viernes, julio 31, 2009

William Ospina contra la guerra

William Ospina (Padua, Tolima, Colombia, 2 de marzo de 1954), ganador del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2009, no tuvo miedo, ni le tembló la voz al responder a los comprometidas preguntas sobre los temas de la guerrilla, el narcotráfico y la presencia militar de Estado Unidos en su país, durante su permanencia en Caracas.
Pero antes de adentrarse en los meandros políticos que le propusimos, subrayó que para él, y su familia –vino acompañado de sus padres y el menor de sus seis hermanos- y para todos los colombianos que aman la paz y las bellas artes, “recibir este galardón es un honor muy grande, un honor inmenso, ya que es el premio más importante de novela que existe en el habla castellana, es un galardón al que se le concede muchísima importancia en América, en España y también en el resto de Europa. Por otra parte, la caudalosa participación de escritores, demuestra la importancia del mismo”.
Puntualizó que él no cree que su novela La piel de la canela sea mejor que las otras que no ganaron los 100 mil euros, que es el aporte en metálico del premio, sino que cree que hay algo de suerte o fortuna, diría yo. Este premio también me permite expresar mis respetos hacia todos los otros escritores que aquí participaron, porque todos ellos están engrandeciendo a la lengua castellana”.
-¿Su nombre lo escribe con n o con m, como lo hace Shakespeare?
-Con la misma m que usa Shakespeare para su nombre: William. Ojala yo llegara a ser tan famoso y tan importante como el reconocido poeta de Avon, el gran autor teatral y también gran poeta.
-¿Y donde dejó el teatro, por qué no aparece en su hoja de vida ninguna pieza?
-Hasta ahora no me había detenido a cultivarlo, pero ya estoy colaborando con un proyecto que adelanta el director de teatro colombiano Omar Porras, quien dirige un grupo en Suiza. Actualmente, en Ginebra, adelanta un proyecto sobre Simón Bolívar en ocasión de los festejos por el Bicentenario de la Independencia de Colombia y de los otros países que él liberó .Yo soy su asesor en términos literarios. Yo le estoy algunas ideas y escribiéndole algunos textos, que él por supuesto transformará o convertirá en hechos teatrales o escénicos. Esa será mi primera participación en las lides teatrales y es precisamente con un trabajo sobre un personaje tan descomunal como Bolívar. Y lo estoy haciendo como un ejercicio de aprendizaje.
-¿Y la televisión y el cine no lo atraparon ni lo contrataron para sus servicios?
-No, hasta ahora no me han atrapado. Yo además tampoco veo televisión.
-¿Y cómo disfruta su tiempo libre o de ocio?
-Yo creo que es el tiempo el que lo mata a uno. Yo, en realidad, me dedico a leer, a escribir, a conversar con los amigos, a oír música, a viajar… y por eso es que no me queda tiempo para ver televisión. Nunca me queda tiempo para eso.
-¿Soltero o casado?
-Soltero.
-Siempre, desde que el Gabo se llevó el segundo Premio Rómulo Gallegos, en 1972, hemos preguntado a los ganadores que harán con el cheque del galardón. Ahora, ¿usted a qué dedicará esos 100 mil euros?
-Tengo a mis padres vivos, Luis Ospina (88 años) e Ismenia Buitrago (75 años), y además somos seis hermanos; también tengo a mi hija Andrea y mi nieto Nicolás. O sea toda una familia tolimense. Y por lo tanto debo pensar como invertir ese dinero.

La guerrilla
-Como aquí en Venezuela importa mucho la política interna de Colombia y es hasta tema de política de Estado, porque las dos naciones comparten fronteras y además tienen todo un pasado histórico insoslayable, es por eso que le preguntamos qué pasa o cuál es la verdad de la guerrilla, y qué opinión le merece el actual estado de la guerrilla colombiana.
-Yo creo que la existencia y la operatividad de la guerrilla es una evidencia de los muchos problemas que se viven en Colombia. Pero no creo que la guerrilla sea la solución a los problemas que azotan a mi país, e incluso creo que la guerrilla no puede resolver ninguno de los problemas que se escenifican allá. Pero, y lo reitero, la guerrilla es una evidencia de que en mi Patria si hay problemas y aquí diría que el problema más visible es el que genera un tipo de propiedad sobre la tierra cultivable, de la tierra útil, un tipo de propiedad perverso e injusto, que ha terminado por generar tanto resentimiento y tanta violencia. contra los que controlan esas tierras. Por supuesto, y quiero que esto quede bien claro, la solución no puede ser la violencia ni el crimen. Ojala, que algún día, la dirigencia colombiana comprenda que sí necesitan construir un país más justo y ayuden a eso. No puede ser que más de la mitad de la tierra cultivable este en manos del 1% de la población colombiana, que ya pasa de los 40 millones, sin contar los millones de colombianos que están en el exterior.

