miércoles, febrero 28, 2018

El feminismo en escena con "Baño de damas"

Aníbal Grunn la estrena el venidero 23 de marzo.
Por tercera vez se escenifica Baño de damas, la famosa obra dramática de Rodolfo Santana. Este nuevo montaje lo produce la Compañía Nacional de Teatro, bajo la dirección general de Carlos Arroyo y con la dirección y versión escénica de Aníbal Grunn. Su estreno está previsto para el teatro Alberto de Paz y Mateos, el próximo 23 de marzo, a las 5PM, con la participación de Aura Rivas, Jean Manuel Pérez, Citlaly Godoy, María Brito, Dora Farías, Livia Méndez, Marcela Lunar. Marxlenin Cipriani, Francis Rueda, Kala Fuenmayor, Verónica Arellano, Randimar Guevara y Gustavo Meléndez.
Consultamos las opiniones de  los teatreros Ibrahim Guerra (1987), Gerardo Blanco (2002) y Aníbal Grunn (2018) por ser los directores que han llevado a escena la controversial pieza Baño de Damas. Y lo hicimos con un mismo cuestionario.
IBRAHIM GUERRA
¿Cómo llegó este texto de Rodolfo Santana a sus manos?
Era 1987, yo estaba llegando de Cuba luego de estar en San Antonio de los Baños estudiando cine durante seis meses, y creando durante seis meses más, el área de televisión de la Escuela Internacional de Cine y Televisión creada por Fidel Castro, Gabriel García Márquez y Fernando Birri. Fue un trabajo duro y productivo, por lo que quería descansar, ordenar mis apuntes de los cursos, y escribir dos piezas de teatro, durante unos seis meses más. Además, no tenía el menor deseo en ese momento, por razones personales, terribles, de hacer teatro. Me encontré a Rodolfo en Sabana Grande, nos alegramos de vernos. Me dijo que tenía un proyecto para mí. Le manifesté mi renuencia. -Es una obra para mujeres, te vas a sentir cómodo-. Me dijo. Me conocía, y sabía dónde golpear. Me invitó a comer para conversar al respecto en un restaurante indio que quedaba en una transversal del bulevar. Hablamos largo, hasta quedarnos solos, de Baño de damas. La producción del espectáculo la harían el Grupo Cobre, manejado por Rodolfo, y el Ateneo de Caracas, por Carmen Ramia. Nos citamos para el día siguiente para que él llevara a mi casa la pieza. Había razones para que yo aceptara el proyecto. Una, la obra, las mujeres, etcétera. Otra, Rodolfo y yo nacimos el mismo año, crecimos en el teatro en paralelo. Teníamos más o menos una parecida trayectoria teatral de trabajo académico y social, de entender el teatro como una necesidad de expresión artística y de compromiso. Nosotros dos y unos cuantos creadores más, recuerdo, el Chino Rodríguez Barrera, Rafael Rodríguez Rars, y otros, nos montábamos en la espectacularidad del hecho teatral en el espacio y en la búsqueda de formas específicas para cada pieza teatral que llegara a nuestras manos, o que imagináramos, o, que, finalmente, termináramos por escribir nosotros mismos, con las que debíamos confrontar la extraordinaria y potente dinámica escénica de Carlos Giménez y la de los mejores montajes teatrales del mundo que veíamos en los festivales internacionales que cada dos años presentaba el Ateneo de Caracas. Antes de mí, según comentarios del mismo Rodolfo, habían pasado unos seis directores, incluso él mismo- y la obra no salía. Me dijo que si yo no la aceptaba, ya él renunciaría a montarla. Acepté.
¿Cómo abordó su teatralización y bajo qué criterios la llevo a escena?
Yo aún seguía investigando la ponencia hiperrealista del teatro, y estaba enfrascado en crear textos de esta naturaleza, por lo que un texto para ser montado en un espacio no real no me atraía del todo. Y aunque el texto de Santana se erigía sobre una descarnada coloquialidad en la interacción de los personajes, se me hacía difícil ver la pieza montada con una estética realista, frontal.  Me parecía un reto tremendo indagar en la hiperrealidad escénica combinando ambos criterios estéticos, habiendo dejado atrás el realismo y expresionismo de las tragedias griegas isabelinas y españolas. Todos, desde el mismo autor, estábamos inseguros, como ocurre con un producto escénico novedoso, del enorme riesgo de combinar diferentes técnicas en una pieza de la que una de sus grandes virtudes estaba en su dificultad de recomponer la ruptura de las diferentes situaciones cómicas, dramáticas, y, finalmente, trágica, con la muerte violenta de un personaje.
Me acompañaron un grupo de 14 actrices y dos actores, escogidos por mí, y que en su gran mayoría me habían acompañado en una de la primeras aventuras escénicas hiperrealistas del teatro latinoamericano, y que el profesor Orlando Rodríguez, cree que mundial, con A 2,50 la Cubalibre, y otros con los que no había trabajado nunca, pero de los que conocía sus impresionantes dotes histriónicas. El proceso de homologación tonal, de búsquedas de registros de naturalidad escénica, en lo vocal y lo motriz en un espacio cerrado, que carecía de resonadores adecuados, pero que fueron colocados para el montaje, y de encontrar la intimidad que exige la solidaridad grupal para la toma de conciencia, combinada con espectacularidad que yo veía en la obra, y quería para generar un marco teatral convincente.  Pedí que me permitieran manejar integralmente todos los aspectos artísticos del montaje: La escenografía, la iluminación, el vestuario y el elenco.  Asumí la selección de un nuevo elenco, el diseño de la escenografía,  en la que con la producción de Pepe Domínguez y Carmen Carmona, conseguimos la participación de Vencerámica para la realización de  mi diseño escenográfico, que sirvió de modelo posterior para todos los montajes  que mundialmente se hicieron de la pieza,  y de Tropicana para el vestuario. Trabajé en la iluminación con José Giménez, Joseíto, que en ese momento comenzaba como iluminador de planta en el Ateneo, el montaje fue, según su propia apreciación, su escuela, y la mía, en iluminación teatral. Aun así, con ese equipazo, y todo el apoyo incondicional de Rodolfo, de José, de la Carmona, de la Producción General y permanente supervisión de Carmen Ramia, quien, incluso, prestó dos trajes personales, de la entrega del elenco, y, cabe destacar, de la emoción permanente y febril participación en la promoción de Valentina Quintero, para la época, esposa de Rodolfo, la cosa seguía sin ser fácil del todo. Lo estético estaba resuelto en lo que yo quería, que era crear para una representación de la mujer venezolana un marco en que cupieran todas sus tipologías y sensibilidades. El