sábado, febrero 23, 2013

Cómo acabar con tu marido


 Juana Sujo, pionera del teatro  durante los años 50 y 60, hizo comedias comerciales en Caracas, pero un cáncer la sacó del Teatro Los Caobos, en la Torre Polar, de Plaza Venezuela. En la terraza del Centro Comercial Chacaíto, a finales de los 60, emergió el Teatro Chacaíto, a instancias de Horacio Peterson, Jorge Palacios, Guillermo González y Jorge Bulgaris, el único que sigue ahí controlando esa franquicia. También Carlos Giménez intentó comercializar al Teatro Las Palmas, pero en los 90 se dedicó de lleno a los montajes de  Rajatabla y ahí le llegó la muerte el 27 de marzo de 1993.
Durante ese convulso siglo XX aparece Mercateatro, empresa de RCTV que fracasa; se dieron otros intentos empresariales que no lograron fortalecer sus incipientes salas porque no había suficiente público o querían  ganancias sin inversiones sensatas. Lo recordamos porque conviene saber cómo el espectáculo teatral anheló vivir de la taquilla para no depender de los subsidios del Estado y en esa lucha lleva varias décadas.
En síntesis, el teatro comercial tuvo cultores durante la  pasada centuria, pero durante este bisagra siglo XXI el negocio toma formas básicas con la irrupción del Trasnocho Cultural, al tiempo que desde la Torre  de CorpbancaBOD incursionan en coproducciones con algunos artistas, mientras se consolidan las salas del Caracas Theater Club, Teatrex, Premiun y el Espacio Eduardo Mancera se convierte en Escena 8.
Al llegar el año 2013, la comercialización exhibe fortaleza y promociona cada fin de semana no menos de 50 montajes, en periódicos y las redes sociales. A todo ese circuito se han sumado una serie de bares y hoteles, tras adecuar sus espacios para montajes mínimos como ocurre en el Teatro Bar y  muy especialmente el Melia Caracas en su piano-bar, donde desde el año pasado el productor  Alexxei Cordova muestra  espectáculos como el que actualmente hace Alfonso Medina con su show Cómo acabar con tu marido.
Es un divertido  y atrevido unipersonal en clave de stand up comedy,  bajo la dirección de José Jesús González, el cual permite ponderar las excelentes  dotes histriónicas de ese cómico, auténtico artista de singular energía y dotado de un humor nada estridente, formado en RCTV y la sala Lola Ferrer, que dirigía Miguel Lizardi.
Medina y González llevan dos años puliendo y teatralizando los textos de Marissa Gibson para  personificar diversos perfiles de maridos, entre ellos: el ausente, el  aburrido, el divertido, el fanático de los deportes, el artista y el que tiene mamitis, entre otros.
Trabaja  Medina con el público en una especie de terapia de parejas y entre risas y afirmaciones hacen catarsis, devolviendo ese toque alegre que debe existir en una relación. Así enseña las diferentes tipologías de maridos, al tiempo que las mujeres identifican en cuál de ellas se encuentran sus cónyuges, y ellos irremediablemente se sentirán identificados. Todo esto para llevarnos a una reflexión: aunque hombre y mujeres no son perfectos, siempre hay algo que une y empuja a disfrutar de los enredos del amor, en pareja.
En síntesis, Alfonso Medina merece probar otros roles y espectáculos, porque tiene talento y necesita textos más comprometidos.

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