En La Habana se mostró una joya del teatro gay venezolano |
¡Se
hizo el milagro después de cuatro intentos! El grupo Teatrela pudo exhibirse
con su espectáculo Penitentes durante los días 30 y 31 de mayo y 1 de junio en el
Centro Cultural Bertolt Brecht, de La Habana. A su regreso lo mostraron en el
teatro Bolívar, de Caracas, durante los días 5 y 6 de junio, para cerrar así un ciclo
con una de las piezas más importantes del dramaturgo Elio Palencia (Maracay,
1963) contra la homofobia, la cual fue estrenada durante la temporada 2008.
TRES HOMOSEXUALES
Hay
que subrayar que Penitentes, tanto el texto como su montaje, no pretende ser la reconstrucción policial del asesinato del
sacerdote católico Jorge Piñango Mascareño (Barquisimeto, 1959) en una
habitación del caraqueño hotel Bruno, el 22 de abril de 2006. Las investigaciones forenses
y policiales que esclarecieron las causas de la muerte del religioso (asfixia
mecánica y hematomas en la región occipital y nasal) y además identificaron al
supuesto criminal (Andrés José Rodríguez Rojas), inspiraron al dramaturgo para
que pergeñara su oportuna, estrujante y valiente pieza. ¡Pero siempre la
realidad será superior que la ficción escénica!
Es,
eso sí, una estrujante ficción teatral que se logra por la creativa y excelente
dirección de Costa Palamides y con las convincentes actuaciones de Ludwig
Pineda, Delbis Cardona y José Gregorio Martínez, tres generaciones actorales de
gran valía.
Costa
Palamides, venezolano de padres griegos y el motor del grupo Teatrela, desató
con Penitentes, una
polémica que no cesa por su tema corrosivo y desgarrador, porque está
inspirado, innegablemente, en la saga de la muerte del cura católico y las
extrañas circunstancias en apareció su cuerpo.
Con Penitentes buscó y logró enfrentar al
público con una realidad que los estremeciera, porque ahí se revisó la posición
del individuo frente a una sociedad castradora, engavetada, homofóbica o, en
todo caso, hipócrita.
Más
allá de la tolerancia a la diversidad sexual está el cómo esa conducta sexual
es tratada por el Estado, las iglesias y/o cultos religiosos y los medios de
comunicación, a pesar que las normas constitucionales son muy claras…pero no se
cumplen. Basta que surja un crimen con visos de diversidad sexual para que este
sea enfrentado con retóricas fascistoides o de amarillismo político o de
regresión a la edad de piedra.
INTOLERANCIA E INDIFERENCIA
Penitentes
revisa crudamente la
intolerancia y la indiferencia de varios sectores de la sociedad venezolana,
teniendo como punto de partida a tres perspectivas de la homosexualidad que se
entrecruzan por la fuerza de sus pasiones. Ahí están: un religioso, un estudiante
y un chulo, cuyos destinos se atarán para siempre en la noche de un sábado
cualquiera en una caraqueña discoteca gay y remata en una cárcel para pagar la
penitencia que impone la justicia y la sociedad.
El
espectáculo, cargado de acción dramática y en medio de una trepidante atmósfera
de discoteca, plasma una historia de revelaciones y confesiones de alta tensión
que vuelven añicos una cantidad de tabúes y falsas moralidades de la sociedad
venezolana. En este montaje se cuidó que
el público -colocado en los cuatro costados de
un escenario central- revisara la
intolerancia que existe contra todo lo que manifieste diversidad sexual, una alucinante
suma de la ignorancia contra todo lo que sea divergencia, y plasma en la escena
el miserable e inhumano mundo en que se debaten los tres personajes del drama:
una víctima, el asesino y otro que conocía íntimamente al religioso.
No hay por parte
del autor ni del director un abuso de la temática ni exceso en la
argumentación. Todo se limita a mostrar las acciones físicas plasmadas en
sobrio juego coreográfico, pero suficientes para deducir las acciones de los
personajes reales y sus respectivos dramas, al tiempo que se usa un lenguaje
concreto. La obra con un ritmo vertiginoso de música de discoteca sumerge
al espectador en varios espacios y tiempos contados de manera casi
cinematográfica y cuenta con el vestuario de Omar Borges y escenografía de
Valentina Herz.
Todo está utilizado para teatralizar como esos
seres humanos están condenados de antemano por una sociedad que no permite
salirse de la norma religiosa que apuntala a las leyes de un Estado, que no es
laico, y que sí castiga con la muerte, a pesar de que está prohibida la pena
capital, no sólo ese tipo de violaciones o excesos de las conductas sexuales
contrarias a las normas religiosas.
En Venezuela, como
en otros países americanos, abundan los crímenes sexuales porque sus
victimarios expían así sus culpas, de origen mítico religioso, y hasta que no
se supere ese hondo problema cultural, matar mujeres, prostitutas,
homosexuales, lesbianas, travestidos y transexuales, está permitido, aunque las
leyes digan todo lo contrario.
PREMIOS
Penitentes, que lleva más de 100 funciones, es
una de las piezas más exitosas y premiadas del repertorio de Teatrela y ha
participado en los Festivales Nacionales e Internacionales de Caracas y Guanare
y en varias salas de la capital. Ganadora de cinco premios municipales de
teatro en el 2008 y del galardón del Ministerio de la Cultura del mismo
año, lleva a escena el caso real del cura ultimado en un hotel
de la capital después de una noche tempestuosa, todo desde una poetización de
la realidad y por supuesto desde una visión que denuncia el comportamiento
de la sociedad y los medios de comunicación.
PRIVILEGIOS
Elio
Palencia admite que nuestro contexto social es poco significativo el éxito de
un dramaturgo, pero aun así está feliz porque tiene en cartelera a tres de sus
obras más preciadas: Penitentes, Tierra Santa y
Mátame mamá. “Creo que soy un privilegiado, pero esto es
por algunos días, porque después salen de cartelera”, comenta con
satisfacción y recalca que gracias a los
compromisos emanados por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a
través del Convenio Integral de Cooperación Cultural Cuba- Venezuela, y el apoyo del Centro Nacional de Teatro, la
agrupación caraqueña Teatro de Repertorio Latinoamericano (Teatrela) pudo
viajar a La Habana, al cuarto intento.
Gracias Costa Palamides por tanto aporte... Dirinot
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