baño de por sí, ya marcaba un trasfondo ambiental extraordinario, y que nos brindaba un contexto apropiado para la degradación en la que se encontraban las mujeres en ciertos aspectos de sus vidas. Pero faltaba lo más delicado del asunto, lo ético. ¿Cómo tratarlas desde sus aspectos más importantes de afecto, de participación, de desigualdad, de su intrínseca sensibilidad femenina, que siempre supimos como sumamente vulnerable en su imposibilidad de armonizar su condición de madre en el momento en el que la historia la colocaba en la necesidad de competir con los hombres en todas las áreas de su existencia y esencia social? El montaje, por la obra, terminó siendo tema obligado en congresos, foros universitarios, e, incluso, en el Parlamento Nacional. Las primeras lecturas parciales con el elenco, de las muchas, tal es mi costumbre, que siempre hago, resultaron larguísimas, y hasta tediosas. Duraban hasta cinco horas. Luego, comprendidos un poco más los diferentes segmentos, en el orden técnico teatral, porque en el temático, estábamos todos clarísimos, la pieza no dejaba espacios para la duda.  Las lecturas corridas lograron hacerse compactas, articuladas y ligeras, y, aun así, duraban algo más de cuatro horas. Rodolfo me preguntó si yo consideraba prudente cortarla, le dije que no. Pero él pensaba que sí. Le dije, entonces: ¡hazlo! Me pidió que lo hiciera yo. Le dije, ¡Ni una coma! Me pidió que si podía abrirle un entreacto.  ¡Ábrelo tú!, le dije. Me dijo: -Si no lo haces tú, así se queda. Y la pieza, entonces, se quedó tal y como estaba escrita en el libreto, a excepción de dos frases, agregadas que surgieron en los ensayos, nada profundas, pero sí muy graciosas. Teníamos la esperanza de que en el montaje la obra adquiriría un ritmo más fluido, o que dados sus claros contrastes, y constantes clímax y anticlímax, la largura no fuese un obstáculo para el disfrute integral de los espectadores. El último ensayo general sin público duró tres horas, 40 minutos. Luego, hicimos tres ensayos generales con público, que para mi sorpresa y la de todos, fueron a sala llena. El tiempo de duración del montaje se fue recortando hasta tres horas 30 minutos, y ahí se mantuvo. Una espectadora, de confianza, y con respecto al ritmo, me dijo: -Ibra, ¿no está muy chola? Le dije: No, está lenta. Las risas y los aplausos contantes durante todo el espectáculo, lejos de entorpecerlo o relentarlo, lo agilizaron. Hacía falta esta confrontación preliminar para ir al estreno, que resultó, verdaderamente avasallante, como pocos montajes previos en la historia del teatro venezolano. Después, todo fue fácil. El éxito de público, nos sobrecogió a todos, porque, como siempre ocurre, lo deseábamos, porque había mucho en juego, pero no lo esperábamos de la magnitud en el que produjo desde la primera confrontación con los espectadores. La sala se llenaba, - para usar una palabra de Rodolfo- ¡A rabiar!, y una mía, ¡hasta la bandera! Habilitábamos todos los días, de martes a domingo durante meses, aparte de las butacas regulares, los pasillos laterales y centrales de la Anna Julia, proeza que para la época, resultaba imposible, a no ser por los montajes de los Festivales. Caso aparte, y que me gustaría comentar, fue la reacción miserable de algunos críticos, ya felizmente desaparecidos de la actividad, pero, estaban. Aunque muy poca importancia, son también parte de nuestra historia.  
¿Le dio o recibió alguna instrucción para su montaje?
Absolutamente ninguna, más allá de la permanente presencia de Rodolfo en prácticamente todas las lecturas de mesa, en los ensayos de montaje y en las funciones, y su constante observación por cada uno de los hallazgos escénicos que iban surgiendo tanto en lectura como en montaje: “!Coño, hermanito, que vaina tan arrecha!”. El Ateneo de Caracas en pleno depositó en nosotros una confianza absoluta, y más cuando por primera vez se veía la Sala Anna Julia reventada por una masa impresionante de espectadores que acudía a ella por un espectáculo propio, ajeno al Festival Internacional.
¿La dinámica social, especialmente de las relaciones públicas y privadas de las mujeres, han cambiado aspectos conceptuales de la obra, o, dicho de otra manera, está superada la temática de la obra?
Sí, claro. Los paradigmas políticos y los radicales cambios de mentalidad en lo social, han establecido, no solo para ellas, sino para la colectividad en general, diferentes formas de pensamientos y conductas humanas, tanto en lo personal como en lo colectivo. En lo social, especialmente en el ámbito femenino, las mujeres en la actualidad presentan un mayor desenfado en sus relaciones. Es más arbitraria, más desenvuelta, y mucho más decidida. Sin embargo, la masificación que imponen regímenes colectivos de subsistencia, con una educación superior de alto nivel poco especializada y deficiente, las hace más activas en planes políticos y económicos de subsistencia, y poco, o nada, en la estructura industrial y empresarial del país que posee una maquinaria de producción empobrecida. Se les han abierto puertas de participación política con un exceso de manierismos poco femeninos. Esto las ha conducido a un liderazgo igualitario, masificado desde la etiqueta, a partir no de sus condiciones intrínsecas, orgánicas, anímicas, necesarias en un país caracterizado por la carencia paterna y la visión sacrificada de la madre, sino de una manida igualdad, conducente a una descarnada anulación valores individuales. Se hizo una imagen de ella basada en despotismo, y no en su sensibilidad.  
¿Cómo llevaría dicho texto, en estos tiempos, a escena?
Partiendo del hecho de que no la volvería a montar, no. Porque nunca remonto piezas, a excepción de una mía, que, por razones económicas, geográficas y académicas, lo hago con más frecuencia de lo que deseo. En tal caso, la montaría igual, lo cual no tiene sentido. Y esa es la razón por la que no remonto. Una buena pieza teatral es eterna, pero sus montajes son efímeros. Es un reto para sus directores entenderla, primero, en las circunstancias en las que fue escrita, y, luego, en las que se monta. La primera es inalterable, la segunda varía. Es un momento y una energía única. La reposiciones, y sobre todo cuando se pretenden repetir aspectos de conexión con lo social, siempre resultan nefastos. En Venezuela existen, al menos, dos casos en los cuales los remontajes resultaron patéticos.

