sábado, febrero 26, 2011

100 millones de TOC

Toc Toc puede ser la comedia más importante de la temporada 2011, aunque Baraka puede disputarle tal éxito, que se contabiliza con espectadores emergiendo de las salas Corpbanca y Trasnocho agradecidos por lo aprehendido. ¿Qué hay en esas piezas de Laurent Baffie (Francia, 1958) y de María Goos (Holanda, 1956) que no muestren los otros montajes caraqueños? Una recuerda como los seres humanos por más cuerdos que parezcan tienen Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC), los cuales pueden transformarse en peligrosos, mientras la otra subraya que la amistad carece de blindaje contra la envidia y la traición la acecha cual espada de Damocles. En resumen: locura, razón o eterna lealtad de los amigos son obsesiones que los humanos tienen...y estas pueden desembocar en situaciones cuasitrágicas.
Y para quienes no comprendan que es un TOC, precisamente los loqueros enseñan que los afectados –se dice que hay 100 millones en este planeta-no son enfermos mentales per se y deben ser tratados profesionalmente. Es un síndrome psiquiátrico perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad, caracterizado por obsesiones y compulsiones. Varias teorías sugieren una base biológica para ese trastorno y actualmente unos estudios están explorando tal posibilidad. Las investigaciones y los experimentos que se llevan a cabo favorecen el uso de tratamientos tanto farmacológicos como cognitivo-conductuales que pueden beneficiar a las personas con TOC.
Los espectadores que elijan Toc Toc -después de haber degustado Baraka- se encontrarán con el veterano primer actor Alejo Felipe transformado en líder del elenco donde participan: Lourdes Valera, Rafael Romero, Sonia Villamizar, Guillermo García y María Antonieta Duque, además de Melisa Álvarez. Todos ellos -bajo la precisa dirección de Juan Souki y con la perfecta producción de Eduardo Fermín- visitan al albo consultorio de un psiquiatra, porque sus personajes, con sendos TOC, deben ser tratados urgentemente antes de evolucionar a males mayores. Son pues: Fred, quien no puede evitar sus palabrotas y gestos obscenos; María, católica maniática que comprueba diez veces el gas, la luz y el agua antes de salir de casa; Camilo, simpático taxista empeñado en calcularlo todo y eso afecta su matrimonio; Blanca, con fobia a las bacterias; Pep, obsesionado con la simetría e incapaz de pisar las líneas del suelo, y este raro sexteto lo cierra Lili, quien insiste en repetir dos veces cada palabra; además con ellos está la discreta ayudante del loquero.
Pero el espectáculo teatral, gracias a la habilidosa estructura de la obra, es lúdico por las intensas acciones físicas de los personajes entregados a sus manías y las disparatadas situaciones que exhiben. La risa del público va de principio a fin, porque l@s loc@s, y eso es lo que parecen, aunque no lo sean, hace que la audiencia suelte todas sus inhibiciones y comience a gozar, porque además identifican a seres de la cotidianidad similares a los de la escena. ¡Teatro espejo y del bueno, gracias además al complaciente elenco y al director Souki!
Y el final demuestra, una vez mas, que no hay descuidarse o confiarse mucho con los denominados “médicos del alma” porque estos también pueden estar enfermos con TOC o muchas más que sus pacientes.


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