viernes, febrero 24, 2017

Virgüez revive a Pirela

Desde Ciudad de México se reporta el actor venezolano Franklin Virgüez.
A Franklin Virgüez lo conocimos como un espigado adolescente que rechazaba las malas compañías de la popular urbanizacion 23 de Enero a donde llegó desde el cálido Barquisimeto, tras haber nacido en 1953. A mediados de los años 70, él ganaba unos pocos bolívares por ser office boy o mensajero en la redacción del vespertino El Mundo, de la Cadena Capriles, y mejoraba su magro sueldo con las propinas que los periodistas le dábamos por los cigarrillos, los cafecitos y las arepas con cochino que nos compraba en la tiendita del asturiano Gervasio.
Pero Virgüez saltó a la televisión, ayudado por el periodista Jesús Bustindui y apadrinado por Delia Fiallo. Estudió en la Escuela Juana Sujo y después se graduó en la UCV como periodista, con una tesis sobre la presencia de los negros o afrovenezolanos en la televisión venezolana. No ha perdido el tiempo y salió hace varios años de Venezuela para trabajar, acrecentar su familia y seguir subiendo la escalera de Jacob.´
TELEVISIÒN EN MEXICO
Ahora Virgüez, con 64 años moliendo las suelas de sus zapatos, padre de dos hijas, con un divorcio a cuestas y un matrimonio muy solvente, vive en Estados Unidos, pero se escapa a Colombia o México o Venezuela para trabajar en respetables proyectos televisivos.
 Desde Ciudad de México escribe para contarnos que está trabajando, desde hace dos años, primero con Telemundo, donde hizo El señor de los cielos, “serie muy exitosa donde participé en dos temporadas; mi personaje era el general Carreño Arias, jefe del Cartel de Los Soles, personaje muy polémico en Venezuela. Ahora estoy terminando una serie con Televisa, La doble vida de Estela Carrillo. Trabajar en esa empresa es el sueño de muchos actores latinos que se desempeñan en el género telenovela, pues aquí estoy. Termino de grabar la primera semana de marzo y el 15 vuelo a mi casa en Miami”.
AHORA ES DRAMATURGO
 Reitera que nunca ha parado de trabajar en el teatro, “pero además estoy presente en las redes sociales, donde me mantengo generando información relacionadas con mis actividades teatrales. Te cuento que desde haces unos años para acá, escribo mis propias obras, ya no estoy haciendo micros, escribí mi primer montaje y estrené, en Miami, Decadencia Carlos y Ego, con un gran éxito. Ahí solo dirigí y produjo, esa obra corta, mi amiga Indira Leal. Esta pieza me permitió graduarme en el seminario de textos teatrales cortos que realicé con César Sierra. Esta es mi única obra corta o breve”.
Franklin puntualiza que decidió escribir sus propias obras de teatro, dirigirlas, producirlas y actuarlas el mismo. “Mi intención es viajar con mis espect{aculos y en eso estoy montado. Además debo regresar pronto a México donde tengo otro compromiso, gracias a Dios, para grabar otra producción con Televisa".
“No he parado; luego estrené Tiempos modernos, una historia relacionada a la decadencia del circo como lo conocí, con animales, carpas, payasos, trapecistas y que están desapareciendo porque las nuevas generaciones no están de acuerdo con el maltrato a los animales, las nuevas tecnologías, la invasión japonesa con series APP, etcétera. Son dos personajes, dos payasos, Popo y Pupú, este último lo hice yo y Ángel Lucena encarnó a Popo. Es la historia de un viejo actor muy exitoso en su pasado tanto en el cine, teatro y televisión. Olvidado y vive con su ego detrás del espejo. En Miami, por supuesto, produje conjuntamente con Rosalba Maldonado, actué y dirigí. Posteriormente estrené Crema paraíso, un drama amoroso sobre dos seres que se amaron para toda la vida, y que tuve el placer de dirigir a Fedra López, trabajar con ella fue una nota. Ahí también actué. Esta obra tuvo tanto éxito que la vamos a repetir este año. Tengo lista para estrenar, hacia el 7 de Abril, ¿Quién Mato a Felipe Pírela? Obra larga donde yo encarnaré al Bolerista de América. Después de Miami nos presentamos en el Teatro Silvia Pinal de México. Es un monólogo maravilloso sobre la vida, obra y muerte de este cantante zuliano.”
“También tengo otro monologo, La magia de Carisma, con un final sorprendente y político, que se lo ofrecí a Iván Tamayo, que no sé si lo hará, sino yo lo montaré a finales de este año. Es una pieza sobre como el populismo como arma política logra destruir por completo a un pueblo llamado Felicidad. El personaje único de esta pieza es un Hada Madrina que baja desde el mundo de las hadas para convertirse en el Mesías que lograra embelesar al pueblo con su Carisma. El final es sorprendente. Y estoy terminando otras piezas. Todas estas obras las estoy registrando acá en México tanto en ANDI como en SOGEM y tengo la esperanza de publicarlas pronto”
“Estoy terminando Santa Anna gran bribón, pero debo enviar una carta al historiador Armando Fuentes Aguirre porque estoy utilizando su libro La otra historia de México/Santa Anna el espléndido bribón y la guerra de Estados Unidos contra México esa infame bribonada. Si me autoriza podré terminar la obra y registrarla”.
YA ES ABUELO
“De mi familia te cuento que está muy bien. Mi hija Yellice está en Porto, Portugal, casada y con un bebe hermoso, mi nieto André Virgüez Soares; ella está trabajando para una empresa de telecomunicaciones francesas. Mi otra hija, Jessica, creciendo bella y estudiando comunicación, cine, fotografía en Florida International University Mi esposa, Dulce, produciendo para Nickelodeon en Miami, por este lado familiar estamos bien. Allá en Barquisimeto está mi madre, Petra, y mis hermanos luchando para subsistir, ayudo desde afuera”.