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GERARDO BLANCO
¿Cómo llegó este texto de Rodolfo Santana a sus manos?
La oportunidad de poder dirigir una obra del maestro Rodolfo Santana en un marco tan importante como era la Compañía Nacional de Teatro, fue un privilegio que me llegó sorpresivamente a través de una invitación que me hiciera el para entonces director de la misma, Héctor Manrique, al que agradezco inmensamente esa oportunidad y todo el respeto con que fui tratado.
¿Cómo abordó su teatralización y bajo qué criterios la llevó a escena?
Baño de damas era una oportunidad de oro de poder transitar a través de la pluma irreverente incisiva y única de Rodolfo Santana, el cual tuve el privilegio de conocer y de esos encuentros durante el montaje recuerdo el día en que me regalo un libro con sus obras más representadas el cual incluía Baño de damas   y me dijo: "te entrego mi texto Gerardo, por favor irrespétame " para aquel momento,  año 2002, era una oportunidad de lujo, además acompañado de un elenco de primera  presentar descarnadamente muchas de las vivencias y realidades del mundo femenino, confesadas en la intimidad de un baño, las cuales a través de un humor excelentemente  presentado, me permitía denunciar  a la sociedad pacata de ese momento ,llena de muchos tabúes, que increíblemente todavía existían en esos inicios de siglo XXI y que lamentablemente aún se mantienen de alguna manera  , busqué en todo momento que la lectura de la obra nos llevara a resaltar el mundo femenino y su realidad más íntima, sin privilegiar la risa fácil, en una puesta en escena muy dinámica, agresiva, abierta y contundente, reto que  plantea el texto y el discurso dramatúrgico  de santana, buscando en todo momento que el actor y el texto fueran el centro y hacer del escenario un espejo.
¿Le dio o recibió alguna instrucción para su montaje?
Si se refiere a Santana, lo comentaba anteriormente, el maestro siempre se manifestó muy respetuoso, agradecido y solo cuando me entregó su texto como en un ritual me dijo "irrespétame Gerardo”. Nunca recibí de nadie ninguna indicación o instrucción, solo apoyo y mucho respeto de parte de la dirección de la Compañía Nacional de Teatro, dirigida para ese enteonces por Héctor Manrique tuvimos una respuesta del público excelente, la sala Ana Julia Rojas en las dos semanas que duró la temporada se agotaron todas las funciones.
¿La dinámica social, especialmente de las relaciones publicas y privadas de las mujeres, han cambiado aspectos conceptuales de la obra, o, dicho de otra manera, está superada la temática de la obra?
Creo que muchas de las cosas que ahí están planteadas ya han salido de las paredes del Baño de damas de Santana y se discuten y aceptan abiertamente, algunas con menor o mayor resistencia social, aunque la mujer ha logrado reclamar y asumir el lugar que le corresponde, enfrentar sin tapujos ni caretas sus problemas y a tomar con determinación su espacio. En relación a la temática de la obra y su vigencia, tendrá mucho que ver en esto la reacción del público al reencontrarse o encontrarse con ella, de toda forma creo que es un excelente texto que nos dejará siempre una visión muy acertada del comportamiento de nuestra sociedad venezolana o latinoamericana.
¿Cómo llevaría dicho texto, en estos tiempos a escena?
Por formación suelo ser muy respetuoso del texto, pero en este caso creo que se podría hacer cambios en algunas expresiones, mas no en la estructura, pero para poder emitir un juicio exacto tendría que hacer el ejercicio de volver a leer y evaluar el texto ubicándolo en el contexto actual, pero en líneas generales le daría el mismo enfoque.
ANIBAL GRUNN
¿Cómo llego ese texto de Rodolfo Santana a sus manos?
Hace muchos años que había leído este texto. De hecho, todo el teatro venezolano que llega a mis manos lo leo con placer. Rodolfo es uno de mis autores favoritos y este texto en particular me gustó siempre. Cuando en septiembre del año pasado me ofrecen la posibilidad de dirigirlo, lo leo pero ya con otros ojos. Los ojos del que quiere ver qué va hacer con ese texto y como sería el montaje. Tuve que luchar con las imágenes que me llegaban de las dos veces que la había visto. No me resultó sencillo.
¿Cómo abordó su teatralización y bajo qué criterios la llevó a escena?
En principio me ocupé del tema estético.  No quería realizar nada hiperrealista como lo propone en autor. Iba obviamente a desarrollar toda la obra en un baño, pero no quería pocetas, ni lavamanos, ni nada de eso. Luego comencé a trabajar con el texto. Me di cuenta que era complicado. Encontré fácilmente las sub tramas y algunas me parecieron verdaderamente un poco antiguas. La obra necesitaba urgentemente una revisión y en esa línea comencé a trabajar. Quería hablar de la mujer, de sus historias, de ese mundo maravilloso, complejo y tan actual. Cuando descubrí el verdadero conflicto, no tuve más dudas, el camino se abrió frente a mí y vi con toda claridad lo que quería decir Rodolfo, a donde apuntaban sus baterías y por supuesto enfile las mías hacia ese objetivo. Desde el primer día que me reuní con el elenco coincidimos y estuvimos muy claros de la dirección que llevaríamos. Es una obra coral, donde todas, como en Fuenteovejuna, se unen para enfrentar su conflicto. Evidentemente no cambian el mundo, ninguna, pero si nos hacen reflexionar. Cumplimos con el objetivo propuesto por el autor. 
¿Recibió alguna instrucción para su montaje?
No. Tuve toda la libertad y mi propuesta fue escuchada con mucha atención y respetada absolutamente. No queríamos hacer solo una comedia, queríamos que el público la pasara bien, pero que a su vez reflexionara, pensara, se sintiera identificado con lo que sucedería en el baño de damas. No solo las mujeres, los hombres también deberían sentir que se les estaba hablando a ellos.
¿La dinámica social, especialmente de las relaciones publicas y privadas de las mujeres, han cambiado aspectos conceptuales de la obra, o, dicho de otra manera, está superada la temática de la obra?
Al contrario, la vigencia es cada día mayor. Rodolfo fue un visionario. Que hablara de la violencia de género, del aborto, del embarazo precoz y de tantos temas vigentes, hace más de treinta años, es algo verdaderamente asombroso. Son muy pocas las cosas que hubo que actualizar.
¿Cómo llevaría dicho texto, en estos tiempos, a escena?
A nivel estético si hay cambios. Conversamos mucho con Héctor Becerra, el escenógrafo y vestuarista. Coincidimos mucho y me enamoré de su propuesta. Creo que el artista es lo más importante en el escenario. Y darle valor a todo lo que dicen esas mujeres, sin necesidad de desnudos, ni de actos de alguna manera Poco estético, fue otro de los objetivos. Realzar lo femenino, valorizar a la mujer, denunciar lo social y señalar las acciones que desde tiempos ancestrales han marcado diferencia entre el hombre y la mujer, ha sido el objetivo fundamental. No es una obra de mujeres, es definitivamente una obra feminista y donde los valores, debilidades, inseguridades, contradicciones y luchas están presentes en el escenario. Creo que el universo profundo de las mujeres, las clases sociales, sus miedos y sus aciertos están representadas en la obra. Están vivas y cuando entran al baño, se sienten seguras, unidas, acompañadas, fuertes.

