martes, enero 17, 2017

"Reina pepeada" en temporada 2017

"Reina pepeada" en la versión 2017
Con un ensayo general para la prensa y una función privada  ante los ejecutivos del Centro Cultural BOD e invitados especiales, comenzó  la temporada 2017 del gran sainete venezolano Reina pepeada de Román Chalbaud, dirigido con precisión por  Jorge Souki y utilizando un equilibrado elenco integrado por Caridad Canelón, Norkys Batista, Aroldo Betancourt, Oswaldo Maccio,  Eulices Alvarado, Djamil Jassir, Carlos Sánchez Torrealba y Homero Díaz, dentro de una pulcra escenografía corpórea, creación de  Ricardo Morales, y con la producción general de  Douglas Palumbo.
 Este segundo montaje de Reina pepeada (el primero fue en agosto de 1996), el cual se mostrará hasta el próximo 23 de febrero en el BOD, reitera una vez más la calidad dramatúrgica y la visión sociológica de Chalbaud, plasmada en un sencillo argumento y sus arquetípicos personajes, francamente delineados, para plasmar escénicamen a una Venezuela, sin caer en compromisos politiqueros y sociales. Ahí está su mapa personal sobre este país, el cual ahora, más que nunca, tiene gran vigencia, particularmente, porque muestra la descomposición humana surgida en sus ciudades y desmitifica  a la sociedad venezolana a partir de sus personajes marginales y marginados, vistos con compasión e ironía, como solamente lo  pueden hacer aquellos auténticos escritores que retratan a sus pueblos. No es un discurso político sino una oportuna y descarnada arenga social para un pais que difícilmente quiere cambiar.
Reina pepeada, con  acto único de 90 minutos y un solo ambiente, transcurre en el año 1996, dentro de la modesta arepera caraqueña “Reina pepeada”, ubicada frente al Congreso Nacional. Cuando empieza la obra, se realiza una manifestación en las inmediaciones del Capitolio Federal, que es reprimida con disparos y gases lacrimógenos, por lo que el establecimiento no puede abrir para recibir a su clientela tradicional. A través de sus dueñas, Casilda y Reina quienes llegaron del interior del pais a finales de los años 50, Chalbaud hace una revisión de los acontecimientos políticos de todas esas décadas de la democracia nacida después de Pérez Jiménez. Ellas, la hiperadeca Casilda (Caridad), que funge de cocinera, y su hija Reina (Norkys) la cajera, han luchado mucho para mejorar económica y socialmente. Reina ha tenido muchos amantes que la chulearon y el último es Benito (Aroldo). Estas dos mujeres tiene como empleado a Juan de Mata (Oswaldo), un homosexual amadamado que para redondearse la quincena trabaja como travesti en un centro nocturno y quien sueña ser un afamado escritor porque pergeña una novela testimonial sobre todas sus vicisitudes existenciales. Durante la mañana de un lunes, Reina vuelve a recibir a Benito, el marido del que se había separado después de descubrir que la engañaba, así mismo Juan de Mata le confiesa a Casilda que vive un tórrido romance con un agente de policía y sin que lo esperaran reaparece Alberto (Eulices), el hijo malandro de Reina, quien muy a su manera defenderá a su madre de las intenciones nada honestas de Benito y su amigo Jeremías (Carlos), para despojarlas de tres mil dólares que tienen ahorrados.
El final llega y las mujeres vuelven a quedar abandonadas por todos los hombres que por ahí pasaron, ya que siguieron sus destinos. Hay mucho humor, pero queda una desazón porque   Casilda y Reina, tendrán que proseguir, y ahora sin más ayuda que la que reciban de los nuevos clientes, porque han sido siempre usadas por los hombres a quienes dieron sus almas y cuerpos,con auténtico amor. Es, para nosotros, una oda al amor verdadero, sin compromisos, pero que exige lealtad, todo el tiempo, a la pareja.
Reina pepeada es, es pues, un gran sainete sobre la sociedad venezolana donde el amor es la mayor carencia de sus habitantes, al mismo tiempo que compite con el afán de conseguir dinero por parte de su gente, por lo que están dispuestos a todo, incluso a prostituir sentimientos y cuerpos y asumir mascaradas o engaños. El autor para balancear la situación melodramática y/o cursi de la madre Casilda, quien ha visto el derrumbe de sus ideales de "una sociedad justa" como la predicó Rómulo Betancourt, y la hija Reina que ha palpado y saboreado como se erigió una democracia que se corrompió y ahora devora a sus  mismos creadores, presenta a un singular  homosexual old fashion o loca, estereotipado ser entre cómico y patético como parodia de lo que pueda llegar a ser  una libertad mal entendida. pero que al mismo tiempo es honesto y enamorado  de la vida y del amor, al cual  toca fugazmente a riesgo  de quemarse  con él. Es, quiérase o no, el único personaje masculino digno de la obra, ya que los otros hombres son villanos de poca monta y con diversos niveles de degradación. 
Imposible olvidarnos de las actuaciones porque sin esos profesionales no hay espectáculo posible. Caridad Canelón y Norkys Batista tienen los roles protagónicos y lo demuestran con su histrionismo a diferentes niveles, además de que dan a sus personajes un gracia poco frecuente en la escena criolla cuando encarnan a personajes populares venezolanos. El otro personaje convincente es Juan de Mata, un gay old fashion, cuyo historia escabrosa atrapa la audiencia y además realiza una performance vocal que cosecha aplausos porque atipla la voz e impacta por su grato desenfado escénico.Bien por Oswaldo Maccio. Aroldo Betancourt, Eulices Alvarado, Djamil Jassir, Carlos Sánchez Torrealba y Homero Díaz están precisos en sus composiciones. En términos generales el elenco puede rendir muchísimo más, pues los vimos en un ensayo general con público y era obvio que estaban cuidando las voces y guardando sus energías para la segunda función, la del estreno. A nosotros no nos gusta ver ensayos generales por eso, pero la pauta de trabajo lo exigía y además sabemos que alcanzaran óptimos niveles. Y con respecto al director Souki es notable su crecimiento profesional.
DATOS
 Hacer teatro en Caracas es costoso y para subir el telón de Reina pepeada se invirtieron 8 millones de bolívares. Esperan hacer 20 funciones en una sala de 241 puestos y cuyos boletos cuestan 7000 bolivares,más otros 218 en impuestos, cada uno. Si les va bien podrían recaudar no menos de 33 millones de bolívares. La mitad de la taquilla es para el BOD y lo restante entre la producción y los sueldos del elenco. Piensan  y quieren ganar un poco más de dinero con giras por el interior del pais y si esposible cruzar las fronteras.
 ¡ ¡Ah,se nos olvidaba! Los puristas dividen al  teatro entre comercial y de arte, fuera de esos estratos no hay salvación. Esta Reina pepeada es arte y es comercial, que es lo que todos quieren hacer, pero muy pocos lo alcanzan.¡Ladran...Sancho!





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