jueves, octubre 13, 2016

Para no olvidar a Rodolfo Santana

RODOLFO SANTANA SALAS EN LA VILLA DEL CINE.
El caraqueño Rodolfo Santana Salas murió durante la mañana del domingo 21 de octubre de 2012, en el mercado de Guarenas. Al fallecer, por problemas cardíacos, cuando le faltaba cuatro días para cumplir 68 años, dejó un apartamento, una computadora con varias piezas y guiones cinematográficos en sus archivos, no menos de 100 obras editadas y montadas, y su hijo Roberto, como heredero universal.
Citamos a Roberto Santana porque nos lo encontramos el pasado sábado 8 de octubre en los camerinos del Teatro Nacional, después de haber visto el montaje de Tiranicus, pieza que Santana Salas escribió en 1968 y estrenó seis años después en el Ateneo de Maracay; ahora hace una breve temporada como modesta producción del Teatro San Martín, puesta en escena y actuada por David Villegas, quien además interpreta al lado de Ángel Pelay y Leonardo Gibbs.
Tiranicus es una contundente teatralización basada en la historia oscura de los gobiernos venezolanos de los últimos 100 años, que muestra el salvaje deambular de diversos presidentes y generales por el Palacio de Miraflores y subraya sus abusos contra la población y materializa algunos de los héroes civiles que los desafiaron y terminaron derrotándolos; pero, por esos avatares de la política, ellos regresan apoyados por el capital extranjero y las burguesías para proseguir vendiendo o regalando al pais a potencias y empresas foráneas. Un texto demoledor e irritante que exhibe al gobernante Tiranicus en siniestras ceremonias de abuso y humillación hacia sus sirvientes Sábado y Domingo, quienes lo asesinan pero después salen a buscar un sucesor porque no pueden vivir sin ese yugo. Son perros que necesitan amo para que los maltraten.
El espectáculo  es una divertida y alucinante farsa, gracias al acoplado trio actoral,  con el ceremonial palaciego de embajadores  y gobernantes entregados a la compra y venta de materias primas por objetos suntuarios, al tiempo que se negocia también la dignidad y la soberanía prostituidas.
Este montaje, cuyas presentaciones culminan este fin de semana en el teatro Nacional,  hace parte de una dupla de espectáculos organizados para refrescar la memoria del gran ausente: Rodolfo Santana Salas. Lo cual, por supuesto, tiene muy activo a su hijo Roberto.


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