En los camerinos de la Sala Anna Julia Rojas captamos al actor antes de salir a escena, hace tres años-. |
Desde Guanoco a la eternidad
histórica de la cultura criolla, haciendo escala a lo largo de más de seis décadas en
numerosos escenarios, sets y platós de Caracas. Podría ser la síntesis de esta
reseña sobre este primer comediante de las artes escénicas venezolanas,
quien este 26 de abril, a las 6:00 PM, hizo mutis.
Carlos Márquez Capecchi,
quien el próximo 19 de abril cumpliría 90 años, recibió del Premio Nacional de
Teatro 2015, según el jurado integrado por Román Chalbaud, Bruno Mateo y Nicolás
Curiel. Él admite que no se arrepiente de nada de lo hecho. Y para cuando le
llegue la hora del mutis definitivo quiere tener las botas puestas, como lo
hicieron varios de los personajes teatrales que ha encarnado desde la década de
los 40, aunque aclara que no hay final ni principio, sino que todo se
transforma tal como la aprendió con sus hermanos rosacruces. Así lo piensa y lo
cuenta este primer actor del teatro, el cine y la televisión, quien regresó a
la pantalla de RCTV Internacional gracias al unitario La
pensión Amalia, basado en la telenovela original de Salvador Garmendia, en
la temporada del 2008
La memoria le permite
hilvanar su saga actoral, la cual arranca a los 17 años, cuando conoció los
secretos del teatro en el viejo Ateneo de Caracas, en la otrora casa de Andrés
Bello, en la esquina Las Mercedes; Manuel Rivas Lázaro lo inició y
continuó su aprendizaje en el Centro Venezolano Soviético, donde estaba César
Henríquez, y después en el Taller Libre de Arte con Elías Marcheli, durante el
montaje de El paquebote de Charles Vitrac.
Pero su deambular se
detuvo al vincularse a la escuela de Juana Sujo, en los años 50. Ahí conoció a
esa legendaria actriz argentina, después se desposaron y vivieron felices hasta
que ella “se fue de gira”, el 11 de julio de 1962, a los 44 años. “La conocí
porque un amigo, Elisaúl Peraza, me encontró en la plaza de San Jacinto y me
dijo que fuese a los estudios de Bolívar Films, donde para ese entonces
funcionaba la escuela de Juana, porque la italiana Mara Poeta ensayaba la
pieza Detective history. Y así ocurrió y ahí encontré a Fernando
Gómez, Paul Antillano, Esteban Herrera y Alberto Castillo Arráez, quienes
también participaban, pero nunca se estrenó ese espectáculo; me quedé ahí y dos
años más tarde debuté, como profesional, en el Teatro Municipal con Los
muertos sin sepultura de Jean Paul Sartre. Lo he dicho siempre y lo
repito ahora, que Juana me formó en lo humano, en lo intelectual y en lo
artístico”.
Reconoce que no lo
aprovechó todo por su inmadurez, pero sería años más tarde, cuando se vinculó
al rosacrucismo, que pudo comprenderlo todo y aprehender otros estadios del
conocimiento.
Como su memoria lo puede
traicionar y para que la historia de su marcha artística no se pierda y se
cuenten cosas que él no hizo, logró la publicación de su autobiografía, Lo
me toco vivir, donde está toda la información sobre su dilatada carrera
profesional, desde 1952 hasta 2008, inclusive.
Ahí figuran las
fichas técnicas de la pieza de Sartre hasta el monólogo de José Antonio Rial, Un
hombre de otros tiempos; no menos 40 espectáculos teatrales; también lo
caracterizado en televisión y cine, decenas y decenas de trabajos. Ese libro
tiene unas 220 páginas y en la portada hay una fotografía suya, tomada en el
Teatro Los Cedros, durante el montaje de la pieza Ha llegado el
inspector de John B. Priestley.
Es una autobiografía,
con abundantes gráficas, sobre una vida artística de lujo, además con datos
fieles, no tan conocidos, como sus dos primeros matrimonios (Juana Sujo y
Adilia Castillo) y el tercero con la cantante Dolores Beltrán, ya fallecida. De esas tres bodas no tiene descendencia, aunque sí
procreó una hija que ya lo hizo abuelo en tres oportunidades. "Mi nieto
mayor tiene varios años en París”.
Lamenta que ya no pueda
estar al mismo tiempo en un escenario teatral y en un set de televisión, como
antes, y además acudir a la universidad, como lo hizo a los 60 años para estudiar
en la UCV y obtener una licenciatura en artes escénicas. Se cansa, como es
natural, pero lo que nunca olvida es acudir a una edificación en la parroquia
Candelaria, donde están sus hermanos rosacruces, a quienes conoció, hace más o
menos unos 40 años, gracias al cantante Rafa Galindo. “Estoy feliz de todo lo
hecho y de lo que todavía puedo hacer”.
