miércoles, noviembre 27, 2013

Brasil es gran monstruo del teatro

"Agreste" del brasileño Newton Moreno se representó durante la temporada caraqueña de 2013
El diario El Tiempo,de Bogotá publicó hoy esta crónica, la cual por interés especial de este blogero republicamos aquí.
De manera recurrente, Brasil se ha convertido en una referencia de milagros sucesivos, y, desde las artes escénicas, invitadas de honor al Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá del 2014, este “impávido coloso”, como lo denomina su himno nacional, presenta un rico panorama, tan múltiple y diverso como es este país-continente.
Basta decir que tan solo en São Paulo se estrenan 650 montajes durante el año, y que en Río de Janeiro existe una cartelera teatral muy activa, que compite en calidad y cantidad con el teatro paulista. Otras ciudades como Brasilia, Londrina, Curitiba, Porto Alegre o Belo Horizonte también pueden presumir de su actividad teatral, con festivales reputados a nivel internacional y su permanente actividad.
De hecho, Brasil es sede de varios certámenes teatrales internacionales al año. Uno de ellos es el Festival Mirada, evento bienal que cuenta en su equipo de curadores con el colombiano Ramiro Osorio, cofundador del Iberoamericano de Bogotá y director del Teatro Mayor.
En cuanto a asistencia de espectadores, el año pasado, un estudio del Target Group Index (que pertenece a la empresa de investigación Ibope) arrojó que el 11 por ciento de la población de las capitales de nueve estados brasileños (São Paulo, Río de Janeiro, Porto Alegre, Curitiba, Belo Horizonte, Salvador, Recife, Fortaleza, Brasilia) frecuenta ir a este tipo de espectáculos.
Por otro lado, Eduardo Tolentino, director artístico del grupo Tapa, aseguró en una entrevista que en São Paulo asisten a teatro entre 200 y 300 mil personas. Esta ciudad tiene una de las carteleras más movidas del país, con más de 120 salas de teatro.
Amparados por una doble vía de financiación, mediante convocatorias públicas o con patrocinio privado a través de la Ley Rouanet (un mecanismo de exención fiscal para actividades culturales), el teatro brasileño más innovador ofrece una amplia gama de posibilidades, entre las cuales se presentará en Bogotá un panorama que intenta dar cuenta de esa perspectiva, aun siendo conscientes de la inabarcable realidad de la alta calidad de decenas de grupos que fueron considerados.
Brasil en Bogotá
El centro de atención más evidente es, justamente, el más veterano de los directores: Antunes Filho, creador del CPT (Centro de Pesquisa Teatral), una referencia en la escena nacional, por su longevidad y contemporaneidad, pero también por su labor formativa.
Con producción del Sesc, uno de los paradigmas de la producción cultural de Latinoamérica, en el 2012 realizó su octavo montaje de Nelson Rodrigues, Toda desnudez será castigada, que se presentará en el festival bogotano.
La pieza tiene la marcada característica de su teatro, que hace referencia a universos y atmósferas míticas, sus ‘actores-fetiche’, brillantes intelectualmente pero que saben del protagonismo del cuerpo en la visión del director, y sobre todo, la conexión con las corrientes de pensamiento contemporáneo.
La dupla Rodrigues-Antunes es una marca fundamental del teatro brasileño contemporáneo, y encabeza esta visión que se propone de la tradición y modernidad de la escena actual en ese pais, como eje de la programación del Festival Iberoamericano. 
Otros nombres serán:‘Gonzagão, la leyenda’
Este espectáculo musical, ganador del Premio Shell 2012 a Mejor Música y Mejor Producción, con texto y dirección de João Falcão, hace un viaje musical por la trayectoria de Luiz Gonzaga (1912-1989), uno de los mitos nordestinos de la música brasilera y de los más grandes exponentes del forró.
El montaje cuenta, a través de unas 40 canciones, la historia de Gonzagão, sus amores y desvelos, elevándolo a la altura del mito.
‘Til, saga del héroe tuerto’
El Grupo Galpão es una de las compañías más importantes de la escena brasilera, y viejo conocido de nuestros festivales. Creado en 1982, el grupo desarrolla un trabajo riguroso en sala y calle, teniendo como característica ser un grupo de actores que invita a directores, en este caso a Gabriel Villela, con quien han realizado sus montajes más exitosos.
Entre estos están Romeo y Julieta, con el cual el grupo participó en más de 40 festivales internacionales. El lenguaje de esta compañía crea un teatro que puede dialogar con la tradición del teatro popular brasilero, y con el discurso erudito, que consigue una fuerte comunicación y empatía con su público.
Teatro de este siglo
Amores sordos. Considerada una de las principales referencias del teatro contemporáneo brasileño, el grupo Espanca! fue fundado en el 2004, en Belo Horizonte. Cuenta con un repertorio de obras con texto original escritas por Grace Passô durante los procesos de creación colectivos y ya obtuvieron los principales premios de teatro brasileños.