jueves, febrero 23, 2017

El pez sigue fumando en Venezuela

A medio siglo de su estreno es una obra que tiene total vigencia y por eso regresó
El jueves 11 de julio de 1968, a las 8PM, en el teatro Alberto de Paz y Mateos, sede del grupo caraqueño El Nuevo Grupo, se estrenó la comedia venezolana, El pez que fuma, comandada por su autor Román Chalbaud; teniendo entre sus intérpretes a Gloria Mirós, Hernan Vallenilla, José Luis Silva, Maira Chardiet, Rafael Briceño, Hercilia López, Nirma Prieto y José Salas, quien además diseñó la escenografía y el vestuario. Nadie sospechaba lo que iba a pasar con esa obra a lo largo de las cinco décadas siguientes: como consecuencia de su calidad  se le han hecho otras cinco versiones escénicas y una película, estrenada en 1977, con Hilda Vera, Miguel Ángel Landa, Orleando Urdaneta, Haydée Balza, Rafael Bericeño,Nelly Meruane y Mími Lazo, con guión de José Ignacio Cabrujas y el mismo Chalbaud, quien dirigió el largometraje.
 A  casi cinco décadas de su irrupción, El pez que fuma se le lleva a escena de nuevo, en versión del director Ibrahim Guerra, y se le estrenó el 17 de febrero de 2017 en el Teatro Teresa Carreño, con un elenco de la Compañía Nacional de Teatro, integrado por Francis Rueda, Luis Domingo González, Jesús Hernández, Francisco Aguana, Larry Castellanos,   Juliana Cuervos,  Citlalli Godoy,  Keudy López , Andy Pérez, Jean Manuel Pérez , María Alejandra Tellis ,  Marcela Lunar,  Ángel Pelay  y  Aura Rivas. Se realizaron tres funciones en la sala Ríos Reyna y otras dos en el Teatro de la Ópera de Maracay, con la promesa de una temporada larga en el Teatro Nacional de Caracas, después de los Carnavales 2017, a partir del 11 y 12 de marzo, la cual empataría con el Festival de Teatro de Caracas, donde además habrá representación de Colombia y Brasil.
CUENTO Y BURDEL
 La saga de El pez que fuma se desarrolla en un burdel caraqueño durante el año 1968. Chalbaud nunca visitó ni tampoco conocía la historia del prostíbulo. Supo que había existido y hasta tomó notas sobre sus administradores y el tipo de clientela que tenía, porque un taxista, negro  y anciano, se lo contó durante una noche del año 1953, tras llevarlo a la plaza Sucre para que se reuniera con sus compañeros de trabajo de la Televisora Nacional, en el bar “El canario”. Gobernaba el general Marcos Pérez Jiménez y la Seguridad Nacional, policía política del régimen, hacia honor al nombre, al menos en Caracas. Ese lupanar, que nunca vio, pero que se lo describieron o pintaron con muchos detalles, se llamaba El pez que fuma; funcionó en las inmediaciones de la plaza Sucre y fue muy famoso durante la dictadura del general Juan Vicente Gómez. “Me gustó su nombre, resultaba absurdo, poético y visto ahora es hasta garciamarquiano por ese realismo mágico que evoca: un pez fumador o fumón. Pero fue 15 años después, de tal revelación en Catia, que terminé y estrené mi obra a la cual bauticé El pez que fuma, porque además transcurre en un burdel. Supe, años después, que en Francia hubo, o todavía existe, una mancebía llamada El pez que fuma, en francés por supuesto”, nos lo declaró.
 El pez que fuma, es, pues, un próspero bar de copas y prostíbulo, administrado por La Garza, quien confía en su amante de turno, Dimas, para que deposite las ganancias en el banco; pero este es un dilapidador del dinero ajeno y además la engaña con otras meretrices. Desde la cárcel, Tobías, ex amante de La Garza, conspira, y le mande un “Judas” (Juan), quien se encarga de emponzoñar todo y enamora a la patrona del burdel. Dimas no se deja sustituir tan fácilmente y mata, sin querer, a la codiciada dama; termina en la cárcel y deberá resolver su conflicto con Tobías. Pero el argumento es más denso, pues Chalbaud presenta a un exótico personaje, especie de astrónomo aficionado, quien sueña, junto con su compinche, un discapacitado, en viajar a los espacios siderales, para lo cual se ha inscrito en una cofradía.  Son, los únicos personajes puros, por así decirlo, quienes anhelan conocer otros países menos caóticos, pero más allá del burdel.
