jueves, junio 30, 2016

"Donde caerme viva" o las lesbianas del 2016

El elenco y su director Costa Palamides.
Sin pareja porque se la mataron, sin apartamento y sin cama porque todo se lo expoliaron y con pocas amistades sinceras, no puede  dejarse morir así no más; debe  seguir viviendo hasta que un Dios o la naturaleza le quiten el peso de tal vida y la lancen a otra dimensión. Mientras tanto debe buscar donde caerse viva y proseguir avanzando y buscando como cambiar o mejorar. No es fácil.
Este el colofón que se nos ocurre después de haber visto y reflexionado sobre la humanísima y actualísima obra teatral Donde caerme viva, precisamente en Venezuela, donde todavía la homofobia es rechazo, aversión, odio, prejuicio o discriminación hacia hombres o mujeres homosexuales, lo cual además involucra a bisexuales, transexuales y travestis. No es invento periodístico ni vagabundería de teatreros ni de reporteros buscando escándalo para hacerse famosos. Tristemente, la homofobia, a caballo sobre los crímenes de odio, mata a quienes se atreven a practicar tales conductas y por supuesto ha eliminado venezolanos y venezolanas, entre otros. Es una letal realidad, incluso prohibida por la Carta Magna, porque no hay leyes que prohíban y sancionen esos asesinatos de odio y discriminaciones, ni tampoco están autorizadas las uniones libres o matrimonios para hacerles la vida más llevadera a esos “raros” o “raras” que deciden vivir amorosamente juntos o arrejuntares o en concubinato, sin dañar al vecindario. Se necesita una verdadera y auténtica revolución cultural, desde los hogares, además.
En un teatral  contexto venezolano, donde obviamente no hay respeto a los derechos humanos, porque coexisten  homofobia y  nefandos crímenes de odio,  irrumpe el montaje Donde caerme viva, con el cual,  el autor Elio Palencia y el director Costa Palamides, rompen brillantes lanzas para revelar la sobrecogedora historia de la criolla Maigualida (Marisol Matheus) y la colombiana Raquel (Juliana Cuervos), quienes, durante una feliz noche, cuando festejan sus 15 años de amores y convivencias,  se ven  tronchadas para su siempre sus vidas en común, por los tiros de unos malandros en la madrugada caraqueña y la mefistofélica irrupción de  la sobrina Yariza Josefina (Norma Monasterios) quien, cual bruja maléfica, procedente de Tinaquillo,  aparece para llevárselo todo y dejar en la calle a la sobreviviente, precisamente la cachaca Raquel. Tres performances desgarradores y desgarrantes que están de premio por su entrega profesional.
Donde caerme viva es la pieza con la cual Palencia rompe fuegos contra una sociedad que discrimina y suscita crímenes de odio. No es frecuente que los criollos aborden la singular temática de las lesbianas y logren además que sus textos lleguen a escena. Si la memoria no nos falla, fue en 1970, cuando Caracas se escandalizó ante la pieza La buhardilla, de Gilberto Pinto, donde dos cachaperas son sometidas y finalmente muertas por unos tramposos caballeros. Bertha Moncayo, Martha Mijares, Giampero Micucci, Martin Lantigua y Blanquita Pereira fueron los solventes intérpretes de ese texto imborrable e inolvidable, el cual se mostró en el Teatro Triangulo, frente a la plaza Tiuna.  Desde entonces, salvo dos o tres obras más, esos valientes personajes de mujeres venezolanas no se lucen ante la audiencia, están invisibilizadas, porque hay una curiosa misoginia de los mismos gays con capacidad de mostrarlas en el teatro.
Como la agrupación artística Teatrela cumple 30 positivos años teatrales, ahora en la sala Horacio Peterson, de Unearte, hace temporada Donde caerme viva, espléndido y oportuno espectáculo que vimos en estremecedor y satisfactorio ensayo general y además la normal función de estreno,  todo eso nos permitió ponderar  y degustar también los talentos de Nirma Prieto, Daifra Blanco, María Alejandra Tellis (¡bravo!) y Ruth Cabeza, para exhibir su valiente y artística denuncia sobre un sórdido estado de cosas, cuya realidad es superior a lo materializado.  
El plantel de creadores en Donde caerme viva continúa con un envolvente dispositivo escenográfico creado por Oscar Salomón para un cuadrado espacio central; el diseño de luces es de Darío Perdomo; la música original de Pantelis Palamides y la producción general de Juan Carlos Azuaje, actor fundador, director y productor general de la agrupación cumpleañera. ¡Creemos que Donde caerme viva hará historia cultural!



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