sábado, noviembre 08, 2014

Regresó Samuel Robinson

El  minotauro Asterión  y Samuel Robinson.
A instancias de José Ignacio Cabrujas, quien la dirigió  y con la complicidad de los actores Flavio Caballero y Fausto Verdial, Isaac Chocrón (Maracay, 25 de septiembre/Caracas, 6 de noviembre de 2011) escribió y estrenó el 3 de marzo de 1983, en la sala Juana Sujo del Nuevo Grupo, la singular elegía al Libertador en su Bicentenario: Simón. Lúdica comedia que muestra al joven Bolívar y su maestro Simón Rodríguez en histórico recorrido entre París y Roma, durante los años 1804  y 1805, entre  la coronación de Napoleón y el juramento en el Monte Sacro.    
Ahora Simón Rodríguez, o Samuel Robinson (nombre que usa tras la ruina de la conspiración de Gual y España, 1797), retorna como hermoso ente teatral gracias al autor Tomás Jurado Zavala, el director Carlos Arroyo y los comediantes Aníbal Grunn y Wilfredo Peraza, quienes mostraron en la sala Antonieta Colon, la asombrosa función 13 del espectáculo Robinson en la casa de Asterión, dentro de la 14 Muestra Internacional de las Comunidades de Caracas, que organiza Alberto Ravara.
Robinson en la casa de Asterión, producción de la Compañía Regional de Portuguesa, reivindica a Simón Rodríguez y lo exalta como lo que fue: gran pensador, revolucionario que desafió a toda la naciente sociedad latinoamericana al desarrollar y poner en práctica, arriesgando  hasta su vida misma, por su original concepción- bajo la influencia de Jean Jacques Rousseau-  lo que deseaba: educar a las nuevas naciones liberadas del yugo español por la espada de Bolívar y sus generales. Educación para derrumbar la herencia colonial y formar auténticos ciudadanos republicanos como seres del conocimiento y expertos en diversos oficios.
Jurado Zavala ficciona y combina al mitológico Asterión, según el cuento de Jorge Luis Borges, con las peripecias del brillante intelectual (Caracas,28 de octubre de 1769/Amotape,Perú,28 de febrero de 1854), e invita al espectador a revisar sus conocimientos sobre quien “enseñaba divirtiendo”.
El espectáculo, creado en Guanare, se desarrolla en un espacio vacío y sobre un piso que reproduce, con líneas blancas, al laberinto del minotauro de Creta, donde irrumpe Robinson para enfrentarse con el Asterión (hombre con cabeza de toro),  momentos antes de morir  y drenar sus fracasos y las culpas de quienes a lo largo de su vida  tuvieron que ver con la ruina de los mismos, con el mariscal Sucre a la cabeza. 
Gracias a la concepción minimalista del montaje y la desenfada  actuación  de Aníbal y Wilfredo, lo vemos  desafiar  a quienes  lo acusaron de ladrón, de hereje, de promiscuo, cuando su objetivo era educar y crear hombres libres para formar verdaderas repúblicas en la América española. Al final se da cuenta que su salvación está en sus escritos que leyó tantas veces y que nadie supo comprender. Logra demostrar una vez más que, el hombre es grande y trasciende en la historia y el tiempo por sus pensamientos y   sus saberes.
La saga y el legado de Simon Rodríguez o Samuel Robinson no se perdieron en los largos y angustiosos 200 años de historia de esta república. Es una referencia obligatoria en todo lo referente a la educación de la sociedad y es por eso que en Caracas, hacia octubre de 1971, se fundó la Universidad Nacional Experimental Simon Rodríguez  y en más reciente fecha  se creó la Misión Robinson, un programa social del gobierno nacional durante la presidencia del comandante Hugo Chávez.

¡Creemos que hay Simón Rodríguez o Samuel Robinson para muchas décadas más!

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