sábado, octubre 26, 2013

¿Cómo salvar la gallina de los huevos de oro?

Otra vez las mujeres dan una clase de como afrontar los problemas y  derrotar los obstáculos
No se puede reseñar al actual espectáculo Todo o nada, en la sociedad de damas de San Joaquín de Boruy, creado por Marcos Purroy y Daniel Uribe, respectivamente, sin recordar que durante la caraqueña temporada de 2003 el teatrero Aníbal Grunn mostró O todos... ¡O ninguno! o A full pompis, versión del relato y la pieza Ladies Night, de Anthony McCarten y Stephen Sinclair, en los cuales se basaron Simón Beaufoy y Peter Cattaneo para crear la película The Full Monty (1997), cuya versión escénica fue otro acontecimiento en Nueva York, gracias al libreto de Terrence McNally y la música de David Yazbek
Grunn tomó la idea dramática que utilizaron McCarten y Sinclair, y después Beaufoy y McNally, y plasmó  a  seis desempleados quienes deciden producir un show de striptease para damas, y elaboró así su obra, totalmente venezolana.
Esto que realizó Grunn, montarse en la misma idea dramática, no es un crimen ni es tampoco una novedad en las artes escénicas, ¡y mucho menos en Venezuela donde el plagio es cosa común y corriente, especialmente los que hacen el mal llamado teatro comercial!
Años después del montaje de Grunn aparecieron Purroy y Uribe con su  Todo o nada, en la sociedad de damas de San Joaquín de Boruy,  una comedia que refleja  la vida de seis mujeres quienes conforman una sociedad de damas, a la cual se han entregado y por ello éste se ha convertido en el refugio de todas. Esta especie de “santuario” está a punto de perderse, pero ellas no están dispuestas a dejarse arrebatar lo único que verdaderamente les pertenece, donde habitan sus sueños y la única ventana que da razón a sus vidas en la monotonía de un pueblo olvidado en el mapa de Venezuela. Pero una idea surge en medio de las féminas: organizar y realizar un show nudista, cosa nunca antes vista en ese pueblo para recaudar fondos y salvar así su refugio. “Todo o nada” es el lema con el cual promueven tal locura, inspiradas a su vez en la película Full Monty, la cual vieron para darse fuerzas e ideas.
Por supuesto que hay similitudes entre O todos... ¡O ninguno! o A full pompis  y Todo o nada, en la sociedad de damas de San Joaquín de Boruy, y en esta caldera del diablo que es Caracas hay explicaciones de todo tipo. Lo cierto es que los caraqueños vieron ambos trabajos y serán ellos los que digan cuál les gusto más.
Nosotros, disfrutamos ambos montajes y reconocemos que el espectáculo de Gruun es más lúdico, más jocoso y menos dramático, mientras que lo obtenido por  Purroy y Uribe, además del profesional elenco, es patético y  estremecedor porque son señoras mayores, en todo el sentido del término,  quienes  defienden lo suyo, ese espacio donde son libres y están dispuestas a  todo con tal de mantenerlo.Ahí se nos erizó la piel por aquello de que el teatro copia la vida, porque veíamos como la vida se copiaba y usaba el teatro para sus nobles fines. Vimos, pues, y aplaudimos a Gioia Lombardini, Belén Marrero, Liliana Meléndez, Francis Romero, Patty Oliveros (por fin regresó al teatro), Karina Velásquez y al único varón, Pastor Oviedo, como versátil coreógrafo gay.Increibles en esa última función en que los vimos.
Estos montajes están a favor de todos aquellos que creen de verdad en el esfuerzo común,  reflejan los avatares de una sociedad en crisis, donde la unión representa la salida natural de hombres y mujeres ante los problemas colectivos.
Lamentablemente el espectáculo de Purroy y Uribe sale intempestivamente de cartelera, sin mayores explicaciones para los artistas y el público. Pero los periodistas y los críticos sí sabemos que la exagerada comercialización del teatro puede terminar por matar a la gallina de los huevos de oro, una metáfora que lo dice todo, hasta que se aplique alguna norma para que sí se respete el talento artístico.
¿Tendrán los artistas que  organizarse para impedir que les niegen el derecho a trabjar, en este caso exhibirse?¿Tendrá el Estado que poner un poco de orden en ese gallinero en que están convirtiendo al teatro, algunos avarientos productores?

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