viernes, mayo 13, 2016

Mujeres criollas ejemplares

María Alejandra Telliz en su personaje de Amelia Marcano
Amelia Marcano (35 años), negra obrera, madre soltera de cuatro hijos, desafía a los esbirros que la torturan para saber dónde está su hijo (19 años) o los contactos que él tiene, pero ella no claudica y les da una lección de dignidad. Este memorable personaje teatral, creado por José Gabriel Núñez para protagonizar su monólogo El largo camino del Edén -estrenado en temporada caraqueña de 1971, en la Sala Rajatabla- ha reaparecido ahora en la Torre del BOD para subrayar que sí hay arte de denuncia, el cual reivindica las luchas de los pueblos alzados para alcanzar y disfrutar de su libertad económica y política.
El largo camino del Edén plasma el sórdido tema de la persecución política mediante la intervención de los cuerpos de seguridad del Estado, temible represión de dichos organismos sobre los derechos humanos de los rebeldes y de todos quienes se atreven a desafiar al régimen.  Esta situación se vivió y generó muchas pérdidas de vidas humanas durante largos 40 años de la democracia venezolana, sin contar los regímenes anteriores del siglo pasado. Es una advertencia de que esos tiempos y esos métodos no pueden regresar jamás y que las luchas, de lado y lado, tienen que ser diferentes.
Además, aquí Núñez insiste con defender y exaltar el rol de las mujeres, especialmente de las venezolanas, en las luchas reivindicativas de su sociedad, una acción que comenzó hace 200 años y que todavía están ahí, vivas y esperanzadoras.
Para esta reposición fue muy bien elegida la actriz María Alejandra Tellis, quien logra los matices perfectos de su estremecedora caracterización verista, bien dirigida por   Jhonny Romero y con la correcta producción de Dionisíacas Producciones, que conduce Dennys Alexander Ledezma, impactante agrupación de artistas con nuevos talentos que se están ganado el espacio que merecen. Por supuesto que es teatro político, el cual recuerda como la libertad es un regalo de los dioses y que hay sacrificarse incluso para no perderla.  



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