lunes, diciembre 16, 2019

Macbeth en Caracas para el 2020

JOSÉ TOMÁS ANGOLA HEREDIA

La tradición teatral ha hecho de Macbeth la más desafortunada de todas las piezas de teatro de Shakespeare, en particular para quienes actúan en ella, lo escribió el célebre Harold Bloom ( Nueva York,1930-2019) y lo recordamos aquí porque ya se ensaya tan afamada pieza en Caracas. Pero dejemos que sea el venezolano artista José Tomás Angola Heredia quien cuente lo que pasa o podría ocurrir con dicho texto.
¿Usted sabe que es conocida como “la obra maldita” por incluir en su argumento el ritual satánico de unas brujas y el cual puede afectar a quienes la representan?
Las leyendas urbanas sobran, y los cuentos asociados a la pieza son parte del imaginario de la gente del teatro. Pero para que te pasen cosas malas, en realidad  lo único que tienes es que vivir. A todos nos pasarán cosas duras, con Macbeth o sin él. Todos nos enfermaremos, sufriremos contratiempos, accidentes, y tarde o temprano moriremos. Nada de eso se podría asociar a Macbeth. Lo que sí podemos juntar a esta pieza es la poesía demoledora, la enorme genialidad de Shakespeare, la potencia de su discurso y lo aleccionadora que es para nuestro tiempo. Shakespeare no fue un dramaturgo, fue un profeta.
¿Cómo serán sus ensayos  y qué propuestas tiene?
Eso los dicta el director  Federico Pacanins y la productora. Yo trabajo normalmente por mi cuenta, levanto el personaje desde las mil referencias cinematográficas, televisivas y teatrales que ahora la tecnología permite ver. Para entender lo que han hecho pero no repetirlo. Leo mucho, trabajo con las visiones e interpretaciones de los especialistas. Los meandros de la poesía de Shakespeare son muy ambiguos. Eso es lo que hace que el arte sea dominio del espectador, no del creador.
¿Cómo se siente mejor: actor, director o autor?
Eso depende de los proyectos. No me creo actor, eso pertenece a una especie de artista donde soy un advenedizo. Soy escritor y director
¿Creé que montar a los clásicos es un rechazo a la dramaturgia venezolana o latinoamericana?
Para nada. Es una manera de apuntalar a lo autóctono. En los clásicos está el germen de nuestra dramaturgia. La escena es un continuum que se forma capa sobre capa, desde los maestros antiguos hasta nuestros días. Me atrevería a decir incluso, que mucho de los clásicos vive en nuestro teatro actual. José Simón Escalona, Javier y Xiomara Moreno, Edilio Peña y Johnny Gavlosky, entre otros, estupendos dramaturgos actuales elaboran su discurso desde el impulso de los clásicos.
¿Qué hacer para acrecentar al teatro en Venezuela y en especial al público, sin el cual no habría teatro como tal?
El espectador venezolano está ávido de teatro. Pero es responsabilidad de nosotros, la gente del teatro, hacer buen teatro. La falta de rigor, la comodidad, el facilismo son malos consejeros de las producciones. El arte es cruel y demandante. No acepta medias tintas ni chantajes. El público siempre nos ha acompañado de la forma que puede. Yo al menos no quiero hacer montajes multitudinarios, con miles de personas haciendo fila para entrar. No me interesa el éxito de la taquilla como primer valor de una obra. Me interesa que el espectador que venga, quiera ser tocado por el arte que proponemos. Es como una fiesta en tu casa. Invitas solo a los amigos queridos, a los que quieren de verdad compartir contigo. Los demás no entrarán.
¿Cuándo sería el estreno?
La obra se estrena a finales de febrero y la dirige Federico Pacanins en quizá su reto más importante como puestista. Shakespeare siempre es el pináculo de los teatristas. Llegar a él se debe hacer con mucho respeto pero audacia, con mucho rigor pero inventiva. Macbeth fue estrenado por Carlos Giménez y Rajatabla, protagonizando mi querida Pilar Romero. Luego la hizo Orlando Arocha y Contrajuego en una versión contemporánea. Son precedentes valiosos que hay que honrar. Daremos lo mejor de nosotros para que así sea. 
Y como abre boca para el público caraqueño  que podrá ver o disfrutar este Macbeth nacido de la dupla artística de Pacanins-Angola Heredia, recordamos que Bloom  decía que la naturaleza es crimen en Macbeth, pero no precisamente en el sentido cristiano que reclama que la naturaleza sea redimida por la gracia, o por la expiación o el perdón.” Como en El rey Lear, en Macbeth no tenemos a donde ír; no hay ningún santuario a nuestro alcance.Macbeth mismo nos excede, en energía, en tormento, pero también él nos representa, y lo descubrimos más vívidamente  dentro de nosotros cuando profundamente cavamos”.  





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