jueves, junio 09, 2011

Escritor guaro aplaudido en Costa Rica

El ingeniero en Informática Víctor Vegas (Barquisimeto, 1967), felizmente secuestrado por el teatro y la literatura en general, se marchó hace largos tres años para la Madre Patria, “ante la urgente necesidad de cambiar de aires y de buscar ensanchar nuestros horizontes profesionales. El de mi esposa y el mío propio, quiero decir”, nos lo cuenta por intermedio de Internet.
-¿Qué ha hecho en España?
-Hasta ahora leer y escribir como un poseso.
-¿Qué ha escrito hasta ahora?
-Desde que me instalé en Madrid he escrito un par de obras de teatro, una novela breve y por estos días estoy tratando de acabar el borrador de la novela en la que vengo trabajando los últimos tres años, que comencé a escribir incluso antes de salir de Venezuela. También durante este tiempo, de tanto en tanto, me he dedicado a revisar y corregir parte del material que conservo inédito: un libro de relatos que me traje casi hecho de Venezuela, pero con el que todavía, no sé por qué, no termino de sentirme a gusto; un libro de crónicas y otro libro de relatos in progress que quién sabe cuándo podré decir, con cierta sonrisa de satisfacción en los labios, “estoy a un paso de escribir el punto y final”.
-Confieso que me cuesta mucho escribir. Más a menudo de lo que quisiera peco de perfeccionista. Es algo que estoy consciente de que debo corregir. Tal vez más adelante me lo proponga en plan serio. En cuanto a las dos piezas de teatro, las tengo reposando antes de dedicarle una última revisión para posteriormente subirlas a mi web (http://victorvegas.com) y ponerlas a disposición de cualquiera que desee leerlas.
-¿Cómo va el montaje de sus piezas dentro y fuera de Venezuela?
- No me quejo. Desde que en 2007 se estrenara Mientras amanece, en la sala principal del Teatro San Martín de Caracas, la pieza con la cual debuté en el circuito profesional, pues al menos una vez al año se ha producido alguna de mis obras. Por supuesto me gustaría que fueran más montajes durante cada temporada, pero ya sabemos que producir teatro en nuestros países no es tarea sencilla. En estos años he experimentado en carne propia que la literatura, y las artes en general, tienen más que ver con un corredor de fondo que con un velocista. Además, si tomamos en consideración que fue a partir de 2004 que comencé a darme a conocer, a hacer pública mi obra como narrador y dramaturgo, pues creo que el ritmo al que van montándose mis piezas no está del todo mal.
-Por otro lado, en Venezuela mis piezas no han vuelto a producirse. Sé que Jennifer Morales, amiga y uno de esos extraordinarios jóvenes talentos con que cuenta el teatro venezolano (dentro de la urgente generación de relevo), hasta el año pasado, había estado paseando por varias salas del país el montaje que dirigió en 2008 de Cuando seamos grandes (también estrenado en la sala principal del Teatro San Martín de Caracas), pero aparte de éste, no he tenido noticias de ningún otro montaje. En cambio, paradójicamente, fuera de Venezuela mis piezas han estado encontrando más oportunidades para subirse a los escenarios. Al menos es lo que ha ocurrido en estos últimos 3 años.
-¿Al parecer desde el otro lado de las fronteras ha sido la más popular?
-Sí, así parece, y precisamente Desde el otro lado es el nombre que en Costa Rica le han dado a la puesta en escena de Pieza para dos actores. Y sí, hasta el momento es una de mis piezas más representadas. Previo al montaje que estrenará el Teatro Nacional y TICTAKproducciones la semana entrante en Costa Rica, la pieza había sido producida en Argentina, España y Uruguay. Y en la actualidad están en marcha dos solicitudes de sus derechos para otros dos montajes. Veremos si finalmente cuajan y se concretan.
-Con esta pieza sucede algo interesante y es que la gente que hasta ahora la ha producido ha sido gente muy joven. Jóvenes talentos con una fructífera trayectoria en las artes escénicas de sus respectivos países. Sucedió con la agrupación de Argentina, luego con la de Uruguay y ahora con la de Costa Rica. Y eso a sabiendas que el texto de la pieza no es nada fácil, puesto que se trata de teatro del absurdo. Ellos mismo me han trasmitido esa opinión. Parecieran tomarse la interpretación de Lucía y Antonio, los irritantes personajes de la obra, no como una caracterización más, sino como un verdadero reto personal. No sé. Es lo que se me ocurre. Pero, como siempre, no pasa de ser una especulación por mi parte.
-¿Cómo nació esa pieza y qué busca o qué pretende con ese texto?
