sábado, agosto 03, 2013

Jazmines contra la violencia urbana

Un puñado de madres de las víctimas de la violencia cainítica que azota a Venezuela se organizaron y salieron a las calles caraqueñas para mostrar las fotografías de las 54 mujeres que perdieron a sus descendientes en manos del hampa o de enloquecidos policías. Singular modo de pedir paz y reconciliación que demuestra la firme voluntad de luchar para impedir más muertes. Ellas le ponen la cara a la esperanza para buscar  el fin de esa violencia que amarga la cotidianidad de esta Tierra de Gracia, violencia que diezma a la juventud pero que arremete contra la sociedad en general.
Son la fundación Esperanza Venezuela, de carácter artístico, social y apolítico, la cual reaparece como coproductora del espectáculo Jazmines en el Lídice, el cual exhiben durante los fines de semana en el teatro Trasnocho. Está bien escrito y correctamente dirigido por Karin Valecillos y Jesús Carreño, con música original de Abiram Brizuela y las estremecedoras actuaciones de Gladys Prince, Omaira Abinadé, Rossana Hernández, Patrizia Fusco, Samantha Castillo y Tatiana Mabo.
Y como de violencia se escribe, conviene precisar que, en el noroeste de Caracas, existe, desde 1943, la urbanización Lídice para rechazar el exterminio que hicieron los nazis de los casi dos mil habitantes de ese pueblo checoslovaco, porque se rebelaron contra la opresión fascista.
Y ahora, en esta segunda década del siglo XXI, gracias a la magia del teatro, en nuestro Lídice hay una casa, la morada de Meche, donde crecen en porrones unos jazmines. Ella hace seis años perdió en manos de la violencia a su hijo Raúl. Sus hijas Anabel y Dayana, a quienes también mataron a sus vástagos, tratan de persuadir a la madre de que se mude a otro lugar porque anda suelto el asesino de Raúl.
La obra se desarrolla cuando ellas junto, a la vecina Yoli; Aída, abogada y amiga de la casa; y  Sandra, la viuda de Raúl, se reúnen con Meche para convencerla de marcharse. Sin embargo, ella está arraigada a su comunidad, pues, pese al dolor, ha encontrado en la pérdida de su hijo un vínculo con otras madres y siembra jazmines como quien cultiva esperanzas. Eso es  Jazmines en el Lídice, realista y estrujante teatro basado en testimonios de 54 madres que perdieron a sus hijos, ellas ahora se protegen y luchan desde Esperanza Venezuela.
Muestra la vida de seis venezolanas quienes encontraron una manera de salir adelante por encima de la tristeza de haber perdido a sus hijos. La pieza pretende ser un punto de partida para recuperarnos como sociedad y evitar que esas tragedias continúen repitiéndose.
Nosotros estamos plenamente convencidos que Jazmines en el Lídice es una manera pulcra y sensible, además de altamente creativa, de acercarse desde lo humano al universo de esas venezolanas, quienes encontraron una manera de salir adelante por encima de la tristeza, y cuyas sus historias son punto de partida para recuperarnos como sociedad. Es también un hermoso homenaje a las mamas que se yerguen y prosiguen luchando por la vida. Se realiza sobre la peligrosa cuerda floja del melodrama lacrimógeno y convence plenamente porque esa realidad que plasma no es ajena al público.
¡Nadie puede negar ahora que el teatro contemporáneo criollo está de espaldas a la realidad en que vivimos!



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