domingo, julio 27, 2008

Viaje de vuelta con Varderi



Vive para la literatura y el periodismo cultural. Crea y ama en Nueva York desde el 13 de agosto de 1985, donde trabaja como docente universitario. Dio su primer grito, hacia 1960, en el hogar de una familia catalana que emigró a Caracas. Y el próximo martes dirige, en la Sala TAC del Trasnocho Cultural, una especial lectura de su más reciente novela, Viaje de vuelta (2007), editada en Barcelona por Taranná. Antes hizo conocer Amantes y reverentes (1999) y Para repetir una mujer (1987), impresas en Santiago de Chile y en la capital catalana, gracias a la Red Internacional de Libro y la editorial Salvat. Y ya tiene en camino su cuarto texto, Bajo fuego, con el cual adelanta su proyecto Origen-Final, escrito en español, el cual engloba las pequeñas historias de personajes desplazándose entre Venezuela, España y Estados Unidos. Países y urbes inscritos en un itinerario vital que, muy prustianamente, le devuelven al escritor Alejandro Varderi los recuerdos vividos o soñados, “pero lo suficientemente lejanos ya para que hayan dejado de pertenecerme como anécdota, y empiecen a interesarme como materia transformable con la cual trabajar, a fin de recrear mi pasado e inventar otros”.
Varderi reconoce que escribe para aportar, “desde mi modesto lugar”, una visión más de esas pequeñas historias que constituyen el tejido humano de nuestras sociedades, y que refieren no tanto a los grandes gestos y gestas, sino a las vidas que transcurren en la intimidad de las casas y los espacios secretos del yo. “Para ello me apropio de la voz de otros, aun cuando en ocasiones esos otros no sean sino un simulacro de mí mismo”.
Optó por la novela y no por el teatro ni por la poesía porque quería construir arquitecturas verbales donde la palabra no está sujeta ni a la síntesis ni a la acción, pero se vale también de ellas para consignar su asunto, que para él conlleva el registro del vivir en la intimidad de personajes a caballo entre culturas, lenguas y geografías. “Mario Vargas Llosa dice que la novela, a diferencia de la poesía y el teatro, es el más histórico de los géneros literarios pues es el único con fecha y lugar de nacimiento, Occidente durante la alta Edad Media, pudiendo así establecer en su cronología el lugar de recuperación y exorcismo de nuestra tradición, a fin de ficcionalizarla en todo su esplendor o decadencia”.
La ficción está íntimamente ligada a su memoria, porque al recordar y recordarse en las voces que conforman ese imaginario que las novelas conjuran, también expone sus recuerdos personales y exterioriza deseos, frustraciones, fantasías que, como la evocación, constituyen el germen de su propia existencia. Escribe también seducido, no tanto por la fantasía del ser escritor, sino para consignar muchas cosas que hubiese querido tener y ser pero que “nunca tendré ni seré; algo así como si la literatura fuese la prueba sensible de no haberlo perdido todo”.
El tema fundamental de sus novelas es biográfico. Ese “cuerpo” textual de Michel Foucault constituido por lo leído, vivido e inventado, y que constituye a su entender la zona más interesante del género. Se identifica con autores como Marcel Proust, Virginia Woolf, José Lezama Lima y Victoria Ocampo. “En Viaje de vuelta hago un homenaje a mis vínculos familiares con Barcelona, entre 1888 y 1992, aunque también busco darle voz al inmigrante que llegó a Venezuela en los años cincuenta, y a la generación de los hijos nacidos en ese nuevo país pero desplazándose constantemente de una cultura a otra”.
Su obra literaria se identifica plenamente con el contexto venezolano, pero eso no significa que ciertos temas como la desterritorialización, el bilingüismo y los problemas de clase, sexualidad y género, vigentes en la literatura hispana que se produce en Estados Unidos, dejen de estar presentes en su escritura. “Ciertamente es el tema de la identidad nacional, dentro del contexto iberoamericano, lo que me interesa mayormente”.
Asegura que a pesar del poder de la imagen, no sólo la novela sino la literatura en general atraviesa un período de gran fertilidad en el ámbito continental. “Sin hacer un juicio cualitativo puedo decirte que unos 84.000 títulos fueron publicados en Latinoamérica el pasado año, con un movimiento económico de aproximadamente 6.000 millones de dólares, y muchos de estos títulos llegaron a manos del público gracias a las nuevas tecnologías. De ahí que el fervor literario y la atracción hacia la lectura sigan estando muy vigentes en nuestra cultura”.
Multimedia
La lectura dramatizada de Viaje de vuelta tendrá una presentación multimedia de Anita Pantin en el marco de su exposición en la Galería TAC, este martes a las ocho de la noche. Patricia Guzmán tendrá a su cargo las palabras de apertura, mientras que Edda Armas, María Grases, Antonio López-Ortega, María Ramírez Ribes y Javier Vidal lo acompañarán leyendo fragmentos de la novela, ciñéndose al guión que Alejandro Varderi trazó para la ocasión.

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