Chalbaud  escribió sobre personajes que habitan o visitan un burdel, en este caso El pez que fuma, porque los prostíbulos son sitios donde, especialmente los hombres, drenan pasiones y tratan de conseguir por horas ese amor que se sale no solo por la boca. “Hay muchos sueños o anhelos que ahí se forjan o que naufragan. El poder y el amor son las dos grandes pasiones de los seres humanos y eso ahí está muy bien marcado o definido. Además, a todos nos atrae un burdel, porque en esos antros pasan muchísimas cosas. En estos tiempos hay otros sitios o espacios que han intentado sustituirlos, pero los lupanares siguen existiendo. El teatro es un espectáculo y los venezolanos son muy inteligentes y agarran todo lo que unos les dice y lo reitero yo que tengo más de medio siglo en estos avatares del teatro y el cine, además de la televisión”.
Por supuesto que debemos resaltar que en la versión de Guerra este recrea las acciones y los textos de tres personajes chalbaudianos para escenificar una estrujante subtrama, que corre paralela al esqueleto argumental central de La Garza y sus melodramáticos problemas amatorios con Dimas, Tobias y Juan. Esta audacia  del versionista amplía la crítica del espectáculo  a la situación de la mujer en el amor, en las relaciones familiares  y en la prostitución por necesidad, al tiempo que cuestiona la conducta de un maestro de  escuela,  cliente promiscuo y borracho, que fallece en una cama del prostíbulo durante una noche loca, precipitando el epilogo de esa fiesta lúdica y erótica que es la pieza de principio a fin, especie de mini carnaval que se desarrolla dentro un espacio que a su vez funge de cárcel.
La pieza termina con el reemplazo de gerentes y dueños, el nuevo amante, sobreviviente, se desposa con una meretriz que está preñada y parirá pronto, para proseguir así con los servicios de El pez que fuma.
Toda esta historia teatral, con muy buen ritmo, se desarrolla en 120 minutos, no agota ni al público ni a los actores por la perfecta sincronización del espectáculo hiperrealista, todo un acierto del director y su amplio equipo de actores y técnicos
METAFORA
 El público puede disfrutar de los personajes y sus acciones lúdicas y cargadas de erotismo, una característica de esta producción, pero además puede ir mas allá y buscarle significados a los personajes, como   la dueña-gente del burdel, quien, como dice el director Guerra, “es mujer de sino trágico, que sucumbe a sus propios deseos y a sus pasiones. Vista así, sí podría decirse que es en sí misma un contexto de lujuria, de mando, y, a la vez, que de entrega, de posesión. Regenta, ordena, y a la vez la vencen sus pasiones. Siente pena, pero puede ser dura, severa. Frágil en su piedad, resulta trágica, porque sabe que tiene una finalidad mortal que delimita su existencia”. Ella es símbolo de un pais donde las mujeres llevan el control de los hogares y asume el rol de los hombres cuando estos escapan o se hacen al lado y se asumen como inquilinos de sus propios hogares.
La obra transcurre en 1968, y por estrategia o picardía, específicamente, el 10 de octubre, día del nacimiento de Chalbaud en Mérida, año 1931. Esto demarca un contexto histórico y   social. Pero en la obra no se recrea la historia patria. Se desarrolla dentro de su propia circunstancia argumental. Ese espacio-tiempo es dentro de una Venezuela resplandeciente por el brillo petrolero, que vive la abundancia, la riqueza y el derroche. Da esa riqueza bullanguera y trivial de la Venezuela desde los sesenta hasta los finales de siglo XX. Hay muchísimas señales en la pieza, de que pudiera pensarse que se trata de una recreación firme de una situación país. En el tráfico de influencias, en el ejercicio del poder a través del sexo, de las relaciones y tratos sobre colchones desvencijados y manchados de sangre seca. Todas podrían identificar a una Venezuela que luce corrompida, sin historia. En este sentido, si se puede decir que la obra marca un momento histórico y advierte que algo puede pasar en algún momento o ya está pasando, como comenta el versionista y director Ibrahim Guerra.

El trabajo actoral merece una crónica aparte porque ahí están en franca competencia dos o tres generaciones actorales, lo cual es toda una novedad por su calidad.

