lunes, abril 19, 2010

Kaufman hará cine con Jane Fonda

Como teatrero venezolano tiene sus predilecciones por la dramaturgia nacional y no es extraño que inicie un proyecto con algunas de las piezas de Isaac Chocrón (Asia y el Lejano Oriente, Los navegaos y Escrito y sellado, entre otras), o El día que me quieras de José Ignacio Cabrujas o quizás con Reynaldo de Ugo Ulive.
Así lo manifiesta Moisés Kaufman (Caracas, 21 de noviembre de 1963), hijo de judíos sobrevivientes del Holocausto, quien se instaló en Nueva York desde 1987 y diez años después era ya catalogado como "uno de los 10 personajes que había logrado transformar el ámbito cultural de Estados Unidos de América, en aquel año 1997", como lo consideró The New York Times. Desde entonces comprueba cada vez que puede que sí es una versión humanista del rey Midas, pero en el teatro, ya que todo lo que hace en los escenarios es éxito de taquilla y de crítica.
Lleva ya dos largas décadas creando, triunfando y no ha parado y es por eso que ahora dirige el espectáculo Bengal Tiger at the Bagdad Zoo (Tigre de Bengala en el zoológico de Bagdad) de Rajiv Joseph, todo un drama sobre la guerra en Irak, el cual permite a los espectadores ver las maneras, las causas y las consecuencias de la brutalidad moderna, especialmente de esa conflagración por el petróleo. Esta protagonizado por Glenn Davis, Brad Fleischer, Arian Moayed, Kevin Tighe y Hrach Titizian, entre otros. Se presenta en el Mark Taper Forum de Los Ángeles, uno de las salas más importantes de California, Estados Unidos.
Agenda 2010 y 2011
Aunque Kaufman ha manifestado, en repetidas ocasiones, sus deseos de regresar al terruño -vino con I Am My Own Wife, uno de sus más exitosos espectáculos al caraqueño Festival Internacional de Teatro del 2006- para dictar alguno talleres sobre dramaturgia y dirección y hasta eventualmente hacer un montaje, por ahora no piensa en otra cosa que en su apretada agenda de trabajo para 2010 y 2011 con la agrupación Tectonic Theater Project, fundada en 1992, su "máquina de hacer teatro", con la cual ha creado, entre otros, tres espectáculos que lo colocaron en la órbita de la nueva estética teatral estadounidense. Gross Indencency: The Tree Trials of Oscar Wilde, The Laramie Project y I Am May Own Wife, le dieron premios, nominaciones, dólares y prestigio, materiales con los cuales ha elaborado un impactante “pasaporte artístico” que le abre todas las puertas de las instituciones públicas o particulares para apuntalar sus ambiciosos proyectos creativos, como su 33 Variaciones, donde el gran personaje de fondo es nada menos que Ludwig van Beethoven (1770-1827).
Está a millón, para decirlo en venezolano, pero, después de la pieza que muestra en Los Ángeles, hará una gira por varias ciudades estadounidenses exhibiendo The Project Laramie, con sus dos partes, el cual consume siete horas en escena. “No hay que olvidar que es un espectáculo sobre la homofobia en Estados Unidos y alude al asesinato de Matthew Shepard y el juicio contra sus asesinos”. Para octubre lleva a Nueva York la ópera El gato con botas, después remonta el musical Into the Woods en Boston, y luego repone 33 Variaciones, en Los Ángeles con Jane Fonda, en enero del 2011.Después dirige la adaptación de un guión de Tennessee Williams, en New York. “Tengo trabajo y vida para todo eso. Así es que hasta mayo del 2011 estoy a millón”.
-¿Algún proyecto en concreto para Venezuela?
-Estoy en conversaciones con mi amigo Michel Hausman para exhibir Gross Indencency: The Tree Trials of Oscar Wilde, en Caracas. Ahí se aborda el triple proceso judicial contra dicho escritor irlandés, a finales del siglo XIX, por su homosexualidad”.
Beethoven y Fonda
Por 33 Variaciones, Moisés Kaufman ganó, en 2008, el “Harold and Mimi Steinberg/American Theatre Critics Association New Play Award", importante galardón adjudicado por los críticos de Estados Unidos de América, dotado de una placa alusiva y un cheque por 25 mil dólares. Esa obra fue estrenada en el Arena Stage de Washington, en septiembre de 2007. Muestra una historia fisionada sobre Ludwig van Beethoven y las razones o sin razones de su creación de la partitura para piano más famosa: Diabelli Variations. Además entreteje ese patético cuento con la saga de una investigadora musical que, en pleno siglo XXI, estudia esa compleja etapa del músico, a pesar de que ella esta desahuciada. El año pasado la mostró en Broadway, con Jane Fonda, y durante el 2011 la llevará al cine con tan célebre actriz. El director-autor no quiere recordar los premios ganados hasta ahora, en sus largos 20 años de carrera, aunque reconoce que “ha sido una grande y agradable sorpresa. No sabía que estaba siendo considerado porque sigue trabajando con la obra. Pero me encanta haberlo recibido. Es el galardón más importante de la crítica americana para nuevas obras. Aunque pienso que siempre hay que mantener una distancia sana con los críticos porque si les crees cuando te agasajan, tienes que creerles cuando hablan mal de tu trabajo. Y ese es un lujo que ningún artista se puede permitir”.

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