viernes, agosto 19, 2016

"Rojo" o la historia de un artista en Nueva York

Basilio Álvarez en memorable caracterización.
El Segundo Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense, que se realiza desde el 10 de junio en las salas La caja de fósforos y El dedal, del backstage de la Concha Acústica de Bello Monte, entró en su recta final para concluir el 25 de septiembre. Cuando aún quedan tres montajes de los ocho programados, hemos visto Rojo, de John Logan.  
Rojo, que  exige del espectador un conocimiento  básico de la historia de las artes plásticas nortamericanas y de lo que era su comercialización durante el siglo XX,  aborda, de manera desgarrada, dos años claves para la vida del artista expresionista abstracto Mark Rothko (Daugavpils, Letonia, 1903/ Nueva York, 1970); específicamente los años 1958 y  1959, cuando el legendario arquitecto Philip Johnson  le encarga pintar sendos  murales para el restaurant Four Seasons del Seagram Building de Nueva York, ofreciéndole una cifra jamás pagada a ningún pintor de esa época: 50 mi dólares. Y de ahí brotan todos sus conflictos: arte o subsistencia, creatividad del artista o gusto del cliente, etcétera, a lo cual se suman los vericuetos existenciales del pintor, quien terminó suicidándose años más tarde.
El espectàculo es denso porque así lo son los perfiles de sus protagonistas, Mark (Basilio Alvarez) y su asistente Ken (Gabriel Agüero),  y las exigencias mismas de la pieza,  muy literaria además. El director Daniel Dannery hizo magia para lograr esa atmósfera de pesadilla a lo largo de 150 minutos en El dedal, sitio claustrofóbico con graderías de madera que dejan huellas. Pero son tan enternecedoras las caracterizaciones y las interrelaciones de aquellos personajes, bien logrados por Basilio y Gabriel, que el tiempo se hace llevadero.

Rojo es, pues, una clase sobre el drama del pintor y la sociedad capitalista, o entre el creador y el poder, que evoca algunas facetas del dramón del venezolano Armando Reverón en Macuto, y plantea varios interrogantes como ¿si el arte está destinado a ser convertido en mercancìa?, o ¿es una necesidad de expresión única del artista? o ¿es lo verdaderamente importante en la vida del pintor?

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