miércoles, febrero 22, 2017

Vimazoluleka inicia temporada en el Teresa Carreño

En la sala José Félix Rivas del Teatro Teresa Carreño se hará la primera proyección oficial del largometraje Vimazoluleka, de Levy Rossell Daal, el próximo domingo 26 de febrero, a las tres de la tarde. Se trata de una función privada para los inversionistas, periodistas amigos y personalidades. Despues, entre las salas donde se le verá, estará el Teatro Junín, espectacular espacio donde tiene vida la monumental Fundación Corazón Llanero Multimedia.
¿Qué es Vimazoluleka como obra cinematográfica?  
Es un juguete fílmico que atrapará al público y lo invitará a que la interprete según su cultura y talento natural.
¿Cómo se explica Vimazoluleka?
Ella se explicará a lo largo de su proyección.
¿A cuánto asciende la inversión para este filme?
Son algo así como 12 millones de bolívares.
¿Quiénes lo ayudaron a la realización de la película?
Los codirectores que me acompañaron son: Oscar Ribas, Gabriel Castillo, Saul Torres y Gino Tossello.
¿Tiempo de duración de la película?
Unos 96 minutos, bien contados.
¿Quién la distribuirá o exhibirá?
Tengo una carta de intención de Cines Unidos.
¿Elenco?
 Tengo mil jóvenes que bailan y entre el elenco figuran: Mirla Castellanos, Julio Mota, El Moreno Maikel, Igor Muñoz, Alejo Felipe, Andreina Alvarez, Manola García Maldonado y Simona Chirinos, entre otros.
¿De qué vive o cómo cubre sus gastos Levy Rossell?
 Solo tengo la pensión del IVSS, que me la logró la Casa del Artista, y unos trabajos que hago para un canal de televisión.  
 Y como sabe que hay expectativa por su primera pieza cinematográfica, Levy nos entregó una lista de palabras y sus respectivas explicaciones, como para que la gente sepa qué verá, qué le mostrarán o qué sentirán ante esa primera versión fílmica de la legendaria pieza teatral Vimazoluleka, estrenada en el año 1966, en el otrora Ateneo de Caracas, cuando funcionaba en la quinta Ramia. La lista es esta:
Social: Porque trata del conjunto de personas que se organizan en clases según su nivel económico o su poder político y/o religioso que tiene relación con ellas.
Vergonzante: Porque trata de quien siente vergüenza de su actividad o de su condición y actúa de manera encubierta en humor y símbolos.
Íntima: Porque es privada, reservada y profunda.
Espectacular: Porque llama la atención y despierta admiración por ser exagerada y estar fuera de lo común.
Documental: Porque trata de hechos y personajes reales con fines informativos o pedagógicos.
Testimonial: Porque ella en sí misma es un documento que hace fe de lo contenido en ella.
Pedagógica: Porque es instructiva, enseña y educa porque está expuesta para hacer reflexionar y producir razonamiento y justicia.
Caleidoscópica: Por múltiple y cambiante.
Expresionista: Porque pretende formar parte de ese importante movimiento artístico universal.
Absurda: Porque intencionalmente es contraria y opuesta a la razón y la lógica.
Lógica: Porque responde a las leyes generales que rigen el pensamiento humano y científico.
Interpretativa: Porque está hecha para permitir este ejercicio mental.
Auditiva: Por la multiplicidad de canciones y efectos sonoros.
Hipnotizante: Porque atrae intensamente dejando bajo su influencia a quien lo vea y oiga.
Críptica: Porque no es fácilmente comprensible de una vez. Está hecha para ser entendida, una vez interpretada…
Musical: Por la multiplicidad de temas y canciones que contiene.
Coreográfica: Por las innumerables danzas que se ejecutan y más de 600 bailarines y acróbatas.
Irreal porque cuesta creer la realidad que presenta. Más es la realidad.
Brumosa: Porque es relativa a la confusión y aparente falta de claridad que hay en ella.
Involucrante: Por hacer participar al espectador
comprometiéndole o produciendo reclamos.
Vertiginosa: Por rápidamente intensa.
Cruel: Porque causa sufrimiento y dolor.
Tierna: Por el afecto y dulzura, que despierta.
Humorística: Por sus características ingeniosas.
Suspensiva: Porque está o se queda por un momento desconcertada e indecisa, sin saber qué hacer o qué decir.
Grotesca: Por poseer elementos irrisorios, ridículos y extravagantes que acentúa descarnadamente.
Inubicable: No se halla en tiempo y espacio único y determinado y está en todas partes simultáneamente.
Intemporal: Porque no depende del aparentemente paso del tiempo y está fuera de él.
Inespacial:  Que no ocupa un lugar en el espacio.
Efectista: Porque produce un fuerte efecto en el ánimo una vez comprendida.
Narrativa: Porque en ella se cuenta algo que ha sucedido realmente y también hechos e historias ficticias.
Agitado: Ajetreada, acompañada de gran actividad.
Poética: Porque emociona por su belleza o su encanto y patética repugnancia intelectual.
Bizarra: Porque es valiente y noble en su intención y composición del débil.
Enternecedora: Que produce un sentimiento de ternura o compasión.
Patética: Porque capaz de conmover y agitar el ánimo con afectos vehementes, dolor y melancolía.
Conmovedora: Porque enternece y emociona.
Sublime: Porque destaca enormemente lo que tiene gran valor en lo referido a lo humano
Terrenal: Por mundana y material en oposición a lo espiritual.
Mística: Porque dedica a la vida espiritual y a la contemplación de Dios, o, su búsqueda.
Humana: Porque muestra los defectos o limitaciones de la persona.
Animada: Por alegre por mucha gente.
Desoladora: Porque a ratos que produce un dolor, amargura y tristeza muy intensos.
Frenética: Porque violenta el ánimo.
Repugnante: Porque causa sensaciones muy desagradables.
Ilustrativa: Porque ilustra, explica o hace comprender las cosas.
Objetiva: Por el fin al que se dirige.
Fragmentada: Por fraccionar, dividir en partes “el todo”.
Sucesiva: Por acciones y hechos que siguen a otro inmediatamente después en la línea aparentemente temporal.
Recreativa: Porque divierte y entretiene.
Conectada: Une y pone en contacto con la realidad de modo que formen una sola cosa o queden trabadas en la conciencia.
Cantada: Porque se sabe y se conoce de antemano aunque este en conciencia dormida del espectador.
Múltiple: Que está formada por más de un elemento y por varias partes.
Disolvente, envolvente, efectista: Porque pretende producir un fuerte efecto o impresión en el ánimo.
Retrógrada: Porque presenta ideas o instituciones políticas o sociales propias de tiempos pasados que controlan el presente.
Situacional: Por transitoria, pasajera y ligada a una determinada situación.
Gráfica: Porque representa o describe con mucha fortaleza la idea que desea expresar.
Moderna: Porque también pertenece al presente, al periodo de tiempo actual.
 Autentica: Porque es cierta, verdadera.
    