‘Maravilloso’. Escrito a partir de dos referencias fundamentales: El Fausto, de Goethe, y el Carnaval de Río de Janeiro. Maravilhoso trabaja el dilema fáustico en relación al carnaval carioca, la ciudad del joven dramaturgo Diogo Liberano, con sus contradicciones, amores y desamores. La pieza es dirigida por Inez Vianna.
El jardín’. Cia Hiato, de São Paulo. Dirección y dramaturgia de Leonardo Moreira. El público es distribuido en tres espacios diferentes y su visión resulta inevitablemente determinada por esa distribución.
El escenario de cajas es construido y reconstruido en escena, creando mundos imaginarios que va transformando los momentos ya vistos en lagunas. Cia Hiato expresa, en lo estético y en la dramaturgia, el acto creativo que significa rememorar.
El Sesc de São Paulo
La dama del mar. El ya mencionado Sesc, invitado especial, asume proyectos de riesgo, bajo la dirección de Danilo Santos de Miranda. El último es un, texto de Susan Sontag basado en el clásico del autor noruego Henrik Ibsen.
Fue escrito en 1998, y en él la autora reduce el número de personajes y estructura la pieza alrededor de los temas que ella considera centrales en el siglo XIX, especialmente el universo femenino.
El montaje del estadounidense Bob Wilson en Brasil, con un elenco nacional que trae grandes nombres de la actuación como Lígia Cortez, Ondina Castilho, Bete Coelho y Helio Cicero, propone una visión que matiza el universo de Ibsen con las propuestas estéticas del director y la autora.
Este es el panorama de un teatro que refleja un concierto de voces, un diverso ramillete de poéticas, de sofisticadas experimentaciones formales, reflexiones sobre la herencia del canon europeo, la exploración de duras realidades, los abusos del poder y el yugo de estereotipos culturales.
Teatro de texto, teatro del cuerpo, teatro de calle, teatro para niños, es algo de lo mucho que ofrece la dinámica y variada escena brasileña contemporánea, de la que apenas se puede dar cuenta con los seis espectáculos que se presentarán, y con los que siempre quedaremos en deuda.
Grandes hitos del teatro de Brasil
La primera referencia de este arte fue el padre Anchieta y su labor de catequesis jesuítica; el primer dramaturgo reconocido fue Martins Pena, quien escribió comedias de costumbres en los albores del siglo XIX. Pero, realmente, el teatro brasileño es joven, y se construye día a día, como el país.
El teatro contemporáneo se liga a la vida y obra de Nelson Rodrigues, ese “ángel pornográfico” como él mismo se denominó, nacido en Recife y carioca de corazón, retratista de la sociedad de Río de Janeiro a la que espiaba por el ojo de la cerradura desde su “óptica de fabulista”, como a él le gustaba denominar su trabajo.
Periodista, apasionado del fútbol –el Fluminense era su pasión–, es la referencia fundamental del teatro en Brasil.
De hecho, para celebrar el centenario de su nacimiento, el año pasado, se realizaron decenas de montajes en todo el país, con lo que el teatro brasileño tiene antecedentes históricos muy recientes, y sus protagonistas pueden narrar su devenir en primera persona.
En 1964, sobrevino el golpe militar y se generó una hegemonía de la censura. Se consolidó un teatro de resistencia a la dictadura, desde los grupos más comprometidos, como el Arena y el Oficina, de São Paulo, y el Opinião, de Río, hasta los dramaturgos como Gianfrancesco Guarnieri, Augusto Boal, Alfredo Dias Gomes, Oduvaldo Vianna Filho y Plínio Marcos.
Autores de comedia, como João Bethencourt, Millôr Fernandes, Lauro César Muniz y Mário Prata siguieron el mismo camino. Un enorme número de obras de teatro fueron declaradas en interdicción.
Con el estreno de Macunaíma, trasposición de la ‘rapsodia’ de Mário de Andrade, en 1978, Antunes Filho asumió la creación radical del espectáculo, en la cual participan nombres como Gerald Thomas, Ulysses Cruz, Aderbal Freire-Filho, Eduardo Tolentino de Araújo, Cacá Rosset, Gabriel Villela, Márcio Vianna, Moacyr Góes, Antônio Araújo, Enrique Dias, Márcio Abreu, entre otros, alcanzando, en temporadas recientes, un equilibrio que hace de la escena brasileña una de las más ricas del mundo.
Como en el resto de América Latina, el trabajo de grupo es una de las características de su sistema de producción escénica, prueba de ello es la existencia continuada de colectivos teatrales que llevan varias decenas de años de trabajo, como Ornitorrinco, de Carlos Rosset; ‘los jodidos privilegiados’ de Antonio Abujamra, que pasaron por Bogotá y Manizales; el Teatro da Vertigem, de Antônio Araújo, que impactó en anteriores ediciones de nuestro Festival con sus montajes en iglesias, hospitales, cárceles, hoteles abandonados y hasta en el lecho del río Tiete, que cruza el centro de São Paulo.
OCTAVIO ARBELÁEZ


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