sábado, enero 26, 2013

Venezuela con Carlos Marx


A Jesús de Nazaret, Simón Bolívar  y Carlos Marx les permiten visitar varios municipios venezolanos. ¿Cuáles serían las reacciones de esas comunidades ante la presencia y los discursos del Hijo de Dios, del Libertador o del coautor del Manifiesto Comunista?
Por ahora, el único que vino es Carlos Marx y lo hizo, durante la noche del 19 de enero de 2013, al auditorio “Freddy Reyna” de la Unefa de la Colonia Tovar, dentro del XII Festival Internacional  de Teatro de esa singular población aragüeña, fina tarea culturizadora que lideriza el artista y promotor Amilcar Marcano con el apoyo de la comunidad.  
Ahí, encarnado por José León y bajo la dirección de Oscar Acosta, se presentó con el unipersonal Marx en Caracas, adaptación de Marx in Soho (1999), respetuosa traducción de José Sastre (2002) sobre el original de Howard Zinn, historiador y dramaturgo izquierdista (Nueva York, 1922-2010). 
A partir de una situación imposible, cual es el regreso de Marx (Tréveri, 1818-Londres, 1888), Zinn cuestiona la  presunta muerte del pensamiento marxista en el campo teórico-práctico del neoliberalismo contemporáneo. Lo hace para subrayar que todo ese bagaje filosófico está vivo y disponible ante una revolución futura. 
Escribió,pues, una deliciosa y culta pieza de teatro político, donde  su  Marx retorna a la Tierra y lo ubica en el Soho de Nueva York; en la versión venezolana es un auditorio caraqueño y frente a unos espectadores exclama: "¡Gracias a Dios, un auditorio! Me alegro de que hayáis venido. No habéis hecho caso de esos idiotas que han dicho: ¡Marx está muerto! Bueno, lo estoy... y no lo estoy". Su personaje  se plasma como pocos lo conocieron, subrayando los principales acontecimientos de su vida y de la saga de su época: su matrimonio con Jenny, su exilio a Londres, la muerte de sus tres hijos y los conflictos políticos de aquellos momentos: la lucha de los irlandeses contra Inglaterra, las revoluciones europeas de 1848 y la Comuna de París; además de su estrecha amistad con el millonario Federico Engels y sus polémicas con  el anarquista ruso Mijail Bakunin.
Zinn espera que los espectadores redescubran a Marx, precisamente ahora que el neoliberalismo ha fracasado para proyectar y consolidar una sociedad que le permita a la humanidad ser y vivir mejor, tener una verdadera libertad y auténticas realizaciones individuales. Y al mismo tiempo reivindica al  humanismo marxista, mal utilizado por algunos revolucionarios y cuestiona los desatinos cometidos en su nombre.
El director Acosta versiona al original y logra que el excelente actor León materialice a un combativo ideólogo, humano, contradictorio, humorista, carente de dogmatismos e interesado, incluso, en conocer al socialismo del siglo XXI, para la cual expropia un clavel rojo y se la coloca en el ojal de su paltò.
 Es acertado que se muestre Marx en Caracas, especialmente para que las nuevas generaciones ponderen a ese maravilloso judío alemán que cambió la historia del pensamiento universal, entre otras cosas.

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