sábado, octubre 04, 2014

El grupo Theja recuerda que la rumba sigue

Con Rumberas lafiesta sigue dentro y  fuera del Trasnocho Cultural
Venezuela  veta las discriminaciones y fobias sociales, según  la Carta Magna de 1999, aunque en  el país teatral pululan desatinos fascistoides y hasta pretenden  desechar a los artistas mayores de 30 años. Pero el autor-director José Simón Escalona (Ciudad Bolívar, 1954), siempre contra la corriente y burlándose de los necios, trabaja  y muestra  su talento para los venezolanos, desde hace cuatro décadas; es por eso  que durante los tres últimos meses  ha exhibido la alucinante performance La culomántica –reivindicación del esfínter más  comprometido del ser humano- considerado lo mejor del Festival de Teatro ¼ y ahora hace temporada en Trasnocho Cultural con la desopilante comedia musicobailable Rumberas, demoledora sátira contra la homofobia vernácula, donde actúan, desgarradoramente, Nacho Huett, Kelvis Martínez, Juan José Guzmán, Gerardo Lugo, Omar Salas y Carlos Enrique Pérez. ¡Bravo!
Rumberas, pieza 15  de las 34 escritas por Escalona, transcurre en la Caracas de los años 80; una especie de bar gay de mala muerte, oculto en una taguara  de Sabana Grande. Pieza  irreverente que muestra a seis jóvenes  marginados por su condición sexual, pero empeñados en montar un show sobre las legendarias rumberas del Caribe, como María Antonieta Pons, Meche Barba, Ninón Sevilla, Amalia Aguilar, Rosa Carmina y rememorando también a Carmen Miranda y la Tongolele. Todos  hacen travestismo y encarnan y doblan las voces de esas míticas mujeres. Ensayan su espectáculo para entretener a la audiencia  variopinta y al mismo tiempo drenan sus angustias existenciales, especialmente las de Juancri,  peluquero cubano que se asume como la Tongele y coreografía el evento. Todos  empeñados en revivir el brillo de la época de las rumberas caribeñas, como homenaje, con pretensiones culturales, pero que al mismo tiempo les sirve para inaugurar un Cabaret Teatro. Quieren competir con otros bares similares y por eso los persiguen o los asedian las autoridades, desafiando a una sociedad que los tilda de homófilos  perversos, porque pretenden descubrirle al público una cara menos divertida de la vida gay, pero lo que hacen  es transgresor porque subrayan la homosexualidad y sus consecuencias para los años 80.
La música disco de inicios de los 80 como  Fame  de Irene Cara, los boleros de Los Panchos y los Mambos de Pérez Prado  completan la banda musical del espectáculo, preñado de multisápidas nostalgias, porque en esa fenecida Caracas habían más de 15 show parecidos, diezmados por “la plaga rosa” o el SIDA en los años 90.
A buena hora, Escalona y su grupo Theja traen a la escena tales facetas de las noches inolvidables de esa Caracas. Creen que los tiempos han cambiado, aunque admiten que algunos espectadores del siglo XXI se incomodaran…¡pero la realidad es superior a la ficción teatral! ¡La rumba sigue!



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