martes, febrero 27, 2018

La realidad del artista Zerpabzueta


Un conjunto de obras que ofrecen un recorrido por la propuesta creativa del artista venezolano Carlos Zerpabzueta, integran la exposición  A = (RF+FR) x CC, Arte es igual a las partes reales de la fantasía más las partes fantásticas de la realidad por curiosidad creativa, a ser inaugurada el domingo 4 de marzo a las 11 a.m. en la Galería D’Museo del Centro de Arte Los Galpones, donde podrá ser visitada hasta el 1 de abril.


Perteneciente a la generación de creadores que han proporcionado a la abstracción en Venezuela nuevos impulsos y matices en el comportamiento de las estructuras, el uso de avanzadas tecnologías de la imagen y la definición poética del espacio –de acuerdo a la curadora e investigadora de artes visuales, María Luz Cárdenas-, Carlos Zerpabzueta ha desarrollado una metodología propia para el manejo de la informática, gracias a la cual fragmenta y deconstruye libremente las imágenes, textos o los propios códigos que circulan en las redes de comunicación.

Según la curadora, la obra de Zerpabzueta “ofrece una trasformación en la percepción plástica de la imagen que gira libremente entre fragmentos, flota, se desliza, se deshace y se rehace desde lo material a un estado puro de energía inmaterial o una suerte de grado cero de la imagen. Su trabajo se despliega en planos transparentes superpuestos que conforman cajas en vibración y movimiento, donde los fragmentos producen una realidad paralela”.

El artista, por su parte, señala que su trabajo es fragmentar la realidad, desde un programa informático que construye objetos en tercera dimensión. “Comienzo buscando qué información puedo trasladar en un momento dado. Puede ser una foto que tomé en un viaje o una figura humana (…) Lo importante es regular el proceso constructivo, dejar un registro e inclusive anticipar resultados de manera similar a como un músico se imagina que sonará una composición con solo ver su anotación”.

“Todo es posible en ese para-espacio de dimensiones virtuales, tridimensionalidad relativa  y escalas infinitas, de dibujos por vectores o mapa de puntos, de millones de colores producto de combinar numéricamente tres o cuatro básicos, de layers o capas de información que permiten superponer situaciones y controlar interacciones con una precisión quirúrgica”, indica Zerpabzueta.

Para ésta su nueva exposición, presentará un conjunto de obras de varios formatos, tamaños y técnicas, entre las cuales destacan, un cubo que estuvo expuesto en la FIA 2009 (nave de las razas) y otro que por primera vez mostrará en el mundo real, pues por lo complicado de su construcción sólo había podido construirlo y verlo en el mundo virtual del computador.

También se incluye un mural en la entrada del Centro de Arte Los Galpones, que según afirma el artista, se enmarca en una línea de trabajo basada en la información como imagen, con la cual trata de visibilizar mediante la interacción de pixeles tridimensionales que él llama cubos off-on o Qxel, los procesos silenciosos que ocurren en todas las máquinas electrónicas que se usan cotidianamente y que es un “misterio” que siempre me le ha llamado la atención.

A lo largo de su trayectoria artística, Carlos Zerpabzueta se ha desempeñado tanto en el campo de la arquitectura como en el de las artes plásticas. Además de trabajar con su firma de arquitectura (1980-2005), Zerpabzueta colaboró entre 1996 y 2004 con el artista cinético Jesús Soto en el diseño, proyecto y construcción de sus obras en varias ciudades del mundo. A partir de 2004 comienza un proceso personal de búsqueda y experimentación con la construcción virtual de obras asistido por el computador, y desde entonces ha desarrollado un importante cuerpo de trabajo que abarca obras para diferentes espacios urbanos de Venezuela y países como USA, México, España, Italia y Perú, además ha exhibido sus obras en exposiciones y ferias de arte en Venezuela, USA, España, Reino Unido, Francia, Dinamarca, Panamá y Colombia, entre otras latitudes.

Su más reciente muestra,  A = (RF+FR) x CC, Arte es igual a las partes reales de la fantasía más las partes fantásticas de la realidad por curiosidad creativa , se estará exhibiendo del 4 de marzo al 1 de abril, en la Galería D’Museo, ubicada en el Centro de Arte Los Galpones, Avenida Ávila con 8va transversal de Los Chorros, Caracas. El horario es de martes a sábado, de 10 am a 6 pm, y los domingos de 11 am a 4 pm. La entrada es libre






sábado, febrero 24, 2018

El Ávila de Millán se verá en Margarita

El pintor ya trabaja en su muestra para Porlamar.

