El
teatro es el único espacio que nos queda para pensar en libertad y lo comprobamos
una vez más en Caracas, tras advertir como ésta urbe ha sido tomada por el
teatro hasta el domingo 8 de abril. Y no es una frase sentimentaloide. Es la
más pura verdad e invitamos a los lectores a revisar periódicos o visitar los espacios especializados de la web
para que lo corroboren. Hay teatro para todos y eso sucede en esta capital de
la venezolanidad.
Ha
regresado el Festival Internacional de Teatro de Caracas en su decimoséptima
entrega (17FITC), tras seis años de ausencia, con una lujosa programación de 22
espectáculos nacionales y foráneos, y eso no impide que en otras diez salas exhiban
diversos montajes para degustar, sin que sean parte de la programación del
evento como tal
El
17FITC –consecuencia del proyecto que en 1973 inventaron María Teresa Castillo
y Carlos Giménez-comenzó en la noche del
jueves, en el novedoso teatro Chacao, con el melodrama El día que me quieras, del autor
caraqueño José Ignacio Cabrujas, a quien ahora exaltan con este evento,
organizado por Carmen Ramia y un cuarteto de osados artistas. Es un montaje, el
último que hizo el maestro argentino Juan Carlos Gené durante el 2005, el cual tuvo dos funciones más ayer viernes, y
no sería extraño que después del Festival hicieran otras funciones ante la
demanda del público que no cabe en esa sala de 520 butacas.
Hemos
visto, desde 1979, todos los montajes
realizados por el mismo Cabrujas y con diversos elencos, pero con el que
logró Gené esta obra se nos ha mostrado tal como es, no solo para nosotros,
porque tiene una venezolanismo exacerbado y además se centra en la saga de
Carlos Gardel y su presencia en Caracas para cantar en el teatro Principal.
Cabrujas
hace una fantástica ficción teatral al llevarlo a visitar el hogar de la
familia Ancizar, aquel 11 de junio de 1935 (fecha utópica además), para
agudizar la ruptura de una historia de amor entre adultos y en circunstancias
difíciles, porque Pio Miranda había proyectado una viaje a la lejana Rusia como
luna de miel e inicio de su vida marital bajo el régimen de Stalin.
Gardel
en la casa de los Ancizar le permite a Cabrujas una diatriba contra el
sufrimiento de las mujeres sometidas a los machos del fin de semana y una arenga
contra los intelectuales mezquinos intentando
embozalar las ideas libertarias.
Profecía
cumplida
Este montaje, de depurada calidad, entrega las
gratísimas sorpresas deparadas por los actores: Héctor Manrique como Pío Miranda, revolucionario
comunista de la Caracas de los 30; María Cristina Lozada como Elvira Ancizar,
la hermana mayor que sufre la tragedia de su sobrina María Luisa (Eulalia Siso)
y el certero Gardel que logra Iván Tamayo, sin demeritar las performances de
Basilio Álvarez, Martha Estrada y Juan Carlos Ogando.
Cuando se estrenó El día que me quieras, y nosotros estábamos ahí, generó
una controversia intelectual, porque ahí se profetizaba, por intermedio del
atormentado Pío Miranda, que el comunismo rampante de la URSS y de la Europa
Central, defendida por el “telón de acero” era una engañifa descomunal y que se
balcanizaría en los años siguientes.
quisiera saber si la familia ancizar que aparece en la obra excistio en realidad
ResponderBorrarme gustaría saber si la familia ancizar excistio realmente
ResponderBorrar