sábado, noviembre 17, 2012

La Lupe venezolana


Gabríel Díaz (Maturín, 1972)  regresa después de 13 años a Venezuela y lo hace con un exigente espectáculo, tanto por el libreto, la realización actoral y por tratarse de la microbiografía de una legendaria figura de la música popular latinoamericana como lo fue Lupe Victoria Yoli Raymond. Controversial mulata, nacida el 23 de diciembre de 1939 en Santiago de Cuba y muerta en Nueva York el 29 de 1992, tras rocambolesca vida donde pulularon  sus éxitos profesionales sumados a su lenta e inexorable caída personal, consecuencia de las mafias de la música que se aprovecharon de su convulsa vida naufragada en los narcóticos y la violencia familiar. Otra historia más de como el arte encumbra a sus cultores y después los devora si estos se exceden o no siguen el compás de mecenas o  manageress.
Usando Internet, porque en Alemania no encontró libros ni ensayos alusivos, y  un tanto de su memoria emotiva, el autor-director Díaz elaboró el guión del unipersonal La Lupe/La reina del desamor. Lo convirtió en conmovedor teatro musical gracias a la precisa concepción del montaje y al rigor en la dirección actoral,  y por eso lo presenta  desde el 1 de noviembre en la sala Trasnocho, gracias a la entrega profesional de Mariaca Semprún y al apoyo de Mahmoud Handous de Advanta Producciones, además del profesional quinteto de músicos, liderizado por Santos Palazzi, el escenógrafo Armando Zullo y el iluminador  José Jiménez.
La primera temporada de La Lupe/La reina del desamor se sumará a otras en hoteles y espacios no convencionales, porque el espectáculo desnuda el estilo desafiante, lacerante y alocado de la cantante en el escenario, el que llegó a molestar hasta a Fidel Castro, su transformación de santera a ferviente cristiana, y su muerte en la pobreza. En esta obra se mezclan elementos reales y ficticios sobre su vida, quien estuvo en la cima de la popularidad, hasta caer en el abismo, debido a los vicios y las puñaladas traperas de quienes se decían sus amigos. Entre canciones tan populares de La Lupe como: "Puro teatro", "La tirana" y "Fever", se cuenta una saga trágica y llena de vida de una irreverente sin igual, que vivió  como quiso a sabiendas que podía perder.
Pero más allá de la notable estructura del unipersonal, donde resaltan los mecanismos expositivos de la técnica dramática, combinados con las canciones que la actriz cantante vocaliza perfectamente, hay que exaltar el talento histriónico, bien dirigido, de Mariaca para crear su personaje de principio a fin, cantando además como toda una diva sin ser una cantante, pero si una actriz con maravilloso adiestramiento vocal, lo cual le permitió momentos estremecedores.
El espectáculo dura menos de 120 minutos, con intermedio, y sirve para demostrar la calidad global de la producción, donde la música en vivo, la iluminación y los efectos especiales fueron eficaces soportes para la grandiosa performance musicoactoral de esa bella mujer que es Mariaca Semprún y la carta de presentación de un venezolano que terminó de formarse en Alemania, y quien ha prometido retornar con otro regalo artístico como el que ha presentado.

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