viernes, julio 17, 2015

Teatro y cine de Woody Allen divierte a caraqueños

El Grupo Actoral 80 apuesta por un comedia romántica
Juan Carlos Gené fundó al Grupo Actoral 80 y lo hizo debutar en la sala Anna Julia Rojas durante la temporada caraqueña de 1983 con el espectáculo Variaciones Wolff. Ahora la institución, tras 62 montajes que han marcado historia, convertida en productora de buen teatro, gracias al constante trabajo de todos sus miembros, y en valiosa escuela de generaciones para intérpretes, presenta su espectáculo Maridos y esposas, de Woody Allen, el cual hace temporada en Trasnocho Cultural con las pulcras actuaciones de Martha Estrada, Daniel Rodríguez, Angélica Arteaga, Juan Vicente Pérez, Diana Díaz, Wadih Hadaya, Aitor Aguirre y Betzabeth Contreras, dirigido acertadamente por Héctor Manrique. 
 Este Maridos y esposas, versión del guión de Husbands and Wives (1992), es un retrato desquiciado y obsceno de las relaciones de pareja, como lo puntualiza Manrique, que plasma como son, o eran, las relaciones eróticas, públicas o privadas de los matrimonios heterosexuales en Estados Unidos y el resto del mundo occidental. Subrayamos lo de las uniones tradicionales, porque desde el 26 de junio de 2015 esa sociedad se abrió hacia la comunidad gay con la decisión del Tribunal Supremo de Justicia que aprobó sus matrimonios, dando asi luz verde para futuros argumentos de teatros y películas, ya que tienen mercado y eso, en última instancia, lo condiciona, y por supuesto la súper poderosa industria del entretenimiento ya tiene sus montajes y filmes a exhibir. La causa homosexual generará en Estados Unidos un bien calculado boom económico y financiero, como lo hizo antes  la desaparición de la discriminación racial.Pero los gais y los niger seguiran siendo vistos con ciertas reservas por algunos sectores de las comunidades una generación más, por lo menos.
Mientras tanto, en Maridos y esposas, dos matrimonios sufren múltiples rupturas y reconciliaciones, además de compartir camas con otros personajes, como consecuencia  de la incomprensión o el cansancio que cunde en sus relaciones íntimas. No es nada nuevo lo ahí que propone sin quererlo; Henrik Ibsen con Casa de muñecas (1879) advirtió la ruina del matrimonio porque las mujeres también se cansan y  dejan de amar.
Lo novedoso de esta obra, ya conocida por la película en que está basada, es el humor y cierta atmosfera existencialista donde se debaten  los  entes creados por el cineasta, quienes son materializados  gratamente  por los comediantes criollos y generan situaciones de gran hilaridad, en medio de las luchas de maridos y esposas para no avanzar solitarios hacia una vejez, la cual diariamente se materializa. Woody Allen es quizás el último de los románticos, como lo ha reiterado con su película  Magia a la luz de la Luna, o el amor derrota al dinero, que está siendo disfrutada por los caraqueños gracias al Festival de Cine Independiente de USA, que se realiza precisamente en el Trasnocho cultural.



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