martes, mayo 27, 2008

Bertold Brecht entre el eco de los ciruelos

El criollo Miguel Issa es un exitoso artista de bajo perfil. Su consecuente labor, como coreógrafo y realizador de no menos de 30 espectáculos de danza-teatro, lo ha convertido en destacado esteta que todos quieren contratar para saborear el éxito de sus producciones. Es por todo eso que la Compañía Nacional de Teatro (CNT) lo convocó para materializar una creación escénica que exalte al maestro Nicolás Curiel. ¡Oferta y reto nada despreciables en estos tiempos de revoluciones!
Ahora, Issa (45 años) anuncia que el próximo jueves, a las siete de la noche, en la Sala Experimental del Museo de Bellas Artes mostrará El eco de los ciruelos, montaje sincrético poco frecuente de danza, teatro, música, performance y video.
ESPACIO NO CONVENCIONAL
Issa aclara que inicialmente la CNT lo contrató para que versionara el espectáculo Yo, Bertold Brecht que hizo Curiel en los años 60, con el Teatro Universitario de la UCV. “Luego, incluso por sugerencias del mismo maestro, se decidió que no se hiciera aquello y que se creara un guión y en ese momento se plantearon varios escenarios de representación. Surgió la idea de hacerlo en la sala experimental del Museo de Bellas Artes que es un espacio semiconvencional. A partir esa estructura se han desarrollado dispositivos escenográficos, diseñados por Edgar Gil, donde participarán no menos de 36 músicos, cantantes, bailarines y actores”.
El montaje se concibió multidisciplinario y de alguna manera está enmarcado en la onda del cabaret alemán, donde la música de Kurt Weill, ejecutada en vivo, juega un papel importante en la creación escénica como tal. “Considero que es una experiencia de mucha responsabilidad la que me ha encomendado la CNT porque es rendir homenaje a un gran artista que ha dado mucho a las artes escénicas y en especial porque él mostró por primera vez obras de Brecht ante auditorios venezolanos”.
Reitera que le gusta trabajar en salas no tradicionales, y la primera vez que lo hizo fue en el Hotel Miramar, de Macuto, con su espectáculo Espuma de champagne, en 1995. “En este tipo de espacios no convencionales las obras se redimensionan y en el caso de El eco de los ciruelos todo el dispositivo escenográfico fue creado en función de las bondades del mismo. Hacerlo no es nada fácil porque hay que considerar muchos factores, pero al final se transforma en un gran reto para todos y el espectador lo agradece porque de pasar a algo cómodo con aire acondicionado, se pasa a una experiencia sensorial que esperamos sea grata”.
FRÁGIL Y SUTIL
Revisando los textos de Brecht, detectó ahí una gran sensibilidad por la naturaleza, muchas reflexiones visionarias y poemas de amor donde el artista nombra los árboles de ciruelos, como El ciruelo, escrito en 1934 y Recuerdo de María A., de 1920, donde se percibe al poeta frágil y sutil. “Estos me llamaron la atención. Por otro lado hay una constante observación que le comenté a mis intérpretes con relación a su trabajo y es el hecho que de que ellos son el eco del otro. Buscando y buscando nombres para el espectáculo, dimos con el que consideré el más acorde: El eco de los ciruelos. En síntesis, Brecht, salvado por el arte en una época de dos guerras mundiales, de exilios, de dolor, de impotencia, de desarraigo, de desplazamiento, nos dejó un legado que, junto a la obra de Weill, nos inspira para esta creación”.
Insiste en que más allá de hacer un obra brechtiana específica, optó por ofrecer a su compatriotas del siglo XXI un trabajo inspirado en su amplio legado teatral, musical y poético, “el cual remarca las contradicciones de una sociedad que siempre se ha debatido entre el bien y el mal, entre el dolor y la alegría, entre el odio y el amor. Brecht, pues, nos ha inspirado por su honestidad y compromiso, por su dialéctica, por su pasión y sencillez”.
LECTURAS OBLIGADAS
“No fue fácil obtener el guión definitivo de El eco de los ciruelos y para elaborar este trabajo la relación con Curiel ha sido a través de mi asistente de dirección Jhonny Rivas quien me ha suministrado material de cuando se realizó aquel Yo, Bertolt Brecht. Leyendo y releyendo tomamos fragmentos de Vida de Eduardo II de Inglaterra, Un hombre es un hombre, La boda de los pequeños burgueses, Los siete pecados capitales, Ricos con ricos se juntan, El circulo de tiza caucasiano, La madre, Terror y miseria del Tercer Reich, Historia del señor Keuner, El alma buena de Sesuán y El señor Puntilla y su criado Matti,entre otros textos memorables”.
También se utilizan poemas y canciones de Contra la seducción, Recuerdo de María A., Esto me enseñaron, De todos los objetos, El ciruelo, El regreso, Satisfacciones y La canción del no y del sí. “Los brechtólogos se darán un banquete y los que no conocían a este artista alemán tendrán que leerse después sus piezas, atraídos por su total vigencia. Brecht, muerto a los 58 años en 1956, nos ha inspirado por su honestidad y compromiso, por su dialéctica, por su pasión y sencillez”.
INTÉRPRETES
Sin artistas no hay espectáculo posible y por eso ahí estarán: Daniel Pacheco, Xiomara Mistage, Andrés Barrios Giovanni Ramírez, Daniel Pacheco, Rodrigo Pimentel, Juan Manuel Sánchez, Adrián Suárez , Lester Arias, Mercedes Barrios, Carla Barquero, Yarua Camagni, Simona Chirinos, Héctor Castro, Jorge Cogollo, Alma Fabiola Kochen, Adriana Devia, Javier De Vita, María Isabel Franco, Christian Jiménez, Alieska Gil, Khalil Gómez, Francisco González, Regina González, Brian Landaeta, Roy Lorenzo, María Jesús Mendible, Carolina Petit ,Katherine Pimentel, Alexander Rivera, José Gregorio Rodríguez, Ildemar Saavedra, Eliana Santander, Irabé Seijas, Alexis Sulbarán, Juan Solórzano y Darío Soto.

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