Se mudó de una quinta que tenía detrás de La Casona, la famosa residencia de los Presidentes de Venezuela, a un apartamento, de cuatro habitaciones, en el piso 19 de un conjunto residencial en El Paraíso. Y ahí en su estudio adelanta la nueva tarea que se ha impuesto: más de 15 oleos, de medianos y grandes formatos sobre la montaña El Ávila o el Waraira Repano, para antes de diciembre, porque tiene una exposición individual en un afanado hotel de Porlamar, en la paradisiaca isla de Margarita, ya que  Pedro Millán es un pintor profesional muy reconocido.
¿Todos esos cuadros suyos ya tienen comprador en estos tiempos de tantas crisis?
Sí, yo todo lo que hago lo coloco o lo vendo. No tengo muchas obras guardadas. Eso te revela que gusta lo que hago. La temática de esa exposicion es El Ávila, esa hermosa montaña al norte de Caracas, ubicada a 10 grados y medio de la línea ecuatorial, como lo leí en una revista digital, un detalle que no sabía sobre esa obra monumental de la naturaleza, que muchos otros pintores han llevado a sus lienzos, y eso explica sus luces y sus sombras.
¿Desde cuándo está pintando?
 Desde los 15 años y ya el 10 de marzo cumpliré 67 años. Confieso, como dice Pablo Neruda, que he vivido y he vivido bien, no me quejo. Nací en la península de Araya y cuando vine a Caracas quede fascinado por sus paisajes y por El Ávila, especialmente.
¿Cuántas exposiciones ha realizado desde los 15 años cuando debutó como pintor?
 No menos de 20 muestras individuales y otras tantas participaciones en eventos colectivos.
¿Cuántos oleos ha culminado y llevado a las galerías?
No llevo esa contabilidad, pero creo que llego a los mil, por lo menos. Mi obra esta esparcida por todo el mundo y ha servido a la gente.
¿Cómo es eso?
Hace años done una serie de obras mías para que unos trabajadores de un diario católico caraqueño pudieran completar sus prestaciones sociales durante una difícil Navidad que les tocó vivir. También he donado cuadros para beneficiar a hospitales y casas de salud. Hay coleccionistas privados que me han comprado varias series de piezas sobre El Ávila, les gusta como lo represento. Y yo estoy feliz porque mi arte se difunde. No soy millonario porque lo ganado lo he repartido entre mi gente, entre mi familia. Trabajo día a día.
¿Cuáles son los precios de sus obras?
 Una obra de arte no tiene precio pero para el mercado del arte una obra mía esta ya supera los mil dólares, ya que los materiales para su elaboración son totalmente importados. Tengo técnicamente asegurada mi muestra para la isla de Margarita, te lo aseguro. No le puesto un precio global a esa muestra, porque será de acuerdo con la gente que me lleva.
¿A qué hora pinta?
 En la mañana, por la luz que cae sobre El Ávila. Pinto durante varias horas seguidas y a lo largo de una semana, que es lo que consumo generalmente para una obra mediana.
¿Proyectos?
Por ahora la exposición en Margarita me tiene atrapado. Me acompañan en mi soledad todos los buenos recuerdos. Pero después de esto me daré un viajecito.
Hijo de Felipe y Mercedes
Nació en la Península de Araya, un pueblo salinero y de pescadores, hijo del poeta Felipe Santiago Ordáz y Melquiades Millán, madre de alta sensibilidad social. A los 15 años comienza su carrera de pintor, al principio autodidácta. Más tarde se hace bachiller y decide cursar tres años de Arte Puro en la Escuela de Artes Cristóbal Rojas de Caracas y cinco años en la Escuela de Arte de la Universidad Central de Venezuela, donde inicia su tesis de grado sobre “El Retrato en Venezuela en los años 1950 – 1960”, la cual retira por falta de tutoría. Actualmente el pintor sigue trabajando sobre la reflexión humana, la sensibilidad y la elevación de ésta hacia algo desconocido que depende de la subjetividad del pintor y del receptor que interpreta los elementos con los que el artista se expresa. Ha utilizado oleos, carboncillos, pasteles, tintas chinas, acuarelas, sanguinas y materiales mixtos en sus creaciones, que han ido evolucionando de una tendencia ingenua hacia la figuración. Los gestos y las imágenes pintadas por Pedro Millán se desplazan en el plano con gran fuerza cromática.




miércoles, febrero 21, 2018

La Compañia Nacional de Teatro para el 2018

La CNT tiene en su repertorio al sainete "El rompimiento" de Rafael Guinand.

