martes, junio 03, 2008

Miguel Issa llevó ecos de Bertold Brecht al MBA

Carlos Giménez “se fue de gira” el 28 de marzo de 1993 y no pudo materializar uno de sus grandes anhelos: hacer un espectáculo en el Poliedro a partir de la Guía Telefónica de Caracas. Tenía bastante adelantado su proyecto y había comisionado a varios escritores y periodistas los textos para irlos montando. Nadie más hasta ahora ha pretendido tamaña empresa creativa o algo similar. Pero creemos que ya existe esa persona y los lectores lo deducirán al concluir esta reseña.
Por supuesto que no es fácil transformar un texto de literatura dramática en espectáculo audiovisual capaz de dilucidar la metáfora que propuso el autor. Montar una pieza no es únicamente mover a los actores cual jugadores de un ping pong verbal, o una competencia de quien tiene mejor memoria y comete menos gazapos, ni tampoco iluminarlos, vestirlos y someterlos a musicalizaciones, cual si fuesen modelos de ropajes de firma. Escenificar una pieza es una tarea compleja que exige del director un cúmulo de conocimientos propios de su oficio, además de una montaña de sensibilidad y, por si fuera poco, un respetable nivel cultural. Por la ausencia de creativos directores es el que teatro ha perdido ese público que espera a que le representen un cuento en formas agradables y además convincentes. Un montaje correcto no necesita de conferencias previas o posteriores a la escenificación, ni tampoco ditirámbicos reportajes o vistosos programas de mano, porque la obra se explica desde la escena y atrapa al crítico de las mil cabezas. ¡No es tan fácil... como comer mango con las manos!
No abundan los directores en Venezuela. Cuatro o cinco merecen ese calificativo. Pero ahora, Miguel Issa (Caracas, 1963) se suma y ubica en la vanguardia de tan exigua lista. Un artista que viene de cultivar con esmero la danza-teatro y quien durante la temporada 2007 realizó el memorable espectáculo Los comparseros, con alumnos del Iudet, para homenajear al gran César Rengifo, utilizando sus textos dramáticos y detalles de su obra plástica.
Issa, a instancias de la Compañía Nacional de Teatro, exorcizó al fantasma del alemán Bertold Brecht, muerto a los 58 años en 1956, y con audacia y sensibilidad seleccionó fragmentos de sus más significativas obras, los sazonó con música que Kurt Weill compuso para ellas, y logró el guión de un espectáculo que macera teatro, poesía. danza, baile, circo, performance y canciones, además de videos, para darle al venezolano del siglo XXI una visión lúdica sobre una centuria que se debatió entre el bien y el mal, entre el dolor y la alegría, entre el amor y el desamor, y advertirle que esos tiempos pueden volver porque los seres humanos no hemos cambiado significativamente. Todo eso es El eco de los ciruelos, el cual se exhibe gratuitamente hasta el próximo domingo en el Museo de Bellas Artes, para exaltar la tarea pionera de Nicolás Curiel en el antiguo Teatro Universitario de la UCV.
Son 90 minutos de trepidante ceremonia que oscila entre la danza y el teatro esperpéntico, con toques del cabaret de la Alemania nazi y sendas patéticas actuaciones con poemas que estrujan el alma del espectador más duro. En fin: nadie se queda quieto en su silla y es obligado a mover el cuello o el cuerpo para buscar las escenas que se exhiben en siete espacios, todo eso en medio de un recital con ritmos que hicieron historia en el siglo pasado.
Actores, bailarines, cantantes y músicos, además de técnicos, hicieron posible esa inolvidable cita con el arte escénico criollo.Un espectáculo que demuestra las condiciones creativas de Miguel Issa, quien sin sus artistas no habría logrado nada parecido. Y por eso aquí recordamos sus nombres, porque imposible silenciarlos o condenarlos al perverso ostracismo: Daniel Pacheco, Xiomara Mistage, Andrés Barrios Giovanni Ramírez, Daniel Pacheco, Rodrigo Pimentel, Juan Manuel Sánchez, Adrián Suárez, Lester Arias, Mercedes Barrios, Carla Barquero, Yarua Camagni, Simona Chirinos, Héctor Castro, Jorge Cogollo, Alma Fabiola Kochen, Adriana Devia, Javier De Vita, María Isabel Franco, Christian Jiménez, Alieska Gil, Khalil Gómez, Francisco González, Regina González, Brian Landaeta, Roy Lorenzo, María Jesús Mendible, Carolina Petit ,Katherine Pimentel, Alexander Rivera, José Gregorio Rodríguez, Ildemar Saavedra, Eliana Santander, Irabé Seijas, Alexis Sulbarán, Juan Solórzano y Darío Soto. ¡Todos a la altura de su compromiso y algunos con mucho futuro para lograr su acrecentamiento, si Dios lo permite!


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