viernes, agosto 07, 2015

Monstruosidades de algunas democracias

Desde la temporada 1996  la agrupación Escena de Caracas conmueve a su audiencia
La agrupación Escena de Caracas continúa luchando por un teatro de arte y ahora repusieron Contra la democracia, de Esteve Soler (Barcelona, 18/12/1976).Hicieron  temporada en la sala Rajatabla, bajo la óptima dirección de Juan José Martín y con las reposadas participaciones de Delbis Cardona, Nadeschda Makagonov y Rafael Gil.
La dramaturgia de Soler refleja las monstruosidades y siniestras contradicciones de los tiempos que se viven. Es una visión sobre el hombre actual y la civilización creada, aunque recuerda lo que denunciaron Kafka, Becket, Ionesco, Sartre y hasta Jarry, además de los críticos y ácidos guionistas de las películas fantásticas de Hollywood. “Nada nuevo bajo el sol”, como lo dijo el rey Salomón en su momento.
Compuesta por siete minobras, Contra la democracia revisa exhaustivamente los conceptos  y las prácticas de “república” y “democracia”, y tamiza satíricamente a las sociedades de ahí brotadas. No es politiquería barata ni panfleto, nada de eso, lo hace con alta teatralidad y por intermedio de personajes que resumen maldades y bondades republicanas y democráticas, que los ciudadanos tragan aunque nunca digieren, especialmente las europeas donde el confort y la seguridad social las agobia, pero se los cobran con sangre, y no es metáfora.  Soler “refrita” lo que ya dijeron otros, aunque ahora tienen más vigencia y  está mejor explicado.   
Lo mejor de este montaje son sus  impactantes performances para cada  uno de los siete cuadros, especialmente el primero y el ultimo: la cosificación de la sociedad (versión kafkiana de la familia monstruo) y el tragicómico juego del imperialismo, gracias a la materialización del rey Leopoldo y un vicepresidente de USA; también impacta el cuadro sobre la expulsión del hijo del hogar  al cumplir los 18 años, lo cual para Soler es un asesinato.
Escena Caracas  tiene como brújula la búsqueda de tendencias y lenguajes para confrontar al público con inquietudes comunes, siempre en vías de superación al anterior montaje, cual una positiva versión criolla del mito de Sísifo. Esta agrupación teatral, nacida de un programa de formación de la Compañía Nacional de Teatro, durante la temporada 1996, decidió emprender la marcha con proyectos propios, como aquel inolvidable espectáculo Árbol que crece torcido, mágico poemario de Rafael Castillo Zapata que bien escenificó Miguel Issa, en  la sala Rajatabla.
Desde entonces tiene por bandera o brújula la búsqueda de tendencias y lenguajes para confrontar al público con problemáticas e inquietudes comunes. Y damos fe sobre  lo que desde entonces ha mostrado, siempre en vías de superación al anterior montaje, cual si fuese una positiva versión criolla del mito de Sísifo.


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