martes, diciembre 09, 2008

Marcelo Rodriguez estrena melodrama en Nueva York

El venezolano Marcelo Rodríguez trabaja desde hace dos décadas en Nueva York para demostrar que esa metrópoli no siempre es una quimera. Él, nacido el 22 de julio de 1964, periodista y actor, se especializó en las comedias musicales al estilo Broadway e ingresó al exigente mercado del show bussines de Estados Unidos, y, ahora, para cruzar una meta que se había propuesto, vio estrenada su ópera prima Cartas a una madre (Letters to a Mother), el pasado sábado en la sala de Repertorio Español, la más destacada institución teatral hispana de Manhattan.
PRIMERA TRILOGIA
Dirigida por José Zayas y con la protagonización de Miriam Cruz, Rosie Berrido, Ernesto de Villa Bejjani, Mariangélica Ayala y Bárbara Jiménez, el espectáculo Cartas a una madre está basado en hechos reales que, como apunta Marcelo, siempre le gustaron escribir, desde la escuela y en la Universidad. “Me interesa contar historias o que me las cuenten y después sacarles provecho para convertirlas en mis propios textos. De ahí nace Cartas a una madre, que antes se titulaba Bestalia, como parte de una trilogía de historias sobre personas de la tercera edad, las cuales viví o viví a través de otros, y que me parecieron dignas de hacerlas públicas desde la escena. La segunda es La papaya dulce, originalmente Liberato, y la tercera Los superhéroes del abuelo o Felo y Gela. Los títulos fueron cambiados porque, como me decía una profesora, soy demasiado romántico con los nombres y ahora debo pensar cómo vender mis obras o cómo llegar al público. Creo que tenía razón. Mi primera pieza ganó el Concurso de Obras Nuevas MetLife Nuestras Voces, en 2005”.
ESPECTÁCULO BILINGUE
Cartas a una madre es la historia de una adolescente venezolana cuya familia la manda a Estados Unidos para ocultar una metida de pata o una preñez no deseada o no conveniente. Pasan los años y ella, tras desempeñar todos los oficios posibles, se casa con un veterano de la guerra de Vietnam y se convierte en Vicky Bauer. Transcurren las décadas –el montaje dura 105 minutos- y la señora Bauer está enferma y recibe sus fantasmas del pasado, del presente y del futuro.
Marcelo advierte que todos los inmigrantes hemos dejado algo en nuestros países. Familiares, amigos, seres queridos, la casita en la playa o en el campo y los recuerdos, buenos o malos, que siempre nos acompañarán. Esta pieza es una puerta hacia su exploración dentro del vasto mundo teatral. Estará en cartelera hasta que la gente lo decida. En Repertorio Español existen piezas que llevan más de una década en exhibición y todavía tienen público. Así que será la audiencia la que determine su camino. Actualmente esta en conversaciones con una agrupación de España que quiere montarla también, pero no le gusta apresurarse. “Pisando firme, lentamente, da mejor resultado. Mi obra puede ser vista en español con traducción simultánea al inglés, gracias a una versión hermosa que hizo la escritora Heather Mckay y ahora estoy maravillado por lo bien que ella entendió e interpretó mi trabajo. ¡Gracias, Heather Mckay! Además conté con el apoyo de Fernando Then, venezolano como yo, y actual gerente de producción de Repertorio Español, quien hizo los contactos precisos y profesionales”.
OTRA HISTORIA
Después de la producción de Mozart, brillante espectáculo que montó Carlos Giménez en el Teatro Teresa Carreño, Marcelo Rodríguez se marchó a Nueva York, en los años noventa. Tuvo que trabajar duramente para culminar sus estudios de teatro musical, porque la beca del Conac “duró poco tiempo”. Laboró en la escuela donde estudiaba, “hasta limpiando los pisos de la biblioteca y me gradué, carajo, con honores. Gracias a la liquidación que me dio Venevisión, cuando renuncié para venirme, y Repertorio Español que, en ese ínterin, me dio una oportunidad para trabajar como actor, pude sobrevivir”.
Su vida en Nueva York ha sido fascinante. “¿Qué más se podría esperar de una urbe como esta? He tenido oportunidades... o porque me han llegado... o porque yo las he buscado. He sido parte del elenco estable de Repertorio Español por más de una década y he experimentado un nuevo mundo que no conocía. Creo que venía sintiéndome un poco consentido y aquí el proceso de audiciones me perturbaba. Pero puse, si es que realmente lo tenía, mi ego de lado y me enfrenté a lo que viniera. El resultado ha sido favorable, ya que nunca he dejado de estar sobre un escenario y he ganando dinero haciendo una de las cosas que más me gusta hacer: actuar, cosa que en Nueva York, donde hay cantidades de actores, es algo muy difícil”.
“También comencé a trabajar para una compañía de lucha libre, World Wrestling Entertaiment, pero no luchando, sino como anunciador en español. Esa ha sido otra de mis bendiciones en Estados Unidos. Una empresa sólida que me ha permitido monetariamente tener la estabilidad que puedo disfrutar. Mi voz puede ser escuchada en más de una docena de países, todas las semanas, en cualquiera de los programas de la WWE. Además, fui anfitrión del programa Los Superastros, para Univisión, y actualmente conduzco The WWE Experience para México, Panamá y República Dominicana”.
Pero el teatro es y será su pasión. “Nunca he dejado de actuar. Puedo decir que en Repertorio soy uno de los pocos que durante más de 10 años siempre ha estado en diversos montajes. Por eso agradezco a esa compañía. El año pasado, por ejemplo, interpreté a Lorca en una producción extraordinaria, Lorca con un vestido verde de Nilo Cruz y dirección de René Buch, que me dio mucha satisfacción personal, además de haber sido elogiada por la crítica”.



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