miércoles, diciembre 28, 2011

El ganador es el teatro venezolano

La periodista Andreina Martínez Santiso, de El Nacional, publico en la edición del 28 de diciembre, un ponderado articulo sobre la temporada teatral caraqueña del año que culmina. Lo reproducimos aquí por considerarlo de importancia para la familia de los teatreros venezolanos. Espero que lo disfruten:

Desde que comenzó 2011, la cartelera teatral venezolana se ha mantenido nutrida con una oferta amplia que ha estado caracterizada ­como en los últimos años­ por las piezas comerciales.
Los estrenos y reposiciones de obras han permitido que el público acuda a las salas como una opción de esparcimiento y, menos a menudo, como parte de una búsqueda de reflexión.
La productora y responsable de la página web www.vayaalteatro.com, Jorgita Rodríguez, dice con alegría que ha llegado a publicar en el portal hasta 56 obras que se han presentado de forma simultánea en la ciudad, tanto en lugares tradicionales como no convencionales. "Ha sido un buen año, a pesar del penoso cierre de la sala del Teatro Luisela Díaz y del nulo apoyo gubernamental a los grupos que hacen vida teatral, que han tenido que salir adelante con sus propios medios".
El crítico de teatro Edgard Antonio Moreno-Uribe (E.A. Moreno-Uribe) aplaude que este año varios grupos se hayan decantado por la puesta en escena de piezas de autores venezolanos. "Tres de las mejores obras que vi son Diógenes y las camisas voladoras de Javier Vidal, Petroleros suicidas y Como vaya viniendo, ambas de Ibsen Martínez. Son grandes textos porque hay una búsqueda en la historia contemporánea del país para teatralizar. Además, las actuaciones fueron maravillosas".
Luigi Sciamanna, que actuó en Informe sobre la banalidad del amor, considera que el proyecto Centenario de Tennessee Williams que se llevó a cabo en el Trasnocho Cultural fue muy importante, porque a su juicio es necesaria la revisión, aproximación y divulgación de un autor tan agudo, amargo e incómodo. El intérprete destacó, además, la dirección de Moisés Guevara en Diógenes y las camisas voladoras y el trabajo de belleza plástica que se hizo en Paria, del teatro La Bacante.
Moreno-Uribe incluyó entre los momentos más importantes de 2011 la interpretación de Mariaca Semprún en Un informe sobre la banalidad del amor y en La novicia rebelde; y el Festival de Teatro de Caracas, organizado por la Alcaldía Metropolitana a través de Fundarte. "Para mí fue el evento del año. Me sorprendió gratamente. Fue un fenómeno de público. Después de muchos años, volví al 23 de Enero, al Teatro Cristo Rey, que fue reinaugurado para la función que ofreció Mimi Lazo de El aplauso va por dentro".
El director del grupo Skena, Basilio Álvarez, piensa que la reapertura del Teatro César Rengifo en Petare y del Teatro Principal en la plaza Bolívar, junto con la inauguración del Teatro de Chacao, marcaron 2001 de forma positiva. "Esas salas pertenecen a alcaldías que, aunque tienen ideologías y presupuestos distintos, también tienen sueños bastante semejantes. Qué alegría presentarse en estos dos polos opuestos de una misma Venezuela y sentir que el público es el mismo".
El actor Javier Vidal valoró la apuesta por la dramaturgia venezolana, por ejemplo, la nueva puesta en escena de clásicos como Acto cultural de José Ignacio Cabrujas y la celebración del festival de Fundarte. "Fue una verdadera fiesta, la gente podía recorrer las calles del centro. Fue una pequeña muestra de que se pueden hacer cosas así. Ellos demostraron que fueron capaces y operantes".
El protagonista de Diógenes y las camisas voladoras, sin embargo, cree que lo malo del evento es que no fue una iniciativa del Estado, sino de una sola alcaldía. "Lamentablemente, el lado negativo siempre se lo carga el régimen cultural que desprecia las artes. Es triste pensar que los mejores espectáculos de teatro que se presentan en el Teresa Carreño son los del Gobierno. La Compañía Nacional de Teatro es un ente que no ha asumido su papel".
La actriz Carlota Sosa considera que, a pesar de que ha aumentado la oferta de producciones teatrales, son pocas las obras que tienen calidad: "Se hace mucho, pero no todo es bueno. Hay mucha matadera de tigre. También pongo en duda que ha aumentado el público, como dicen algunos. Cuando yo trabajaba en el Teatro Nacional todas las funciones estaban full. Ahora creo que la asistencia a las salas es moderada. No son llamados masivos".
El director del Teatro del Contrajuego, Orlando Arocha, coincide con Sosa: "Creo que fue un año un poco extraño, se caracterizó fundamentalmente por una baja en la creación. Me hubiera gustado ver nuevas escrituras. El teatro comercial se incrementó mucho y el de arte se vio disminuido. A pesar de eso, los grupos demostraron que no paran. Me pareció interesante Machete caníbal de Río Teatro Caribe. Pero me hace falta un movimiento teatral más consistente, con el que el público tenga las posibilidades de moverse entre varias opciones".
Tablas de luto
El teatro venezolano perdió este año a grandes hacedores. Para Basilio Álvarez, ésta es la nota más triste de 2011. "Perdimos al actor Francisco `Paco’ Alfaro de Rajatabla, luchador de utopías y maravillas. También a Alfredo Sandoval, actor de miradas y guiños, señor presidente de irreverentes discursos. No puedo dejar de lado a Gilberto Pinto, mordaz, directo, luchador y creador de una generación que inventó el camino; ni a Isaac Chocrón, el todo por el todo, base de nuestro propio crecimiento, fundador del Nuevo Grupo y gerente de una compañía nacional que llegaba a públicos populares con llenos en todo el territorio. Se fue también Pepe Gómez Fra, el gran escenógrafo de imágenes poderosas y contundentes, que nos enseñó que con la escenografía también se potencia una idea. Tantos hombres de teatro que fueron imprescindibles y necesarios, aunque jamás se lo creyeron", expresó el fundador del grupo Skena.

Andreina Martínez Santiso




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