lunes, febrero 20, 2017

Unearte fundó Catedra Libre de Crítica para las Artes

La Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) presentará, el próximo miércoles 22 de febrero de 2017, la Cátedra Libre de Crítica para las Artes “Carlos Herrera”, recientemente creada con el propósito de propiciar un espacio de reflexión, entendimiento y creación en torno al ejercicio de la crítica en artes, su estructura, lenguaje, formas y vínculos con la realidad que circunda el hecho artístico y la sociedad que lo produce.
En el acto de presentación, a realizarse en la Sala de Conciertos de Unearte Plaza Morelos a las 3:30 pm, estarán presentes las autoridades universitarias, encabezadas por el rector Néstor Viloria, que se harán acompañar por representantes ministeriales de cultura y educación universitaria, docentes, estudiantes, periodistas y críticos de las distintas disciplinas artísticas. La Cátedra Libre “Carlos Herrera” es una iniciativa académica que estará apoyada por la Asociación Venezolana de Crítica Teatral (Avencrit) y el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas.
Este nuevo espacio de disertación, formación y difusión, buscará también fomentar la importancia de la investigación e historiografía en torno a las artes, como un modo de contribuir y fomentar el interés por el pensamiento crítico, así como discutir y revisar las prácticas artísticas y creativas en la generación de intercambios de saberes.
La cátedra representa un significativo homenaje permanente al maestro Carlos Herrera, quien en vida trabajó por más de treinta años como crítico teatral impulsando el género y pensando el teatro venezolano. A través de este espacio se pretende difundir su legado y dar continuidad a su incansable trabajo por las artes escénicas en Venezuela. Como una iniciativa de los docentes del CECA Plaza Morelos, la Cátedra estará coordinada por el profesor, director teatral, crítico y dramaturgo Luis Alberto Rosas, acompañado por el periodista, gestor cultural y crítico de danza Carlos Paolillo, junto a las especialistas en gestión cultural Ana Sofía Afanador, Mariela Vásquez, Ibis Piña y Rosa María Rappa.
 Carlos Herrera (1957-2016)
Creador del blog Bitácora crítica, académico, se formó como Licenciado en Artes y Maestro en Teatro Latinoamericano por la Universidad Central de Venezuela; y también participó en talleres del actor Enrique Porte. También cursó estudios en dirección teatral y dramaturgia, de la mano de los maestros Herman Lejter y Juan Carlos Gené. Se desempeñó como asistente en 20 montajes teatrales para Antonio Constante, José Ignacio Cabrujas, Ugo Ulive y Armando Gota. Herrera,  fungió como docente de la Unearte, donde también fue Coordinador de Producción y Creación de Saberes del CECA Plaza Morelos entre los años 2010 y 2012.
Investigador teatral, sumó a sus logros la organización del Festival Municipal de Teatro (1992 -1997). Prologuista de libros publicados por dramaturgos venezolanos, también publicó sus trabajos en ediciones de Imagen, Revista de la Cancillería, Revista ADE (España), Revista Latin American Theater Review (EEUU), Revista Ollantay Theater Magazine (EEUU), Revista Conjunto (Cuba), Ojo de Gato (México).
Colaboró en medios como El Nacional, Diario de Caracas, El Universal, Periódico del Teatro y Periódico del Festival, Diario El Carabobeño, El Globo, Revista Enescena, Tal Cual, Encartado Todos Adentro, Publicarte, CiudadCCs, El Mundo Economía y Negocios.

Entre sus libros figuran Apuntes para armar una visión del país Teatral y Ensayos, crónicas y críticas sobre Teatro venezolano (2012), editados por Fundarte. Compilador y prologuista para Antología del Teatro Contemporáneo Venezolano, publicado en 2015 por Editorial Paso de Gato de México. 