Bases extranjeras
-¿Cuál es su opinión sobre la instalación de una serie de bases militares de Estados Unidos en territorio colombiano, supuestamente para combatir a la guerrilla y al narcotráfico?
- Creo que la guerra no es el mejor destino del ser humano, ni las armas son juguetes. Tenemos que encontrar las maneras para convivir y evitar las guerras. Hoy existen y las aceptamos porque son parte de una realidad. A mi no me gustan esas bases militares americanas, ni tampoco las de otros países. Creo que ya debemos ir pensando en eliminar a los ejércitos de todo el mundo. Algún día mereceremos que no haya más ejércitos, como dijo Borges. Yo admiro mucho a una nación como Costa Rica donde no hay ejercito alguno. Yo prefería que el ejército colombiano estuviera en condiciones de defender al territorio de la patria y no tuviera que utilizar ayudas foráneas.

Narcotráfico
Supuestamente esas bases son para combatir al narcotráfico y harían parte del Plan Colombia, según dicen los voceros del gobierno de Alvaro Uribe Vélez. ¿Que dice usted a eso?

-No es con un aparato militar que se puede derrotar al narcotráfico. Yo estoy totalmente convencido de que si queremos derrotar al flagelo del narcotráfico, hay que entender a la drogadicción como un fenómeno de salud pública y pasar de la prohibición de las drogas al control de las drogas por los respectivos Estados y que no estén en manos de los traficantes en las calles. Creo que solo así avanzamos en un camino justo para corregir ese problema. Para mi el narcotráfico no es un problema policial, sino un serio problema de crisis de la civilización, que exige otro tipos de políticas o de terapias y no que los pueblos tengas que negociar sus soberanías, creyendo que con bases militares podrán corregir males tan profundos.

Trilogía sobre la conquista
William Ospina revela que hace unos 20 años se encontró con la obra del poeta Juan de Castellanos, Las elegías de varones ilustres de Indias, en el cual se cuenta como fueron los viajes de Colon y como fueron las diferentes etapas de la conquista de los territorios que iban descubriendo y los avances de ese complejo proceso de colonización. Y eso lo llevó a escribir su libro Las auroras de sangre, un texto extenso sobre la obra de Castellanos, pero al concluirlo le surgió la idea de escribir unas tres novelas basadas en esas historias y en esa tarea lleva mas de 12 años, lapso durante el cual ha entregado Ursúa que aborda los años jóvenes de Pedro de Ursúa, conquistador navarro que organizó la segunda expedición al río Amazonas, y ahora le premian El país de la canela, donde el mestizo Cristóbal de Aguilar, hijo de español y una indígena, participa en el descubrimiento del río Amazonas. Y la tercera será La serpiente sin ojos, que cuenta un testimonio dramático de la llegada de los conquistadores a América.

La canela premiada

Por El país de la canela ganó la XVI edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2009, en el cual participaron 274 novelas de más de 20 países. El jurado que eligió la obra de Ospina estuvo presidido por la mexicana Elena Poniatowska y contó con la escritora argentina Gabriela Maturo, el ensayista venezolano Humberto Mata, el narrador cubano Miguel Barnet y el poeta venezolano Enrique Hernández De Jesús. "Apreciamos en esta obra valores literarios históricos y filosóficos. Convenimos en que se trata de una lectura interpretativa de los primeros viajes de los europeos en el continente, con una fuerte proyección hacia el presente", explicó la escritora argentina y miembro del jurado, Graciela Maturo."Su excelencia literaria reside en la sólida estructuración de sus capítulos, su fluido lenguaje, su vuelo poético y su ajustada eficacia narrativa así como su capacidad de atraer al lector", agregó.
Según Maturo, la obra ganadora "no escatima crudezas en los aspectos más brutales de la gesta hispánica sin caer en burdas simplificaciones. Su mensaje supera dicotomías como la del hispanismo-indigenismo y alienta una ética de respeto a la cultura del otro", agregó.
El país de la canela refleja la historia de los conquistadores españoles en América, a la que llegaron empujados por la codicia y también por las leyendas sobre lo que podrían encontrar en estas tierras, desde sirenas hasta centauros o amazonas.Según el autor, la canela, especia codiciada en aquella época por su valor comercial, fue también buscado por los españoles a su llegada a América ya que en un principio pensaban estar en las Indias, en donde abunda la planta.

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