miércoles, agosto 16, 2006

Fedra contra el teatro comercial de Caracas

Costa Palamides, meritorio teatrero criollo, de orígen griego, utiliza la situación melodramática, para estos tiempos, de los amores prohibidos de una madrastra hacia su hijastro, como lo cantaron los poetas antiguos, y arremete -desde su óptica y su conocimiento- contra el actual estado de cosas del teatro vernáculo, en especial contra ell llamado "comercial". Y para ello , lleva a escena su versión del texto que Racine escribió sobre Fedra. Pero dejemos que ahora sea este artista quien exprese sus racionamientos, porque después el público pensará y dirá lo suyo, como tambien corresponderá a los críticos:
"El teatro venezolano de los últimos 50 años nunca ha llevado a escena la Fedra de Racine. Siendo la tragedia quizás más importante del clasicismo francés (con el perdón de Corneille) y uno de los grandes clásicos del teatro universal, Teatrela ha querido escoger, por fin montar esta pieza en su repertorio, donde se destacan otras piezas clásicas como El astrólogo fingido de Pedro Calderón de la Barca, (España), Los rústicos de Carlo Goldoni, (Italia), Gitanas, celestinas y hechiceras de Gil Vicente (Portugal) y Santa Plata o la riqueza de Aristófanes (Grecia). Por primera vez incorporamos pues una obra francesa a nuestro repertorio ligado a la idiosincrasia del ser latinoamericano. Una obra y un autor que además ha movido el interés de los grandes ensayistas literarios del siglo XX como Lucien Goldmann, Rolad Barthes y Jean Duvignaud".
- ¿Por qué Fedra hoy?
- Teatrela también ha sido exponente de la dramaturgia latinoamericana de los últimos tiempos: Jardín de pulpos de Arístides Vargas, Una vez más, por favor de Michel Tremblay y El ángel de la culpa de Marco Antonio de la Parra, entre otros. Con Fedra volvemos a lo que denominamos "clásicos latinos" en su mayor escala y retornamos a la tragedia después de diez años, cuando hicimos Bodas de Sangre de Federico García Lorca. Para nosotros es fundamental correr riesgos, enfrentarnos a nuevos retos y comprometernos con el teatro de arte, en un momento en que estamos entre el éxito fácil de teatro comercial con cartel televisivo y entre el teatro populista, dirigido por el estado, para sus efectos demagógicos. Permanecer ajenos y a contracorriente frente a esos nefastos tipos de teatro ha sido nuestro objetivo durante todos estos años. Los más importantes grupos de teatro del país han estado en este camino, llevando a los escenarios a Shakespeare, Cervantes, Moliere, Chejov, Eurípides, Beckett, Cabrujas, Yourcenar, Lorca, Belbel, para nombrar algunos autores, sin importarles la inmensa dificultad que existe para hacer teatro de arte en la época del pan, circo y magia de la cultura del estado y por otra parte la denigrante evasión con lenguaje televisivo del teatro comercial que intenta hacer teatro pseudointelectual con lecturas dramatizadas y cuentos de hadas revisitados. Manejar el teatro con criterios masivos y el monólogo fácil tipo stand-comedy es realmente friqueante. El teatro es mucho más que eso. Es búsqueda de nuevos lenguajes, es apertura a fronteras expresivas inexploradas, es encuentro con los grandes textos y las grandes escuelas de interpretación, es estrenar a nuestros autores, es hacer danzateatro con las mil y unas noches y con Sor Juana Inés de la Cruz y con Carlos Fuentes. ¿Entonces, por que no la Fedra de Racine, un manantial de palabra poética que habla sobre la pasión, el honor y la traición? Yo invito al público caraqueño a que se olvide por un rato de los festivales gratuitos bolivarianos y de las historias de sexo y perversión de los libretistas de televisión y asista a una noche diferente de teatro de arte.
-Pero a pesar de todo, Racine y Moliere competirán ahora en la cartelera del Ateneo de Caracas ¿Coincidencias?
