Desde la temporada de 1982, en la Sala Rajatabla, el peregrinar exitoso de la obra A 2,50 la Cubalibre no cesa. Aquí en Caracas, el año pasado, cuando Luis Fernández y Mimí Lazo asumieron la dirección y la producción, respectivamente, de su texto, el dramaturgo Ibrahim Guerra (Caracas, 1942) contaba , con mucho gozo, que su pieza llevaba más de 40 producciones nacionales e internacionales, además de haberse ganado el mexicano Premio Quetzal de 0nix,en la temporada 1990. Pero lo que nunca sospechó este ingeniero eléctrico (así es su titulo de la UCV), que finalmente “sucumbió” en las lides de las artes escénicas, es que desde Bogotá le pedirían los derechos para representarla con un elenco bello y diestro, además reforzado por el travesti Endry Cardeño, protagonista de Cheila, una casa para maita, la primera película venezolana que aborda la temática de la transexualidad.
Y es por eso que desde este viernes, en la capital colombiana, dirigida por el mismo Luis Fernández, se presenta la versión “cachaca” del melodrama de cinco mujeres prostituidas en una bar o cantina de mala muerte.
La puta interior
"Buscamos la prostituta interior y, poco a poco, fue apareciendo", dice la actriz Alejandra Borrero, al recordar los ensayos de su más reciente espectáculo que se estrena en Casa Ensamble, en Bogotá, informa el periódico El Tiempo, de Bogotá
La pieza teatral A 2,50 la Cubalibre reconstruye la cotidianidad de un burdel. Durante meses, Borrero y diez actrices más se dedicaron a descubrir el mundo que rodea a las trabajadoras sexuales; hicieron trabajo de campo en algunas casas de citas y se pasearon por los corredores de la Casa Ensamble, ensayando la vida que se ve y la que no se ve de estas mujeres.
"Interactuamos con los empleados de la casa para darnos confianza", recuerda la actriz Johana Morales, quien hace parte del elenco y además es la productora del montaje colombiano.
Practicando sus armas de seducción y sacando a flote una sensualidad desafiante, pusieron nervioso a más de uno. Ni siquiera Raúl Fernández, jefe de seguridad del espacio teatral, se salvó de los coqueteos y las invitaciones de las actrices, en pleno proceso de interiorización de sus personajes.
A 2,50 la Cubalibre cuenta con las actuaciones de Alejandra Borrero, Endry Cardeño, María Fernanda Yépez, Indira Serrano, Carolina Gaitán, Jenny Osorio, Rita Bendek, Estefanía Godoy, Ana María Sánchez, Aída Morales y Johana Morales, quienes escapan de un escenario convencional para tomarse todo el espacio de Casa Ensamble.
"La idea es que el público se meta en el cuento, que interactúe y se comprometa con este espectáculo. Hay un gran prejuicio alrededor de ese gremio, tanto de hombres como de mujeres, pero vivir ese mundo no es nada fácil", agrega Borrero, que trabajo esta producción junto al venezolano Luis Fernández. Un montaje que también habla de maltrato y de lo que implica tomar ese estilo de vida. "Ellas están para seducir, no para ser seducidas", reflexiona Morales, en Bogotá, por supuesto.
Cabe recordar, que este viernes, el montaje caraqueño, que se muestra en el Bar Teatro, en la avenida Orinoco, cumple un año de funciones.
Y es por eso que desde este viernes, en la capital colombiana, dirigida por el mismo Luis Fernández, se presenta la versión “cachaca” del melodrama de cinco mujeres prostituidas en una bar o cantina de mala muerte.
La puta interior
"Buscamos la prostituta interior y, poco a poco, fue apareciendo", dice la actriz Alejandra Borrero, al recordar los ensayos de su más reciente espectáculo que se estrena en Casa Ensamble, en Bogotá, informa el periódico El Tiempo, de Bogotá
La pieza teatral A 2,50 la Cubalibre reconstruye la cotidianidad de un burdel. Durante meses, Borrero y diez actrices más se dedicaron a descubrir el mundo que rodea a las trabajadoras sexuales; hicieron trabajo de campo en algunas casas de citas y se pasearon por los corredores de la Casa Ensamble, ensayando la vida que se ve y la que no se ve de estas mujeres.
"Interactuamos con los empleados de la casa para darnos confianza", recuerda la actriz Johana Morales, quien hace parte del elenco y además es la productora del montaje colombiano.
Practicando sus armas de seducción y sacando a flote una sensualidad desafiante, pusieron nervioso a más de uno. Ni siquiera Raúl Fernández, jefe de seguridad del espacio teatral, se salvó de los coqueteos y las invitaciones de las actrices, en pleno proceso de interiorización de sus personajes.
A 2,50 la Cubalibre cuenta con las actuaciones de Alejandra Borrero, Endry Cardeño, María Fernanda Yépez, Indira Serrano, Carolina Gaitán, Jenny Osorio, Rita Bendek, Estefanía Godoy, Ana María Sánchez, Aída Morales y Johana Morales, quienes escapan de un escenario convencional para tomarse todo el espacio de Casa Ensamble.
"La idea es que el público se meta en el cuento, que interactúe y se comprometa con este espectáculo. Hay un gran prejuicio alrededor de ese gremio, tanto de hombres como de mujeres, pero vivir ese mundo no es nada fácil", agrega Borrero, que trabajo esta producción junto al venezolano Luis Fernández. Un montaje que también habla de maltrato y de lo que implica tomar ese estilo de vida. "Ellas están para seducir, no para ser seducidas", reflexiona Morales, en Bogotá, por supuesto.
Cabe recordar, que este viernes, el montaje caraqueño, que se muestra en el Bar Teatro, en la avenida Orinoco, cumple un año de funciones.
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