jueves, octubre 12, 2017

Una Alicia caraqueña

Carlos Giménez, quien trabajó para acrecentar y comandar durante varias décadas a un proyecto de teatro venezolano más contemporáneo, tras el éxito artístico de su empresa cultural, como era aquel caraqueño grupo Rajatabla, pensó crear, y así lo hizo, otro polo de referencias y creaciones estéticas, integrado por los mejores teatreros de las nuevas generaciones. Sabía que la sobrevivencia histórica de su movimiento cultural requería un soporte generacional formado o aupado por él, como se lo aconsejó el maestro José Antonio Abreu. Así fue como se creó, tras varias noches de debates en un apartamento de Parque Central, el Centro de Directores para el Nuevo Teatro (CDNT), con cuatro muchachones emprendedores, hacia 1990.
El destino, para llamarlo así, dispuso otras cosas y, el 27 de marzo de 1993, Giménez “se fue de gira eterna” y dejó atrás muchos proyectos caminando y otros en meros borradores, pero el CDNT al poco tiempo se dividió y la institución siguió únicamente con Daniel Uribe Osío y Marcos Purroy. Ellos, desde entonces, han trabajado bastante y hasta obtenido algunos creativos o novedosos montajes, como Fango negro, más conocido como El teatro del autobús, a partir del texto de José Gabriel Núñez, inspirado en la pieza Woyzeck (1879), de George Büchner, un dramón sobre la vicisitudes de una mujer enamorada hasta la locura de un miserable soldado, que le es infiel y ademas la maltrata hasta asesinarla.
Daiel Uribe estrenó Fango negro durante los años 90  y desde entonces ha sido su mejor caballito   de batalla, dentro y fuera de Venezuela. El año pasado hizo una intensa temporada en Caracas.
DE NUÑEZ A CARROL
Al llegar este año 2017, de tanta incertidumbre y de quiebres y repliegues ideológicos, el CDNT, con varios aliados estratégicos, presenta el montaje Alicia en el autobús, inspirado en la novela fantástica Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (1865) de Lewis Carroll.
 Por supuesto que el director Marcos Purroy retoma los conceptos estéticos teatrales y hasta el autobús que usaron con Fango negro, el cual sirve de escenario móvil y como vehiculo para llevar al público (no más de 50 personas) desde la plaza Francia hasta “La cueva del conejo”, lujoso bar-ubicado en una transversal del norte de la urbanización Altamira- que funge de “madriguera para delincuentes”.
Pero esta Alicia en el autobús  no es más que la historia de otra muchacha, Alicia, quien viene del pueblo Las Mesitas, en el estado Trujillo en busca de Conejo, de quien se enamoró  tras bailar un vallenato durante las fiestas  patronales de su comunidad, y lo único que ella  puede de hacer es tomar un autobús  que la llevara a la cueva o escondite del susodicho personaje (especie de delincuente), una discoteca bar donde pululan personajes exóticos en su léxico y en sus lenguajes, quienes bailan frenéticamente en medio de diálogos y canciones atosigantes, muy dentro de la atmósfera de aquellas  discotecas que expenden de todo.
El director Purroy advierte, y así lo constatamos, junto con los otros invitados, que se trata de un ritual urbano a ritmo de hip-hop, donde  Alicia  busca, sufre y al final encuentra a su enamorado, el Conejo, pero debe desafiar los designios de la reina (un espectacular  drag queen vestido de rojo) para lograr su objetivo erótico y romántico.
Es, como lo dice Purroy, una “experiencia no convencional”, producida y dirigida por los mismos creadores del exitoso Fango Negro: Teatro en el Autobús.  En esta ocasión hay más actores, quienes aprendieron a rapear, gracias al entrenamiento con los MC (raperos) Flysinatra y Aros Garcia para poder cantar las canciones (Hip Hop)  del espectáculo. Ahí participan, entre otros, Darli Fuggiero, Eduardo Pinto, Juan Bautista, Wilfredo Cisneros, Ronny Mujica, Scarleth Becerra, Ángel “Chucho” Rey, Onil Vielma, Fernando Carrero, Yorkis Díaz, Jelena Cobis, Vanessa Portillo y Jhon Daniel Carvajal en esta nueva experiencia, con muchos códigos e ingredientes y adiestramiento del circo urbano; donde el vestuario, diseñado por Victoria Mora y la música, original de Aros García y Flysinatra, juegan un papel protagónico en la puesta en escena. Hay mayor “riqueza”.
Es, pues, un verdadero musical underground, donde la protagonista y los otros personajes no son precisamente los personajes edulcorados de la novela original, sino todo lo contrario. Llama la atención que hay mucho decoro en los lenguajes gestuales y verbales, nada de excesos que puedan suscitar censuras, que aunque están prohibidas pueden irrumpir sin mayores obstáculos o algo parecido.
Alicia en el autobús, pues, utilizando el mismo planteamiento espacial de Fango negro, más otros añadidos, resulta ser un entretenido oásis para la sórdidas noches caraqueñas de estos tiempos, una alternativa sin mayores peligros o riesgos, porque es un teatro “ligero”, donde la moral burguesa es respetada, hasta ahora.

 El autobús de Alicia en el autobús para los interesados sale todos los viernes, sábados y domingos a las 7:00 pm, desde la parada de Transchacao, en, en la Plaza Altamira, Av. Luis Roche.  Entradas (13.080 bolívares fuertes) a la venta en www.ticketmundo.com o en las taquillas de Ticketmundo en el CCCT.Y el tiempo de duración de todo el espectáculo no supera los 70 minutos.

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