jueves, marzo 08, 2018

I.D.I.O.T.A no es para idiotas

La destacada pareja actoral:Basilio Álvarez y Sonia Villamizar

 I.D.I.O.T.A es una extraña pieza española centrada en la aplicación de una investigación sociológica sobre las manipulaciones posibles de las conductas humanas, la cual hace una muy concurrida temporada en el Teatro Trasnocho Cultural con los reputados comediantes Basilio Álvarez y Sonia Villamizar, dirigidos por Daniel Dannery. Es un espectáculo que se exhibe en el circuito del teatro mal llamado “comercial”, cuando también podría mostrarse en el ámbito del también pesimamente calificado “teatro de arte” por los caraqueños que están curados de espantos y además disfrutan con las innovaciones, después de haber digerido los nueve festivales internacionales de Carlos Giménez y los demás eventos organizados por el sector privado y los multisápidos gobiernos de los últimos 40 años.
Este texto, estrenado durante la temporada madrileña de 2015 por su autor Jordi Casanovas (Barcelona, 1978), según la crítica hispana es una reflexión en clave de comedia negra sobre sobre la capacidad de resistencia de los seres humanos medianamente educados, que también oscila entre  las opciones morales, la avaricia y las estrategias del poder político, haciéndole guiños muy reconocibles a la  actualidad sociopolítica española de los últimos cinco años, y la cual al ser exhibida en Caracas, por el director-versionista, toca de refilón a la nada fácil actual situación política-económica venezolana, con lo cual se consiguen unos estruendosos aplausos del compenetrado público, el que se preguntara después si es cierto que ¿todo hombre tiene un precio?  o que ¿sencillo es manipular a alguien? o ¿hasta dónde un individuo es capaz de soportar una extorsión?
En resumen, este I.D.I.O.T.A es una especie de thriller social-psicológico, donde abundan trampas cultas y rebuscadas con los convencionales conceptos morales, una tendencia que ya había sido advertida, hacia 1949, por el británico George Orwell en su legendaria novela 1984 y por el venezolano Rodolfo Santana en su melodrama La empresa perdona un  momento de locura (1974) -considerada con justicia como su mejor pieza-, donde los seres humanos son usados como conejillos de indias para los controles sociales que terminan comprando  y masificando las conciencias  humanas, como ya lo había advertido Napoleón Bonaparte, durante su prisión-exilio en la isla de Santa Elena, al considerar que todo hombre o ser humano tiene un precio y  lo único importante es saber cuál es esa tarifa o el método más eficaz para dominarlo y pensar por él.
I.D.IO.T.A, que no es precisamente un teatro de 90 minutos sobre un supuesto personaje idiota (un ser humano con un estado de retraso mental grave), presenta a un desesperado Carlos Varela, propietario o administrador de un karaoke en el caraqueño sector de La Candelaria, que acude a un encuentro  con la psicóloga Edel de un instituto de investigaciones psicosociológicas, para someterse a pruebas o test psicológicos, los cuales, al ser superadas, le permitirán recibir una cuantiosa suma  de euros o bolívares en este caso. ¿El mono baila según la música que le toquen?
Este I.D.I.O.T.A es una situación teatral absurda de principio a fin, pero factible de que esté sucediendo, haya sucedido o sea posible de suceder, donde la explotación del hombre por el hombre llega a niveles que pueden parecer de ficción pero que son cruelmente reales, ya en la historia universal hay ejemplos o modelos que no los recordamos aquí para no herir sensibilidades.
Más allá que I.D.I.O.T.A atrape a la audiencia por el enredo de su trama, factible y posible por la amoralidad de los empleados y dueños del instituto de marras, es un excelente ejercicio de actuación por parte de Basilio Álvarez, y una composición convincente de Sonia Villamizar. Ellos hacen soportable aquel esperpento de obra, que aterra porque advierte lo que nos puede venir, sino no es que ya se está aplicando una cosa así, para hacernos un poco los ingenuos en estos tiempos.
Para decirlo en simples palabras del  mismo Basilio Álvarez, el secreto de I.D.I.O.T.A. es que comienza como una comedia muy divertida, casi circense, que poco a poco y sin abandonar la ironía y el sarcasmo, se va convirtiendo en un juego lleno de trampas, una vuelta de tuerca que la lleva a transformarse en un “thriller” que conduce al espectador, a través de su protagonista Carlos Valera, a tratar de resolver una cantidad de acertijos para poder salvar la vida de sus seres más queridos y la propia.  Y como el teatro no es solo para pensar, sino que se inventó hace más de cuatro mil años para divertirse, aunque sea con nuestras propias desgracias, verla es lo adecuado para detectar situaciones similares y tomar precauciones o tragar una aspirina para el malestar que genera siempre una revelación o el miedo de que se materialice lo indeseado. El hombre está solo y siempre vive y avanza acosado por los malos entendidos, como lo enseña Albert Camus.

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