martes, julio 10, 2007

La Celestina llega para asombrar a caraqueños

José Simón Escalona, dramaturgo, escritor, actor y director-fundador del grupo Theja, además de ejecutivo de Radio Caracas Televisión, festeja sus 40 años de vida artística con la puesta en escena de La Celestina de Fernando de Rojas. El minimalista, depurado y creativo espectáculo, apuntalado en monumental puerta de hierro, protagonizado por Juan Carlos Gardié, Nacarid Escalona, Nacho Huett, Emerson Rondón, Maigualida Escalona, Eben Renán, Raquel Yánez, Rafael Ortiz y Kellyns Herrera, será estrenado el próximo viernes 20 de julio, a las 8:00 pm, en el Teatro Alberto de Paz y Mateos.
PASION LORQUIANA
Nacido el 14 de mayo de 1954 en Ciudad Bolívar, José Simón debuta en Caracas a los 14 años como actor con la dramatización del poema Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejía, de Federico Garcia Lorca, bajo la conducción de Edgar Mejías. Aquello le gustó tanto que siguió en el teatro y fundó al grupo Theja en 1973, al cual ha conducido hasta convertirlo con trabajo y estudio, además de la madurez de los años, en polo para el desarrollo y en modelo de creación de las artes escénicas criollas. ”La vida y obra del sacrificado poeta granadino es nuestra guía e inspiración en todos estos años. Sin pasión por la vida o el arte no somos nada”, puntualiza este teatrero.
ARGUMENTO Y VERSION
Comenta que el cuento de La Celestina no es más que una trágica historia de amor, donde una pareja de jóvenes se conocen, se aman y al final son víctimas de su locura amorosa, en medio de un asombroso enredo generado por una bruja que ayuda o colabora para que Calixto y Melibea den rienda suelta a sus pasiones, pagando con sus vidas tales arrebatos.
Adaptó el texto de Rojas (España, 1470-1541) -su primera edición está fechada en 1499- porque como artista debe enseñar a las nuevas generaciones de compatriotas que La Celestina es la primera obra dramática en lengua castellana, es principio de nuestro teatro. “El Theja, agrupación que sí investiga en las artes escénicas y ha realizado atrevidos montajes con clásicos y textos modernos, tenía una deuda con el principio teatral de nuestro verbo”.
Afirma que es un guión que despertó la pasión de su grupo y que ha de llegar de manera didáctica al público, pues como “educador y comunicador” considera que tiene una misión insoslayable ante las nuevas generaciones, por lo cual se propuso que fuese “una visión reveladora, una lectura comprometida, arriesgada y particular del clásico”.
Puntualiza que La Celestina es un retrato impactante de la sociedad en transición, de la Edad Media al Renacimiento, con todo el oscurantismo y toda la decadencia que fue generando esa Edad Media y todo el principio de esa nueva luz del Renacimiento y ese volver a lo clásico. “De alguna manera una de las cosas extraordinarias que tiene esa transición, desde el punto de vista literario, es como se pasa del oscurantismo de ese mundo dominado por la falsa moralidad, por el poder tan inmenso y oscuro como el de la Iglesia Católica, a un principio individualista y humano donde el hombre vuelve a pensar en sí mismo y se reencuentra con sus angustias, pasiones e ideales”.
ACTUALIDAD
La Celestina tiene vigencia en estos tiempos que se viven en el mundo,”pues este es un momento coyuntural similar al del siglo XV cuando se conoció esta obra, y la centuria siguiente cuando los españoles emprenden la conquista de América. Ahora estamos dejando el siglo XX y nos adentramos en el convulso XXI, en medio de una espantosa pobreza ética y un irrespeto a los ideales, mientras florece una sociedad donde la burla y la mentira es lo más importante. Donde un ladrón es más importante que un profesional o profesor, donde es más importante quien llega a un puesto porque lo ha logrado a través de la burla y de la mentira que a través del merecimiento. Todo está alterado y no se sabe quien es una señora y quien es una prostituta, donde no se sabe quien es un caballero y quien un delincuente. La Celestina propone una reflexión importantísima para el momento que vivimos. Y eso lo demuestro con mi versión social, donde acentuó este mundo en crisis, una sociedad de terratenientes que se hunde al insurgír una pequeña burguesía y donde hay un feroz enfrentamiento entre pobres y nuevos ricos. La obra, para mí, no es más que un gran conflicto social, donde los pobres buscan maneras para burlar a los ricos porque se sienten engañados también por ellos. Hay un monólogo extraordinario de Melibea, antes de morir, donde dice: yo dejé al mundo sin amor, yo deje al mundo sin juventud”.
ESPECTÁCULO
Esta versión 2007 de La Celestina le permite a Escalona el más sencillo y el más creativo de todos los montajes que ha realizado en cuatro décadas. Desecha los placeres visuales de las maquinas, los desnudos y la parafernalia escénica para mostrar una caja negra donde destaca una monumental puerta de mil kilos de hierro, la cual es entrada al infierno de la lujuria o a los hogares de Calixto, Meliba o la guarida de la diabólica puta vieja que desencadena la tragedia: esa que se escenifica cotidianamente en las ciudades venezolanas donde ser joven y enamorado de la vida se paga con la muerte. Todo servido de manera verista por un elenco vestido eclécticamente y al estilo siglo XXI.

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