domingo, diciembre 01, 2019

La poesía es uno de los principales valores que tiene Venezuela

El "tocayo" Edgar Borges disfruta del éxito profesional.
¿Cuál es el balance profesional sobre su ya largo periplo en Europa? Le preguntamos al escritor venezolano Edgar Borges radicado desde hace varios años en España, donde ha tenido notable y contable éxito con sus textos.
Gracias, pues, a la Internet, “mi tocayo”, como nos tratamos coloquialmente, dijo:
-Ha sido intenso, principalmente en España e Italia; representa una etapa importante que valoro en muchos sentidos y que agradezco a muchas personas que han confiado en mi obra. 
¿Qué ha pasado con su libro de ficción donde alude al Nobel de Literatura 2019?
-La novela, mi obra pues, El hombre no mediático que leía a Peter Handke fue publicada originalmente en el año 2012, luego de que yo obtuviera una Beca Residencia del Centre d’Art La Rectoría, en Barcelona. En 2016 se tradujo al italiano y en 2019 al serbio. Ahora, siete años después de su primera edición, el sello catalán Ediciones Carena acaba de publicar una nueva edición revisada y ampliada, con prólogo del filósofo vasco Vicente Huici. Este libro es ante todo una novela, o una aproximación a la novela, que tiene como personajes, entre otros, a un investigador y a la obra de Peter Handke. Y digo aproximación a la novela porque es una obra híbrida, aglutina expresiones como el diario, la entrevista, la investigación.
 -Haciendo un aparte, me parece necesario opinar sobre la enorme estupidez que se ha desatado en algunos sectores cuestionando el Nobel de Handke, por su posición en la Guerra de los Balcanes. Asombra que se convalide la estupidez reinante en buena parte del argumentario literario actual, mientras se pretende ignorar la dimensión de la obra literaria de un autor como Handke. Lo políticamente correcto no tiene nada que ver con lo estrictamente literario.
 ¿En qué nuevos proyectos está trabajando?
 -En marzo de 2020, dos años después de mi anterior libro  La niña del salto, saldrá en varios países mi nueva novela titulada Enjambres. Sobre esa obra aún no puedo hablar mucho, pero adelanto que tendrá que ver con “la guerra del todos contra todos” que hoy toma fuerza en el mundo. También durante el próximo año sellos de distintos países preparan reediciones de mis anteriores libros.
 ¿Y Venezuela sigue en su camino de creador?
 -Los lectores venezolanos siempre se han interesado en mi obra, realidad que se confirma mediante correos que me llegan y el interés que demuestran buscando los libros en diversas plataformas. Los que nunca se han interesado son los editores, en ninguna de las etapas de la realidad venezolana. Pienso que esto obedece a que ellos están más interesados en narrativas que reflejen la realidad política nacional, cosa que a mí no me interesa. Yo no escribo para dejar testimonio de nada, eso es un papel del periodismo. A mí me interesa es subvertir cualquier lógica desde la imaginación. Considero que todo arte que se impregna al cien por ciento de la realidad, frena su evolución. Todo pueblo necesita de la perspectiva del arte que trasciende a la realidad, se crece abriendo ventanas, nunca encerrados en una visión uniforme de lo social. La literatura venezolana necesita liberarse un poco de la historia política del país; entiendo que escribir novelas sobre el chavismo abre puertas comerciales en los grandes diarios internacionales, pero a mí eso no me interesa como escritor. En cualquier caso, eso ha sido así siempre, antes las novelas se centraban en el bendito petróleo y hoy en el chavismo. Mención aparte para la poesía, pues en Venezuela se ha hecho y se hace una poesía que sobrevuela toda noción informativa. Pienso que desde la poesía se ha creado lo mejor de la literatura venezolana, si es que a la literatura se le puede atribuir nacionalidad alguna. La poesía es uno de los principales valores que tiene Venezuela. Si tuviera que dar nombres, ocuparía toda la entrevista. No me interesa la realidad como un valor literario, si tuviera que dedicarme a transcribir la realidad, preferiría no publicar. Sin embargo, respeto todas las opciones y a todos los lectores, como no podía ser de otra manera. Kafka es Kafka porque permite múltiples interpretaciones. 


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