FILOSOFIA
DE VIDA
Carlos, nacido en
Guanoco, estado Sucre, y caraqueño desde los nueve años, no reveló las claves
de las enseñanzas rosacruces, porque no es su vocero autorizado, aunque recordó
que se trata de una filosofía de vida, la cual permite el desarrollo interior
del hombre y al mismo tiempo enseña al desprendimiento de lo material. No
propone temas meramente especulativos que no tengan una aplicación práctica
para el mejoramiento de la vida de sus practicantes y también para ayudar a
otros como vivir mejor. Revela cómo los seres humanos tienen un caudal inmenso
de energía y de potencialidades que habitualmente desconocen. Y recomienda
aprovechar el inmenso potencial de la mente para librarse de las tensiones,
conceptos erróneos y enfermedades mentales. La orden Rosacruz fue fundada,
hacia el siglo XV, por Christian Rosenkreuz. Para algunos estudiosos el
rosacrucismo suele denominársele como cristianismo esotérico.
INOLVIDABLE
Pero Carlos no se retiró
ni tampoco reposó en un chinchorro. Recorrió desde la temporada 2013 a
Venezuela con su hermoso e instructivo monólogo Inolvidable, escrito
por José Gabriel Núñez a partir de la biografía Lo que me tocó vivir del
comediante, desde aquel 20 septiembre de 2013, en la sala de conciertos de
Unearte.
Márquez está consciente
de que “a los 87 ya no se está para actuar, sino para esperar la muerte en la
tranquilidad del hogar”, pero, mientras le llega el último mutis hace su
espectáculo, el cual avanza desde Guanoco a la eternidad de la cultura criolla,
haciendo escala a lo largo de 60 años en numerosos escenarios, sets y platós de
Caracas donde hizo su vida artística.
Lo obtenido es una
deliciosa recreación, a partir del monólogo El canto del cisne (1886) de
Antón Chejov, enriquecido con anécdotas del artista, como sus desencantos por
los personajes que anheló hacer y nunca se los dieron, como aquellos
legendarios príncipes Hamlet y Segismundo, de Shakespeare y Calderón,
metas consagratorias para muchísimos comediantes en etapa cruciales de
sus profesiones.
Tal como lo plantea
Chejov, Márquez encarna el anciano cómico Vasili Vasílievich que termina la
función con la cual finaliza su carrera teatral y se queda viendo
desde el escenario la sala vacía para iniciar un melancólico viaje a través de
sus recuerdos.
Inolvidable es un gran tributo
a la nostalgia que ha acompañado a este comediante, quien luchó denodadamente
para llegar a ser lo que es: primera figura en el arte de la interpretación, la
cual es la actividad más arraigada, genéticamente, en todo ser viviente, y más,
si a este lo complementa el intelecto, tal es el caso de Carlos Márquez.
Aristóteles pide en todo
acto teatral un conflicto para la expiación de la audiencia y Márquez lo
obtiene con su saga de amor, sus luchas y el amargo final, tal como
ocurrió con la pionera Juana Sujo, su primera esposa, insigne actriz y
productora del mejor teatro de arte de los 50 y 60. Desaparecen las risas y el
silencio es elocuente, pero el público estalla minutos después cuando
interpreta el tango Cuesta abajo y el bolero Inolvidable.
¡Cae el telón!
TELENOVELAS Y SERIES
Camaleona (2007), Estrambótica Anastasia (2004), Mi gorda bella (2002-2003), Carissima (2001), Mujer secreta (1999), Reina de Corazones (1998), María de los Ángeles (1997), La llaman Mariamor (1996), Amores de fin de siglo (1995) , El desprecio (1991),
De mujeres (1990), Amanda Sabater (1989), Señora (1988),La intrusa (1987), Mi amada Beatriz (1987), Mansión de Luxe (1986), Azucena (1984), Marisela (1984), Topacio (1984), Esperanza (1983),Leonela (1983),Kapricho S.A. (1982),¿Qué pasó Jacqueline? (1982), Luz Marina (1981), Luisana mía (1981),La comadre (1979), Estefanía (1979), Doña Bárbara (1975).
CINE
La matanza de Santa Bárbara (1986), Cangrejo (1982,) Carmen, la que contaba 16 años (1978), Adiós Alicia (1977), El joven del carrito (1959) y Pantano en el cielo (1956)
Fuente: Wikipedia
Lamentable pérdida de nuestro amigo y hombre de teatro. Bello homenaje con tu trabajo. Felicitaciones
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