La apetitosa y novedosa temporada 2018 de la Compañía Nacional de Teatro (CNT) ha comenzado con la reposición de su espectáculo El rompimiento, el cual se estrenó a finales del año pasado, en el teatro Nacional de Caracas, y ahora se exhibió bajo la dirección de Luis Domingo González y con la participación de los actores Aura Rivas, Citlalli Godoy, Andy Pérez, Randimar Guevara, Nitay de la Cruz y Juan Manuel Pérez, pertenecientes al elenco estable de la CNT. 
AGUDA SÁTIRA SOCIAL
Hay que recordar que en El rompimiento, estrenado en el teatro Nacional de Caracas el 05 de enero de 1917, se muestra la doble moral expuesta a través del personaje caricaturesco Esparragosa, que es la excusa para representar las costumbres éticas y morales imperantes en la primera década del siglo XX en la capital. Detrás de este sainete se oculta una sátira aguda sobre el tipo de vida que hacían las madres y las niñas casaderas, el lleva y trae de los vecinos, el jovenzuelo que enamoraba a unas cuantas mujeres y a pesar de todo queda airoso de sus enredos. La pieza de desenvuelve en la sala de una casa de familia de clase media baja, en la parroquia San José del año de 1912. El vestuario de los personajes va con la época. En el curso de la acción, en el seno de la familia Mota, se muestra la trampa de que es objeto Tomasita, sobrina de Ramona e Hilario, por parte de Narciso Esparragosa. Éste le hace creer a la joven que se casará con ella después de dos años de noviazgo, para así evitar los comentarios de la vecindad. Esparragosa es descubierto, por su doble juego amoroso cuando Catalina Mijares, amiga de Ramona, llega a la casa de ésta y en medio de la conversación queda en claro la situación que dicho individuo vive en las dos familias, además de estar engañando también a la hermana de Braulio, quien trabaja en la casa de los Mota. Quien asa dos conejos corre el riesgo de que uno se le queme, dice la moraleja popular, la cual sigue vigente.
TEATRALIDAD VENEZOLANA
La CNT -fundada y puesta en marcha por el dramaturgo Isaac Chocrón y el Ejecutivo Nacional el 22 de mayo de 1984 y que actualmente es comandada por el director Carlos Arroyo y está adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura- hizo este montaje de El rompimiento como homenaje oportuno al escritor y artista Rafael Guinand (Caracas,1881/1957) y es parte de todo un proyecto teórico-.práctico  en pos de “una teatralidad  venezolana”, que busca transformar definitivamente a la Compañía Nacional de Teatro en referencia del arte escénico venezolano y latinoamericano dentro y fuera del territorio nacional, a partir de “una construcción filosófica, ideológica, estética y práctica a fin de establecer un lenguaje discursivo conductor de los montajes teatrales de la CNT”, tal como lo expresa un material teórico que cayó en nuestras manos, el cual, como es obvio, avanza en proceso  de revisión y corrección definitivos, ante de hacerlo oficial.
La CNT, según ese documento, promoverá una línea de investigación para establecer un marco conceptual de lo que sus directivos entienden como “teatralidad venezolana” o “venezolanidad teatral”, para lo cual llevará a escena piezas venezolanas, latinoamericanas y del resto del mundo, contemporáneas o clásicas con un lenguaje propio, identificable y con un impacto estético, técnico y conceptual que sea característico de la CNT.
Con el objetivo de impulsar “los  procesos de creación y circulación que tributen a favor de la identidad nacional, desarrollando espacios de encuentro entre los ciudadanos con la realidad social, histórica, política, económica y cultural en la búsqueda de nuevas formas de vernos, entendernos, relacionarnos, expresarnos, comunicarnos y organizarnos bajo la premisa para asegurar la mayor suma de felicidad posible”, se plantea la conversión de la Compañía Nacional de Teatro (actualmente es una asociación civil sin ánimo de lucro) en el Centro Nacional de Teatro, manteniendo dentro de su estructura las producciones propias con el elenco artístico estable.
Con este proyecto se tiene como directriz estimular, acompañar y promover nuevas formas e iniciativas de organización que fomenten procesos sostenibles y sinergias entre los diferentes actores sociales del sector teatral con los procesos productivos  de cada región del país para fortalecer la creación, investigación, formación, producción, circulación de bienes culturales. Pretende desarrollar, innovar y transformar las relaciones de producción en los procesos de creación y gestión de las artes escénicas, que resalten valores y promuevan la identidad nacional.
IDENTIDAD Y EXPANSION NACIONAL
La CNT tiene entre sus objetivos fortalecer la identidad nacional, a través del desarrollo de espacios para la creación, circulación, formación e investigación en las artes escénicas nacionales. Acompañar los procesos, modos y formas productivas de la economía cultural de las artes escénicas en el territorio nacional. Estimular los procesos de investigación dirigidos a potenciar la construcción y participación comunitaria, sus prácticas culturales y sus valores dentro del patrimonio nacional.
La CNT o el Centro Nacional de Teatro buscará “la expansión nacional”, con la conformación de un elenco artístico regional profesional, a través de Núcleos Regionales en los 23 estados, seleccionando al personal artístico a partir de convocatorias abiertas para la realización de audiciones con pruebas de actuación, vocal y corporal donde los participantes serán agrupados en categorías a partir de su trayectoria escénica.
Entre sus objetivos está la construcción de un repertorio teatral amplio, dinámico, plural y con alto nivel de calidad artística y técnica que refleje las formas de ser y hacer del venezolano y latinoamericano para representar al país en cualquier instancia. Para lo cual desarrollarán proyectos teatrales de excelencia para fortalecer la identidad cultural; buscando así   fortalecer la estructura de la acción teatral como forma de organización, producción y construcción de un lenguaje estético. Y promover el movimiento continuo de las transformaciones artísticas que hacen eficaz la relación teatro-sociedad
PRODUCCIÓN DE OBRAS DE TEATRO
Para el año 2018, la CNT propiciará el intercambio de saberes en función de la identidad nacional y para eso ha programado seis estrenos: Baño de Damas de Rodolfo Santana, bajo la dirección de Aníbal Grunn. Develario, escrito y dirigido por Rodolfo Porras. Oscuro, de noche de Pablo García Gámez (Premio Apacuana 2017), dirección Jesús Carreño. La ópera Do Malandro de Chico Buarte, dirección Miguel Isa. Limones en el cielo, escrito y dirigido por Luis Vicente González. Merc Donald’s de Jorge Cogollo, bajo la dirección de Elio Palencia.Además se contarán sendas coproducciones con los Núcleos Regionales pilotos de los estados Miranda, Portuguesa y Sucre.
La CNT mantendrá en repertorio sus producciones teatrales: Zamora… por aquí pasó de Aníbal Grunn, bajo la dirección de Carlos Arroyo. ¿Dónde está enterrado Colón?, escrito y dirigido por Cesar Rojas. El Rompimiento de Rafael Guinand, en las versiones escénicas de Luis Domingo González, Livia Méndez y de Arturo Santoyo. Además de los montajes Peludas en el cielo de Gustavo Ott (Premio Apacuana 2015), bajo la dirección de Carlos Arroyo. Hotel Kafka, versión libre y dirección de Marisol Martínez y Reverón/Pintor de Luz, dramaturgia de Marisol Martínez/Gabriel Agüero, bajo la dirección de Marisol Martínez
CAPACITACIÓN Y FORMACIÓN
La CNT ha planificado, como es natural, el desarrollo de espacios de formación especializada y formador de formadores en las artes escénicas para impulsar y mejorar los procesos de creación y producción. Y tiene previsto realizar 48 talleres a nivel nacional en las áreas de teatro. Suscribirá convenios de cooperación cultural dirigidos a desarrollo de iniciativas socio productivas tales como: infraestructuras culturales, festivales y acciones de formación.

Contra el machismo en un baño de damas

La temporada 2018 de la CNT arranca con "Baño de damas"

