordi Garcelan bajo la dirección de Eduardo Gulino, 6:00 p.m salón de eventos del Centro Catalán, Los Palos Grandes.

Lunes 20 de Junio: Club Santa Paula, El olvido, texto de Ricardo Grasso bajo la dirección de Antonio Cuevas, 8:00 p.m Salón de Eventos del Club Santa Paula.

Martes 21 de Junio: Centro Asturiano, La barca sin pescador, de Alejandro Casona, bajo la dirección de José Francisco Silva, 8:00 p.m, sala de teatro Luisela Díaz del Caracas Theater Club, San Román.

Miércoles 22 de Junio: Hogar Canario Venezolano, Titania, reina ía, de Orlando Alonso, dirige Antonio Bethencourt, 8:00 p.m. salón de Eventos del Hogar Canario Venezolano, el paraíso.

jueves 23 de Junio: Lagunita Country Club, El caso de la mujer asesinadita, de Miguel Mihura, bajo la dirección de Hernán Marcano, 8:00 p.m, salón de Eventos de la Lagunita Country Club.

Sábado 25 de Junio: Clausura y Premiación, 9:00 p.m Salón Italia del Centro Italiano Venezolano

Las entradas de todo el Festival, pueden ser adquiridas en el Centro Italiano Venezolano de Caracas, así como en cada club el mismo día de cada presentación, y tendrán un costo de Bs 50 por persona, ofreciendo al público asistente, estacionamiento gratuito en cada centro.