-Pieza para dos actores la escribí a finales de 1989. Por entonces era prácticamente un adolescente todavía inmerso de lleno en sus búsquedas y contradicciones. Aquél fue un año de profundos cambios, punto de inflexión para mí y mis convicciones. Muchas de las cosas en las que creía hasta entonces sufrieron durante este período una fractura irreversible. Por motivos que no vienen a cuento, tuve que tomar decisiones siempre difíciles para un muchacho de 22 años, y algunas de aquellas decisiones trajeron consigo consecuencias que me frustrarían bastante. Al escribir esta obra quise reflejar todo por lo que estaba pasando y sintiendo. Quizá debido a esto, a pesar de considerarme un tipo optimista por naturaleza, y de tratarse la pieza de una comedia, el texto está atravesado por una atmósfera en extremo pesimista. Creo que es el tipo de pieza que se escribe cuando se tiene un bajón muy grande, una depresión que te apresa y consume.
-¿Cómo es el mensaje o que pretende decirle al público?
-Como lo dije, con esta obra deseaba expresar mi gran frustración luego de un período particularmente revuelto. Quería hablar de lo complejo y difícil que resultaba relacionarse con los demás, especialmente con la gente que te rodea, la más cercana, la que quieres y te quiere, pero también, a la vez, hablar de lo que estaba sucediendo a mí alrededor, en mi país y en el mundo entero y lo poco que estábamos haciendo para tratar de cambiar las cosas. Una utopía, claro. Pienso que 1989 representó para nuestra sociedad, y para la sociedad internacional, un sacudón sin precedentes en nuestra historia reciente, del que creo que no nos hemos recuperado todavía. En aquel tiempo muchos veían el futuro con un optimismo que yo no compartía, del que desconfiaba profundamente y aún desconfío. Creo que todo esto está reflejado en Pieza para dos actores.
-¿Cómo se la han montado y cuándo se puede ver en Venezuela?
-No cuento con mucha información de la puesta en escena, pero tengo entendido que el equipo artístico que ha trabajado en ella es de primera línea, está entre los mejores del país. Por ejemplo, Manuel Ruíz, su director, tiene una trayectoria de más de 34 años en el teatro, a lo largo de la cual ha intercalado roles de actor, director y educador. Es profesor catedrático y actualmente director de la Escuela de Artes Dramáticas y del Teatro Universitario de la Universidad de Costa Rica, agrupación esta última con la que obtuvo este año el Premio Nacional de Cultura en la categoría de mejor grupo teatral de 2010. En más de una ocasión ha dicho que lo suyo es el teatro experimental, cosa que le viene como anillo al dedo a mi pieza. En cuanto a los actores, Arturo Campos acaba de ser galardonado con el Premio Nacional de Teatro Aquileo J. Echeverría 2010, en la categoría a mejor actor de reparto por su trabajo en Seis personajes en busca de autor, de Luigi Pirandello, y Silvia Campos, pese a su juventud, ha participado como actriz y productora en un sinnúmero de montajes, además de actuar en películas y cortometrajes para el cine y en radionovelas. Como ve, cabe suponer que con un equipo de este nivel, el resultado obtenido debería de ser muy bueno.
-En relación a cuándo se podrá ver en Venezuela, pues no lo sé, no es algo que esté en mis manos.
-¿Qué le han dicho en Costa Rica de su obra?
-La nota de prensa que se hizo circular por el estreno, dice: “es fina, fresca, inquietante y profundamente pesimista. A través de un teatro-circense en decadencia, con una vorágine de palabras, gestos y movimientos, de repeticiones casi mecánicas que provocan la desesperación, se refleja la monotonía de los personajes y se nos propone un desafío a la reflexión. Esta obra no es más que una metáfora del sin sentido de nuestra vida contemporánea, en la que los adelantos tecnológicos que han sido creados para comunicarnos, a veces acaban teniendo el efecto contrario, dejándonos la sensación de estar atrapados en un baúl”. Y lo del baúl es un guiño, por algo que ocurre en la pieza precisamente con baúles.
-Además, para poder presentarse en la sala Vargas Calvo, donde se estrenará Desde el otro lado el próximo 16 de junio, TICTAKproducciones tuvo que presentar la propuesta de montaje ante un jurado que seleccionó, en convocatoria pública, los dos espectáculos que harían temporada en 2011. La programación de esta sala es responsabilidad exclusiva del Teatro Nacional de Costa Rica. En aquella ocasión el jurado seleccionar dijo: “Pieza para dos actores’ fue destacada por el Consejo Directivo por el tipo de dramaturgia, considerada un ‘reto’ en términos de actuación y de dirección”. Como información adicional, según Silvia Campos, la sala Vargas Calvo es un espacio muy respetado y apetecido por los teatreros locales.
-¿Va al estreno?
-No, lamentablemente no podré estar durante el estreno. Tal vez pueda asistir a alguna de las funciones de la temporada que se extenderá hasta el mes de agosto. Lo estoy evaluando, pero todo dependerá de que se den las condiciones idóneas para viajar.

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