Sofía Imber murió y dejó valioso trabajo cultural

Sofía Imber,periodista y hacedora de cultura.
Tenía 11 años y le cobraba un fuerte (cinco bolívares de esa época) al periodista Alberto Ravell por trabajar en un programa de Radio Continente. Era “Astrid, la estrella del piano”, nombre artístico de una niña que a los tres años había llegado en los brazos de Naum Imber y Ana Barú, huyendo de la persecución de los comunistas rusos desatada contra los judíos de Soroca, en Besarabia.
Así nos lo conto Sofía Imber, en octubre de 2007 y hoy, al conocer su mutis final, la evocamos con la última entrevista que nos dio. A más de 92 años de esos inolvidables recuerdos y cuando en su balance vital tiene una impresionante tarea de promotora cultural, como fue la creación, puesta en marcha y ubicación destacada del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, con el apoyo del Estado venezolano, además de haber realizado varias décadas de buen periodismo televisivo, radial y escrito, la otrora “Astrid” o sea Sofía Imber (viuda en dos ocasiones) reconoce que “la vida es como una caraota... es nada”.
Fue en una invernal noche dominical y en esa soledad de la quinta Sir, comprada por 600 mil bolívares en la década de los 60, Sofía no explica por qué ubica la vida al nivel de esos apetitosos granos negros, pero sí saborea un vaso de ginebra con agua de quina, servida por la eficaz peruana Elsa, mientras acaricia sus tres perros e intenta cargarlos. Comenta que todavía la radio permite propalar mentiras y engañar a los pueblos. No sucede lo mismo con la televisión y muy en especial la que ella hizo con su esposo Carlos Rangel, dirigidos por el experto Daniel Farías. En esa televisión sin manipulación, los ojos decían una cosa, la boca otra y las manos revelaban otros asuntos, dejando así prácticamente “desnudo” al entrevistado que no sabía mentir o disimular su enojo al ser descubierto.
Y eso hizo temible a la pareja televisiva, pero a la vez era la más buscada por aquellos interesados en venderse en el horario tan especial de Buenos días. ¿Los rocambolescos cambios políticos hicieron de la TV un arma temible o fue la TV la que alteró la política?, es una pregunta que ella formuló.
Como la nostalgia es tan inocultable como la tos, recordó su dilatada pasantía por los medios impresos, especialmente cuando redactaba la columna “Sofía la intransigente” en El Nacional.
Ella aclara ahora, quizás tarde, que el calificativo “la intransigente” fue un error de los temibles duendes de las imprentas. Había escrito “Sofía la exigente”, como la llamaban en el MACC. Pero ese equívoco gustó y así se le conoce, cuando precisamente no era para nada “intransigente” sino todo lo contrario. Nunca cambió ese título porque no le gusta dar explicaciones a nadie, aunque ahora lo hace para dejar sin sombras esa saga.
La memoria la refugia en los sórdidos y húmedos sótanos de Parque Central, entre 1972 y el 23 de enero de 2001, aquella inolvidable etapa de “pedigüeña”, cuando no hubo Gobierno a quien no solicitara los millones de dólares necesarios para erigir y dotar con calidad al MACC. Comenzó en 64 metros cuadrados y dejó más de cuatro mil metros cuadros para salas de exposiciones, oficinas y depósitos. Además de cuatro mil piezas artísticas, “ninguna mediocre”, sin olvidar los 200 Picasso, entre papel y óleos. ”No hay dinero en el país para comprar obras como las que ahí están. Todos sus autores murieron y son irrepetibles”. Tampoco sabe cuánto se invirtió ahí y recomienda revisar los presupuestos asignados, porque cuando salió dejó dos millardos en las cuentas de la institución.
