sábado, septiembre 07, 2013

"Boeing Boeing" o los 40 de Javier Vidal

El veterano Javier Vidal  y la primeriza Alexandra Braum en una comedia desopilante

El teatro comercial caraqueño ha tomado cuerpo y peso en lo que va del siglo XXI. Este conspicuo experimento de artistas-empresarios, donde laboran unos 500 profesionales y cuya sobrevivencia proviene de las recaudaciones por taquilla,  muestra  un promedio de 50 espectáculos variopintos durante los fines de semana, en unos nueve espacios teatrales, para no menos de 30 mil espectadores al año. Durante la centuria pasada hizo varios intentos para convertirse en  empresa fuerte e independiente, pero no logró consolidarse, a pesar de contar con personalidades como Juana Sujo, Horacio Peterson, Carlos Giménez, Luis Guillermo González, Jorge Palacios, Gabriel y Lily Álvarez  Sierra de Martínez, Jorge Bulgaris (único empresario sobreviviente de  ese puñado de ilusionados pioneros) y además Mercateatro, empresa de RCTV.

En ese notable contexto, Javier Vidal inició los festejos por sus 40 años de existencia artística, de los 60 que Dios le ha concedido hasta ahora. Es periodista (UCAB, 1975), casado y padre de  dos hijos, y ha vivido,  durante varias décadas, como actor, director y dramaturgo, siempre con niveles de calidad profesional.
Y  Vidal comenzó,  las que pueden ser auténticas fiestas patronales,  con la excelente protagonización de la desopilante comedia Boeing Boeing (1962) del francés  Marc Camoletti,  bien dirigida por Tulio Cavalli, y con la participación además de los comediantes Karl Hoffmann, Marcos Moreno, Catherina Cardozo, Norymar García y Alexandra Braun, y la producción general de Rolando Padilla. Pero además respaldó con su trabajo,  y el de todo el equipo ahí presente, a la inauguración del Teatro Santa Fe (Torre del Colegio Médico), otra empresa cultural que se suma a la presentación de espectáculos y la cual deberá luchar, a nivel promocional, para ser conocida en el circuito teatral caraqueño, ya que, precisamente, tiene tres espacios escénicos de calidad.
Boeing Boeing- estrenada en Caracas, en los años 80, con otro título para evadir los pagos de derechos de autor-es una bien estructurada comedia de enredos amorosos, que se desarrolla en el apartamento de un arquitecto francés, muy casanova y de refinados gustos burgueses, quien se acompaña de un  mayordomo gay (en la obra original es una mujer), y cuyo  máximo placer mundano es cohabitar, a lo largo del mes con sendas azafatas de las tres líneas internacionales que hacen escala   en París.
Bernard (Javier) logra la felicidad erótica, gracias a que las amatorias visitantes (una alemana, otra italiana y una gringa para completar el ramillete) son sus huéspedes por tres o cuatro días cada mes, lo cual significa trabajo doméstico y el respectivo celestinaje  para el complaciente Albert (Marcos). Pero todo se complica porque aparece Robert (Karl), amigo entrañable del insaciable galán, y las damiselas alteran sus agendas como consecuencia de la modernización de las naves aéreas (los fantásticos Boeing) y los impredecibles problemas del tiempo atmosférico. Se arman  tres enredos y al final, sin que nadie se alarme, surgen dos eventuales matrimonios. Impera la paz, el amor y la amistad gracias a la conciliación de  intereses por encima de la tradicional normas moral.
Espectáculo  bien hecho, capaz de exorcizar prejuicios  y revelador del  buen talento actoral ahí reunido. Si los actores están sobrados con sus personajes, las actrices se devoran prácticamente a sus azafatas o aeromozas, especialmente Alexandra Braun con su “gringa”.



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