El pasado jueves 5 de febrero, a las 10 AM comenzó el proceso de montaje de la comedia dramática Baño de damas, original de Rodolfo Santana, bajo la autoría escénica de Aníbal Grunn, y  se deberá estrenar el viernes 23 de marzo, en el teatro Alberto de Paz y Mateos, a las 5 PM. Se trata de una producción de la Compañía Nacional de Teatro, ahora bajo la dirección general de Carlos Arroyo, que inaugura la temporada del 2018, para la cual han sido proyectados o programados 18 montajes, entre estrenos, reposiciones y coproducciones.
El versionista y director Grunn, reunido con el elenco de 11 actrices y dos actores, pertenecientes al staff oficial de la CNT, en la salita Jose Gabriel Núñez del Teatro Alberto de Paz y Mateos, advirtió que hace teatro desde hace unos 50 años y lo hace “por amor y nada más que por amor”, porque es la única pasión vital que lo impulsa a trabajar por la cultura venezolana.
Grunn le pidió a su elenco mucha disciplina y utilizar una metodología para el abordamiento de los personajes, ya que esta pieza está destinada a meterle un lanzazo al machismo rampante, ese que desde hace siglo acorrala a las mujeres y suscita así muchos problemas sociales y psicológicos. Es un espectáculo contra machismo, precisamente en estos tiempos cuando hay una conmoción mundial por los abusos de un productor de cine de Hollywood contra las actrices.
FAMOSA OBRA
¿Por qué las mujeres pasan mucho tiempo en el baño? Baño de damas tiene la respuesta. Es una de las obras más famosas de Rodolfo Santana que se originó en Caracas y la cual transcurre en el baño de mujeres de un bar o discoteca. La trama se inspiró en una grabación de audio de un incidente real, donde los temas de la conversación de las mujeres fueron sus condiciones médicas, sus trabajos, las hijas de las mujeres, las políticas, y sus esposos. También, en ese baño hay un hombre transvestido que imita a una celebridad muy famosa porque la imitación es una parte de su espectáculo.
Grunn ha logrado una pulcra versión del texto original de Santana, que el director Ibrahim Guerra estrenó en la sala Anna Julia Rojas, el 6 de noviembre de 1987. 
El director y versionista no suelta prenda sobre el tratamiento que le ha dado al texto de Santana, porque lo ira puliendo a medida que avancen los ensayos. Es muy respetuoso de las líneas de tan importante escritor, pero debe resolver algunos “detalles provocados por la temporalidad”, precisamente porque la pieza se escribió en los años 80. Pero es el texto tal cual, tras de podarle algunas líneas y preservar así la esencia de la pieza: una oda a las mujeres y sus complejas vicisitudes en una sociedad que las lacera que las persigue, pero que la necesita, asegura,
Con respecto al elenco de este Baño de damas del 2018, Grunn reconoce que tiene excelentes actrices, como Aura Rivas, Francis Rueda y Maria Brito, pero ahora vienen las lecturas y las revisiones en mesa, para pasar al montaje propiamente dicho, que tendrá una escenografía minimalista, creada por Hector Becerra. Y hace hincapié en que la esencia del espectáculo parte de la pregunta: ¿cuántas mujeres han pedido a su amiga que la acompañe al baño en una fiesta o en cualquier lugar público?
Si los caraqueños desean saber las respuestas y las nuevas preguntas que aflorara en este montaje de Baño de damas, comedia original que se ha presentado en muchas ciudades americanas y llevada al cine por el peruano Michel Katz, hacia el año 2003. Ahí se plasman los incidentes que ocurren en la pista de baile y en el baño de damas de una discoteca tropical de moda, los cuales cambiarán la vida de un diputado machista, una esposa ingenua y sojuzgada, una pareja de lesbianas no muy fieles, donde además hay un travestí que sueña con cambiar de sexo y una profesora de colegio atildada que pierde los papeles por las bebidas alcohólicas.
El argumento se desarrolla en el baño de una discoteca, ese espacio íntimo y enigmático que resulta tan atractivo para aquellas mujeres que desean compartir sus experiencias, expresan sus alegrías, tristezas, anhelos, frustraciones y hasta se aventuran a intercambiar sus parejas. Entre las subtramas sobresale la historia de Carmen Antonia, la encargada de limpieza del susodicho baño, quien mientras ejerce su labor recibe una noticia que le cambiará la vida. Otra se centra en Aurora, una damisela abandonada que ahoga sus penas en el alcohol ante la disyuntiva de si debe tener o no al hijo que espera.
En este baño pueden ocurrir las situaciones más insólitas, como la performance de La Gaviota, un mesonero capaz de imitar a Madonna con inodoros como telón de fondo, pero también está una actriz de telenovelas que, para decepción de sus fanáticas, habla horrores de los personajes que las han hecho soñar. En un momento de la rocambolesca trama, una de las parroquianas sorprenderá a su hija consumiendo cocaína con sus amigas.
Baño de damas profundiza en muchísimos aspectos de la conducta femenina, sin abandonar el tono de comedia. A través de situaciones cotidianas, descubriremos cómo las mujeres se sienten liberadas y protegidas en este sitio tan especial.
HOMENAJE
El dramaturgo venezolano Rodolfo Santana fue Premio Nacional de Teatro 1970. Su obra literaria incluye no menos de una docena de guiones de cine y 100 textos para la escena. Entre los títulos más conocidos sobresalen Barbarroja, El sitioTarántula y La empresa perdona un momento de locura, llevada al cine por Mauricio Wallerstein. Este montaje de Baño de damas en la temporada 2018 es un homenaje al autor caraqueño, muerto el 21 de octubre de 2012 en Guarenas, tras haber nacido el 25 de octubre de 1944.
Y por una paradoja del destino, para llamarlo de alguna manera, será la segunda pieza de este dramaturgo que monta la CNT. La primera fue durante en la temporada de 1991 y se trató de Encuentro en el parque peligroso, con Orlando Urdaneta y Elba Escobar. Se mostró en el teatro Las Palmas, dirigida por Ricardo Lombardi y con escenografía de Max Pedemonte. Y la segunda ahora es precisamente, Baño de damas, que el 27 de noviembre de 2002 se exhibió en la sala Anna Julia Rojas, bajo la dirección de Gerardo Blanco, y con la participación de Caridad Canelón, pero solamente se hicieron cinco funciones porque se suspendió la temporada como consecuencia de un delicado accidente de la protagonista. Era una coproducción de la CNT y el grupo Cobre del mismo Santana. Para ese entonces la institución del Estado la dirigía Hector Manrique.
ELENCO 2018
Los personajes y sus actores de este versión escénica para la temporada 2018 son: Carmen Antonia: Aura Rivas. Rolando: Jean Manuel Pérez. Valeria: Citlaly Godoy. Nora: Dora Farías. Amanda: Livia Méndez. Dilka: Marcela Lunar. Marinés: Marxlenin Cipriani. Aurora: Francis Rueda. Viviana: Kala Fuenmayor. Cloe: Verónica Arellano. Fabiana María. Flor:  Randymar Guevara. Diputado: Gustavo Meléndez.
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miércoles, febrero 14, 2018