Asegura que su presencia en esos sótanos, a lo largo de 29 años, donde trabajó día y noche, manteniéndose permanentemente informada y cultivando las relaciones con los otros museos del mundo, le permitió forjar un equipo enamorado de su trabajo y entender al MACC como centro educador. Insiste en que la Interpol, el FBI y otros cuerpos policiales deben encontrar el óleo de Henry Matisse, Odalisca con pantalón rojo, oficialmente desaparecido o hurtado o robado el 3 de diciembre de 2002, “cuando yo ya no estaba ahí”.
Y lo dice abiertamente: “el museo ya no me interesa; quedó atrás. Ahora estoy dedicada a rescatar, complementar y preservar, con el apoyo de la buena gente de la Universidad Católica Andrés Bello, más de 3.700 copias de las entrevistas que Carlos Rangel y yo hicimos a personalidades nacionales y mundiales entre 1969 y 1986, en nuestro Buenos Días”. En ese trabajo consume todas sus tardes y la “hace muy feliz porque ahí trabajo para rescatar la memoria viva de una etapa gloriosa del país”.
Descarta escribir sus memorias. Prefiere vivir el ahora y su momento. Deja así que otros escriban su paso por esta vida, donde procreó cuatro hijos y tres nietos. ”Vivo con inmenso placer mi rol de abuela”.
Este periodista conoció a Sofía Imber en 1969, cuando editaba su columna “Criticandito” para el diario La Verdad (ya desaparecido). Un espacio único y testimonio fiel, durante muchos años, del mundo de las artes plásticas vernáculas, que se favorecería después con la aparición del MACC.
APARECIO EL MATISSE
Sofía Imber, fundadora del Museo de Arte Contemporáneo y emblemática promotora de arte en Latinoamérica, se sumó al flujo incesante que tuvo  la exposición Odalisca con pantalón rojo, y llegó, en una visita el  martes 10 de febrero de 2015, la cual arrancó una ovación de parte de un grupo de niños que se encontraban estudiando la obra del célebre pintor francés Henry Matisse, y donde en su recorrido por las salas del MAC mostró mucha satisfacción y orgullo por el estado en el que están las obras del referido ente ubicado en la Zona Cultural de Parque Central.
Esta amante de las artes plásticas tejía miles de comentarios durante su paseo como: el Francis Bacon - Figure at a washbasin (Personaje ante un lavabo)está igualito; esa obra – y señalaba Los Mercaderes de Marisol Escobar- fue la primera que adquirió el museo; este Georges Braque – y se refería a Le Billard (El Billar) de la serie del mismo nombre hay tres en el mundo pero éste es el mejor.
Ímber no dejaba de admirar el gran amor que los trabajadores del MAC le imprimen al museo, “es fabuloso puedes estar contenta de trabajar aquí, es un privilegio”.  Dijo que reconocía “el trabajo que se está haciendo poco a poco, a pesar de todas las dificultades que hay en este momento” y extendió una invitación muy particular: “le puedo decir al público que no se pierdan de lo bueno que es esto, es un tesoro, que lo están cuidando las personas que aquí trabajan para que ustedes puedan venir, y la mayor de veces posibles, porque hay muy buenas obras”.
Durante su paseo brillaron sus ojos al revivir anécdotas de algunas obras de la colección, entre ellas recordó las dificultades que tuvo en la aduana para traer la escultura La Novia de la artista Niki de Saint Phalle o los trámites para adquirir y cómo embaló la Suite Vollard de Pablo Picasso.
La visita al MAC de esta mujer entregada al arte que dejó un legado indiscutible, aún flota en las palabras que dirigió a la generación de niños y jóvenes visitantes: “Los felicito por venir al museo y admirar las obras de arte, agradezco que estén aquí, sigan haciéndolo, ustedes son el presente y el futuro del país, verlos aquí para mí es un orgullo, éste museo es un gran museo y seguirá siéndolo”, suscribe la periodista Teresa Quilez.