-En primer lugar, el público caraqueño tiene la oportunidad única de ir al Ateneo de Caracas y ver un Moliere, con El enfermo imaginario, y un Racine, que para más colmo fueron al principio maestro y discípulo y después archienemigos de la escena. Una comedia y una tragedia de dos grandes autores que se amaron y odiaron. Creo es una maravillosa coincidencia, que nunca se ha visto en los escenarios caraqueños. Sabina Berman ha escrito una pieza maravillosa sobre la relación Moliere-Racine. En segundo lugar, Fedra ha sido inspiración de grandes autores universales. Una de las obras de Sarah Kane, el último grito de la escena inglesa, está basada en el argumento de Fedra. Desde Eurípides hasta la autora británica prematuramente fallecida, grandes autores (Séneca, Kleist, Unamuno, Espriú, entre otros) han tocado los que yo llamaría "la saga del laberinto" donde se unen las historias de Minos, Egeo,Teseo, Fedra, Ariadna y el Minotauro. Para muestra en Latinoamérica, autores de distintas épocas como Germán Luco Cruchaga (Chile), Sor Juana Inés de la Cruz, Xavier Villaurrutia y Emilio Carballido (México) Julio Cortázar (Argentina) y León Febres Cordero (Venezuela) han tratado con sagaz pluma esta saga mítica proveniente de la antigüedad griega.
- ¿Quienes son los integrantes del montaje de Fedra?
-La pieza está protagonizada por Diana Volpe, quien además de ser la última ganadora del Premio Municipal de Teatro 2005 a la mejor actriz por Una vez mas por favor y Trópico del Crimen, acaba de triunfar en los teatros de Londres y Manchester con la obra Night, Mother de Marsha Norman. Las críticas han sido espectaculares con la actriz venezolana y haría falta una reseña sobre este triunfo. Está escudada por Haydee Faverola, nada más y nada menos que la Liuba de El Jardín de los cerezos (Premio Municipal de Teatro 2003 a la mejor actriz) dirigida por Eduardo Gil. Teseo es interpretado por Ludwig Pineda quien viene de hacer el Agamenón de Cien pares de ojos, bajo la dirección emblemática de Diana Peñalver y en el 2002 interpretó a Taltibio y Menelao en Las Troyanas de Eurípides con la dirección del maestro griego Stavros Doufexis. Secunda firmemente la planta histriónica, la primera actriz Nirma Prieto (Medea, Las Troyanas, Los Rústicos, Lisístrata y Premio Municipal de Teatro 2004 a la mejor actriz secundaria por Jardín de pulpos. Oswaldo Maccio (actor de La Bacante y Orestes en Cien pares de ojos) y Migle González (Feroz, La muerte de Danton, y Galileo Galilei entre otras) completan un staff escénico comprometido con el teatro de arte, en los papeles de Hipólito y Aricia respectivamente. La planta artística está compuesta por Raquel Ríos en el vestuario, Oscar Salomón en la escenografía, Pantelis Palamides en los cantos originales, David Blanco en la iluminación, Rafael Bethancurt en el diseño gráfico, Coco Seijas en la producción artística, Juan Carlos Azuaje en la producción general y yo, en la adaptación y puesta en escena. La traducción al castellano es del gran autor argentino Manuel Mujica Láinez.
-¿Qué significa o qué se propone con ests Fedra?
-Fedra es una obra de resistencia, de reconstrucción de los laberintos de la palabra, de atrincheramiento frente a los subterfugios del poder, pero por sobre todo un mural de pasiones humanas, donde reina el deseo amoroso, que rompe los esquemas y obliga a los protagonistas a tomar decisiones equivocadas. Afrontan el sino trágico de sus existencias con vehemencia, tratando de no perder la dignidad y la cordura. Sin embargo los acontecimientos se precipitan implacables sobre ellos. Ella, Fedra, es el triunfo del instinto amoroso sobre la razón; esta última combate hasta el final para caer doblegada. Veo a los personajes a punto de caer o caídos tratando de reconstruir sus vidas frente a la execración, la traición o el destierro. Mientras el amor hiere por todos los costados, la razón sucumbe en un torbellino de poesía, de palabra hecha carne y sangre.

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