El atómico Ott

En una venta de píñatas los  átomos son teatrales

Nadie puede negar, salvo que sea un mezquino, que el periodista Gustavo Ott (Caracas, 1963) es un triunfador con todas sus letras en las lides teatrales. Lleva una década viviendo y trabajando en Estados Unidos, donde es docente en Washington, además de haberse convertido en “la quinta rueda” del Teatro Gala, destacada agrupación hispana de la capital estadounidense. Y en medio de ese exilio voluntario- felizmente casado y padre de una jovencita- ha proseguido escribiendo sus originales piezas y viéndolas casi todas en la escena, bien sea en el Teatro General San Martin de Caracas (sede de su grupo Textoteatro) o en otra salas, dentro y fuera de Venezuela. Es, pues, dramaturgo exitoso sin lugar a dudas, que tiene una bonita colección de premios por sus aciertos, además de los dólares ganados en justas competencias. Un migrante voluntario que tiene todavía mucho que dar a las letras hispanoparlante, porque además es novelista.
REPOSICIÓN
Advertimos esto porque ahora hemos visto la reposición de su obra A un átomo de distancia (2011), estrenada en el Teatro General San Martín durante la temporada 2016, según la puesta en escena que fraguó Rubén León. Este director ha subrayado que con el remontaje 2018, donde participan Maria Brito, David Villegas y Margareth Paola Aliendres, que es como “un thriller dentro de un túnel envolvente”, se pretende hacer que los espectadores entren en una especie de déjà vu con tensión, en un instante y con un protagonismo del que no puedan evadirse; cada quien tendrá que formularse respuestas y preguntas, buscar verdades pero también mentiras. “Me recuerda mucho ese efecto del arte ingenuo que, de fondo y sin mostrarlo, guarda algo devastador. Y en la mirada atenta, sostenida, aparece el macabro. Un macabro hermoso y latinoamericano que contamina todo el espectáculo”.
 A un átomo de distancia no es más la saga de la desaparición de Alina, una niña de seis años, lo cual desencadena una trama policial envuelta en memorias simultáneas y mundos paralelos que, junto con el tema del abuso, el maltrato y el crimen, convierten a todos en sospechosos y en culpables, aunque no lo sean. La pieza, que transcurre en una piñatería, a lo largo de cinco actos o cuadros, durante tres días de ficción teatral, permite que sus tres personajes (Luis, Teresa y Valentina)  muestren las bondades y sus miserias típicas de un típico mundillo tercermundista, quienes en sus diletantes charlas cotidianas, como ha dicho Ott, “abordan uno de los temas más inquietantes de la ciencia y la artes actuales: la naturaleza de la 'realidad', que ya no nos parece tan segura, ni estable, ni confiable como pensábamos".
Es una pieza donde se coquetea con los mundos paralelos, un tema muy frecuente entre los aficionados a la ciencia cuántica y eso puede crear una cierta confusión entre la audiencia, pero cuando lo atrape ansiará su desenlace, ya que se trata de la desaparición de una niña.  
 Hay que puntualizar que A un átomo de distancia ganó el VIII Premio de Textos Teatrales FATEX 2012, de Mérida, España. Fue editada por el Gobierno de Extremadura, la Diputación de Cáceres, y FATEX, con prólogo de Miguel Murillo Gómez y presentada en el Teatro López de Ayala de Badajoz, donde su autor recibió el VIII Premio, dotado con 4.000 euros (5.232 dólares), el 24 de octubre del 2012.
VALIOSA GENERACION
 Ott ha dicho que “todos los que escribimos hoy hablamos sobre la belleza, y en esa belleza entran nuestras percepciones no solo sobre el país sino además sobre la justicia, la libertad y el odio”, y reiteró que el teatro criollo y especialmente su dramaturgia gozan actualmente de grandes talentos, por lo que merece reconocimiento y apoyo de toda la sociedad venezolana.
Para la publicación TalCual, Ott comentó que él y otros intelectuales son   testigos de la más extraordinaria y numerosa generación de jóvenes artistas que haya tenido el teatro venezolano en toda su historia. “Abarcan todos los ámbitos, especialmente la actuación y dirección, pero también la dramaturgia, que de todos modos va de la mano con la madurez. Pero ahí están y ni siquiera es posible nombrar algunos porque son muchos. Son la dinamo del teatro venezolano y consecuencia de una escuela venezolana con maestros de primerísima línea que si estuvieran en otro país tendrían monumentos de gratitud. Estos chicos han nacido de la crisis y se expresan con rigurosidad y técnica. Yo estoy maravillado como cuando miro por el telescopio. De pronto, te das cuenta de que son más de lo que pensabas o estabas preparado a admitir. Las estrellas, claro. Y ellos también. Esa generación es superior a la mía y debemos hacer todo lo posible para ayudarla y reconocerla”.
Y para silenciar rumores malintencionados enfatiza que una obra que se estrene en Venezuela y que hable sobre el Himalaya es, fundamentalmente, una pieza nacional. “Habla sobre el país. Su metáfora está atada a su creador, su época, su vida. Además, los espectadores, a través de las redes, también son participes de su tiempo y país y están muy entrenados e informados. Viven a diario el discurso nacional, político, dan sus opiniones, no necesitan que un escritor se las repita sobre un escenario. Pero no hay que olvidar que todos los que escribimos hoy hablamos sobre la belleza, y en esa belleza entran nuestras percepciones no solo sobre el país sino además sobre la justicia, la libertad, el odio: los grandes temas universales que son también locales y mucho. Siempre en tu época más que en cualquier otra”.
EL MONTAJE
El espectáculo, que es llevadero en sus 90 minutos, no deja oportunidades para distraerse o aburrirse porque atrapa a la audiencia de principio a fin, gracias a la simplicidad de su puesta en escena y a la veracidad de sus actores con sus impactantes personajes. La clave de un buen espectáculo teatral es que el cuento este bien echado, tal como ha sido practicado desde los antiguos griegos hasta los tiempos presentes. Su trama, con la patética desaparición de una niña, y la extraña actitud de un personaje, atrapa a la audiencia, que sale beneficiada por la habilidad actoral de los comediantes ahí involucrados. No hay tiempo para distraerse, a pesar de que el espacio escénico sufre cambios o alteraciones ante la vista del público.
De Maria (Teresa) y David (Luis) no hay nada nuevo que decir, salvo que ya son auténticos veteranos con los personajes que les ha escrito Ott, pero quien que si nos sorprendió fue Margareth Paola (Valentina), a quien nunca habíamos visto en las tablas; es todo un prospecto de primera actriz.
La pieza tiene su moraleja y es que este mundo repleto de dudas o de ambivalencias no hay inocentes, todos están para ser examinados porque un asesino brota en cualquier instante, todos están bajo investigación.