miércoles, julio 25, 2018

La producción teatral

Nuevo productores para el teatro venezolano.

La creación y la producción de teatro en Venezuela no han tenido jamás una delimitación específica. La escasa profesionalización de nuestra actividad teatral ha confundido funciones, superpuesto áreas de acción y, cabe decirlo, disminuido el valor de una en dependencia de otra.
Así pensaba, y con mucha razón y experiencia propia, el director Carlos Giménez, hace ya largos 25 años, tal como lo escribió en su artículo “El director, creación y producción” (1). Decía que la producción teatral en Venezuela ha estado sujeta a un proceso compulsivo, cualitativamente inestable, desprovisto en general de planificación, con evidente ausencia de objetivos que cubran integralmente este espacio fundamental del hecho artístico.
Y preguntaba: ¿Cuál es la función de un productor en Venezuela? ¿Existe alguna definición sobre su campo de acción? ¿Específicamente en el teatro el productor qué es? ¿Un mecenas que pone dinero? ¿Un profesional que busca el dinero? ¿Un auxiliar del director, sin derecho a voz ni voto en el proceso creativo?  ¿Un utiliti que lo mismo consigue un descuento en telas, zapatos gratis, local para ensayar?  ¿Cómo gestiona y gerencia los pocos recursos asignados al proyecto? ¿Existe una clara definición al respecto? ¿Existe la profesión de productor en la escena venezolana?  ¿Qué se intenta delimitar cuando se dice, por ejemplo, productor artístico, productor ejecutivo, jefe de producción, o productor general? Trataremos de encontrar algunas respuestas a estos interrogantes, o, por lo menos, hacer un diagnóstico tentativo de tal situación que vive el sector. No hubo, por supuesto, respuesta alguna para Giménez por parte de sus contemporáneos y rivales. No les interesa teorizar sino “producir”, como fuera, sus montajes a cualquier costo, precisamente cuando muchos de sus recursos provenían de un Estado benefactor.
Y reiteraba que existen en un orden que podemos llamar “universal” en el mundo del espectáculo, más allá de las limitaciones y/o imposiciones de la realidad venezolana, dos tipos de productores que inciden en el campo de la creación, desarrollo y difusión del hecho artístico: el vendedor de espectaculos y el promotor de la creación artística.
Y puntualizaba que “el vendedor” tiene como objetivo esencial “el negocio del espectáculo”. Legitima actividad comercial y por ende orienta sus esfuerzos a la presentación y difusión del trabajo del artista, sin establecer compromisos esenciales o parciales con el artista y/o su obra. Mientras que “el promotor” es un hombre o mujer del sector, íntimamente ligado al conocimiento del hecho creador, un creador en sí mismo, que se une con lazos sensibles e intereses profundos a la causa del artista.
Al paso de los años, la unica respuesta teórica, a tan importantes interrogantes sobre la creación y la producción  del teatro, proviene de una reflexión publica propiciada por el teatrero integral Luis Bernal, quien, durante tres semanas del mes de julio de 2018, en el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, realizó, gratuitamente y para dieciséis interesados, su Taller Montaje/ Producción de espectaculos teatrales o Como producir un espectáculo sin dinero y no morir en el intento, el  cual contó con el apoyo y respaldo de Carmen Jiménez. Y nosotros estuvimos allí para aprehender esos conocimientos al lado de Valery Pérez, Glorybert Entrena, Oriana Reyes, Mayerling Rodríguez, Kenyer Gudiño, Keily Sionney Lozano, Hernán Rubín, Rosi  Valera, José Ángel Parra, Abraham García, Misael Carpio, Gladys Specier, Angélica Rinaldi, Nefertiti  Ruz y  Javier Messia.
IGUAL QUE ANTES
 Todo lo que Gimenez apuntó en su artículo sigue vigente y lo pudimos comprobar a medida que Luis Bernal, quien no conocía esas formulaciones del texto que hemos citado, dictaba sus amenas charlas, las cuales tuvieron aderezadas con las participaciones en vivo de reconocidos productores como Jorgita Rodríguez, fundadora y directora de Vayaalteatro y Talento Femenino, con más de 25 años en la producción Teatral. Angélica Escalona, productora y fundadora del grupo Theja y con más de 30 años de experiencia. María Brito, gerente del Teatro San Martin, primera actriz e integrante de la Compañía Nacional de Teatro y más de 40 años de experiencia en el medio artístico También estuvieron presentes: Erika García, abogado especialista en Propiedad Intelectual y Derecho de Autor, en representación de  Sacven de Venezuela. Williams Castellano, especialista en Redes Sociales y Armando Zullo con más de 30 años de experiencia como realizador y escenógrafo en el Teatro “Teresa Carreño”. BALANCE TEÓRICO
De lo oído y conversado con Luis Bernal y los talleristas, además de los planteamientos de Carlos Gimenez, nos quedan, como una especie de avío para el camino del productor en Venezuela, estos conceptos:
A) La producción es una plataforma sobre la cual se construye y desarrolla una concepción artística, lo cual implica una serie de compromisos éticos, a saber: comprensión intelectual del productor hacia el proyecto artístico, así como una total integración al mismo y la solidaridad crítica.
B) El productor debe ser, como lo repetía Giménez todo el tiempo, el alter ego del artista con quien trabaja. Debe ser el puente el puente con la realidad, ya que el productor debe ser un generador de proyectos. El productor debe manejar áreas específicas, delegar responsabilidades y generar una autonomía laboral, pero conservando el control general del proyecto a través de una comunicación horizontal entre sus más cercanos auxiliares.
C) Hay tres tipos de productores: el ejecutivo, el artístico y el promotor. El productor ejecutivo administra, planifica, ejecuta el proyecto a nivel gerencial y por ende controla las áreas de diseño y ejecución. El productor artístico ejecuta el diseño artístico del proyecto, es el puente entre el creador y los realizadores, mientras que el productor promotor es el que crea la imagen publica del proyecto y la difunde, es una especie de comunicador.
Para Luis Bernal esta fue una   experiencia inolvidable que “me llenó de mucha satisfacción no sólo por haber alcanzado los objetivos pautados, sino que surgieron de dicho taller: cinco proyectos teatrales donde cada productor pondrá a prueba los conocimientos y herramientas adquiridas, contando con el apoyo y tutoría de mi parte como Productor General. Dichos proyectos pretendemos estrénalos en el transcurso de lo que resta del año 2018”..
Finalmente en memoria de Gimenez, recordamos que un romanticismo maniqueo obnubiló durante muchísimo tiempo el desarrollo del sector artístico por intermedio de unas reglas dogmáticas que hacían del creador un elemento marginal en el desarrollo social. Y así reiteramos ahora: la producción es, dada la variedad de formas y sistemas de comunicación social, un trabajo en equipo, con delegación específica de responsabilidades, donde la promoción y creación de imagen es un elemento fundamental en la concepción, elaboración, desarrollo y ejecución de un proyecto.
1.  E.A.Moreno-Uribe, Carlos Giménez, Tiempo y espacio. Hermanos Vadell Editores, Caracas, 1994.

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