El secuestro de un
comerciante de origen portugués en Caracas, torturado y mantenido en
cautiverio durante 11 meses en 2013, inspiró una de las hazañas de
inteligencia más recordadas por el Cuerpo de Investigaciones Científicas
Policiales y Criminalísticas (CICPC), que mediante su División Nacional
Antiextorsión y Secuestro logró rescatar al hombre del aliento de la muerte,
que lo acechó sin tregua hasta el día en que consiguió de nuevo la libertad.
Esta historia de la vida real conduce la trama de Muerte suspendida, del
director Oscar Rivas Gamboa, vigésimo octavo estreno nacional del 2015 que
desnuda con acción y plena participación de la policía científica del país la
manera en la que operan algunas de las bandas delictivas, en este caso
conformadas por mafiosos venezolanos dirigidos desde Colombia, quienes
reciben entrenamiento paramilitar en la frontera entre ambos países.
Lograr desmantelar una operación de secuestro no es tarea fácil. En vista del considerable aumento de casos de este flagelo en Venezuela, el realizador refleja en la gran pantalla la complejidad que conlleva un procedimiento de este tipo, donde no hay espacio para el error y la búsqueda debe llegar a la misma zona donde son sometidas las víctimas, mediante una acción de inteligencia secreta. La producción busca impresionar a los espectadores mostrando elementos vanguardistas de tecnología que se presume utilizaría el CICPC. Desde una pantalla proyectada en holograma al estilo de Tom Cruise en Minority report hasta un perro pastor alemán entrenado que se lanza en paracaídas tras la pista de los maleantes, el filme promete llegar a la gran pantalla con una buena dosis de pólvora, drama familiar y esperanza, con guión original escrito por Carmelo Castro.
Guarenas, Los Teques,
Caracas e Higuerote fueron los escenarios del rodaje. “Buscamos rescatar los
valores de la institución policial. Los malandros no son figuras de acción y
no tienen nada positivo. La labor del CICPC está al servicio de resolver
crímenes para hacer justicia. Plasmar este elemento es importante. A muchos oficiales
les apasiona este trabajo y abandonan muchas cosas para cumplir su deber de
manera óptima”.
Definir ante los jóvenes de forma clara y concreta los 'roles' que cumplen la ley y los delincuentes en la sociedad es uno de los objetivos de la película. En síntesis, el malandro con pistola no es el héroe. ¿Lo será el policía? Lo cierto es que la imagen de los uniformados se enaltece en el largometraje, hasta el punto de consagrar las técnicas de criminalística e inteligencia que aplica la Brigada de Acciones Especiales (BAE) en el país, adicional a la División Aeronáutica.
Oscar Pérez
interpreta un personaje con el que se siente muy identificado: un oficial de
la brigada especial, pues en realidad es agente activo del BAE y jefe de
operaciones aéreas con 15 años de experiencia. “Una vez, mediante una
operación en un barrio, un niño se me acercó al verme armado y me dijo que
cuando creciera, quería ser 'pran' para tener dinero y mujeres lindas. Esto
me conmocionó y un objetivo importante de la película es hacerlos entender
que esa idea está errónea. Los hampones no pueden ser vistos como
superhéroes. También mostramos toda la dedicación que las autoridades
aplicamos para erradicar la delincuencia”, comentó el también coproductor.
Marcos Moreno, “Zapata
666”, Laureano Olivares, Antonio Cuevas, Claudio de la Torre, Charyl Chacón,
“Dj Pana” y Diego Flores son algunos de los talentos que conforman el elenco
del filme, ópera prima de Oscar Rivas Gamboa, quien previamente ha producido
programas de televisión, videoclips y comerciales, para ahora debutar en la
gran pantalla con esta obra de acción policiaca y drama familiar.
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