sábado, febrero 18, 2017

Dos funciones en Caracas de "El pez que fuma"

Función del viernes 17 de febrero de 2017.
Por quinta vez en 49 años se presenta la obra El pez que fuma, de Román Chalbaud, durante este fin de semana en el Teatro Teresa Carreño – este sábado, 6PM, y mañana domingo, 5PM- , después va al Teatro de la Ópera de Maracay y regresa a Caracas para una temporada en el Teatro Nacional. En esta ocasión, la Compañía Nacional de Teatro, comandada por Alfredo Caldera, es la empresa estatal productora y la versión escénica es de Ibrahím Guerra, quien respondió así a nuestras preguntas.
– ¿Por qué esta pieza?
Estoy plenamente convencido de que es importantísima para entender el teatro venezolano de todos los tiempos; especialmente, el que Roberto Lovera De Sola denomina la Segunda Modernidad, que, para mí, es la definitiva. Fueron César Rengifo desde la epopeya histórica venezolana, y Román Chalbaud, desde la lacerante realidad de la Venezuela urbana, capitalina, poblada de autopistas, de construcciones arquitectónicas, pero poseedora también de un inframundo en el que la venezolanidad se vio atrapada en involuntarias circunstancias sociales. Por un lado, se confrontó con la opulencia, y, por otro, las hizo propias desde espacios a los que solo llegaba el resplandor de una riqueza inesperada a través de billetes fraudulentos. El pez que fuma registra una esencia de permanencia, de resistencia a un presente y a un futuro avasallantes, que arrasaban con todo lo existente. Todo debía cambiar. Las leyes regulares ya no servían para nada. El parasistema se impuso como una necesidad, y funcionaba al margen, pero mejor que el oficial. El pez que fuma es un burdel, en el que, bajo el riguroso control de un ente superior, oculto en los cajones electorales, que desde la oscuridad maneja con hilos invisibles la conducta de seres proscritos que, al desnudo, exponen sin control alguno todas sus emociones. Es, sin lugar a dudas, una gran pieza de teatro.
–La metáfora escénica presenta a una prostituta, dueña del burdel, acosada por las leyes y por los mismos malandros. ¿Cómo explica esa situación en estos tiempos?
Hay quien dice, por ejemplo, que la contextualización no está en el ambiente del burdel de la obra, sino en la prostituta que lo regenta, La Garza, mujer de sino trágico, que sucumbe a sus propios deseos y a sus pasiones. Vista así, sí podría decirse que es en sí misma un contexto de lujuria, de mando, y, a la vez, que de entrega, de posesión. Regenta, ordena, y a la vez la vencen sus pasiones. Siente pena, pero puede ser dura, severa. Frágil en su piedad, resulta trágica, porque sabe que tiene una finalidad mortal que delimita su existencia. Como el país, y en esto, la pieza es verticalmente venezolana, mezcla de manera imperceptible, el drama, la comedia y la tragedia. Las situaciones pasan vertiginosamente de un género a otro, marcando una dinámica dramática excepcional, desarrollada sobre un lenguaje escénico de gran pureza. Posee una evolución argumental técnicamente impecable. Propio de todas las piezas de Román.
– ¿Tiene vigencia ese texto o ha sido superado?
La obra ocurre en 1968, y no sé si por estrategia o por picardía dramatúrgica, específicamente, el 10 de octubre, día del nacimiento de Román en Mérida, año 1931. Esto demarca, ya de por sí, un contexto histórico, y, desde luego, social. Pero la obra no habla ni se recrea en la historia patria. Se desarrolla dentro de su propia circunstancia argumental. Esa época, siendo la obra estrictamente criolla, se desarrolla dentro de una Venezuela resplandeciente por el brillo petrolero, que vivía en la abundancia, en la riqueza, en el derroche. Es significativo que a una de las paredes del burdel le hayan crecido hongos. Este y otros detalles hablan claramente de que se trata de una casa gastada, empobrecida y marginal, en medio de ese mundo de oropel. De otro aspecto de esa riqueza bullanguera y trivial de la Venezuela de los sesenta, pero sus personajes no están dentro de esa mecánica oficial, enriquecida, que caracteriza el medio social que los circunscribe. Están marginados, por lo que no es difícil suponer que posean sus propias formas de vida. Conforman una especie de Estado paralelo, que tiene sus leyes y normas, y en el que la economía se rige por las cifras escritas en papelitos en los que se anotan los consumos de los clientes del burdel. La Garza, la dueña, los contabiliza y administra. No es una economía formal, es un parasistema administrativo propio, en el que está prohibido que las putas firmen vales, pero que, sin embargo, y a la usanza del Estado oficial, se hacen, para extraer, a escondidas de la dueña, dinero de la caja registradora, valga decir, de las arcas del burdel. Hay muchísimas señales en la pieza, de que pudiera pensarse que se trata de una recreación firme de una situación país. En el tráfico de influencias, en el ejercicio del poder a través del sexo, de las relaciones y tratos sobre colchones desvencijados y manchados de sangre seca. Todas podrían identificar a una Venezuela que luce corrompida, sin historia. En este sentido, si se puede decir que la obra marca un momento histórico.
Doble elenco
“Delicioso, pero sumamente difícil, ha sido trabajar con dos elencos. La Compañía Nacional de Teatro convocó a pruebas a quienes quisieran participar en ella. Aparte de dos actrices, Aura Rivas y Francis Rueda, quedaron en el elenco estable unas 30 personas.  En este sentido, me tocaba a mí seleccionar a quienes considerara   adecuados para interpretar la pieza de Román. Tomé una decisión drástica, que fue aceptada por los directivos, de que todos la hicieran. Ya yo tenía en mente a Francis para La Garza, a Aura para La Argentina, y a un hombre de teatro que admiro, Luis Domingo González. A estos tres personajes les creé nuevas circunstancias argumentales para, si cabe, robustecer y afianzar aún más sus discursos dramáticos. Para mí, estos tres intérpretes eran imprescindibles, y, en los tres casos, por fortuna, en el elenco estaban Norma Monasterios y Trino Rojas, que también se encuadran perfectamente en esos personajes. La exacerbada teatralidad de Andy Pérez, Jesús Hernández y Ludwig Pineda encajaban perfectamente dentro de lo que me propuse. Citlalli Godoy y Larry Castellanos desarrollaron una dificilísima construcción de El Ganzúa. Keudy López fue una verdadera sorpresa, no lo conocía; él, además, es el encargado de realizar los arreglos y de la interpretación al piano de los segmentos musicales del montaje, que dirigen Norma y Jesús. Los acompañan Francisco Aguana, quien creó una característica para componer El Robin, y Arturo San no solo interpreta varios personajes, sino que, además, me ayuda en la dirección del batallón.  Juliana Cuervo y María Tellis interpretan a la Marlene de la obra. Dentro de la maestría de los actores del elenco, ninguno contaba con las características de pubertad que requieren dos personajes, Juan y Selva María. Citamos a cuatro actores que forman parte del emergente, Ángel Pelay, Nitay La Cruz, Marcela Lunar y Oriana Martins, para escoger a esos dos intérpretes. Los dejamos a los cuatro. Pero la verdadera sorpresa para mí fue Jean Manuel Pérez. Si de alguien pudiera decir que es un intérprete integral, es de él. Su larga trayectoria en la danza, en la música, siempre en roles dramáticos, le otorgan las características para interpretar al nada fácil Jacinto, que emblematizó tanto en el teatro como en el cine, el legendario José Salas. Con este doble elenco me siento en mis orígenes.