lunes, octubre 17, 2005

Cabrujas vive en la escena

Nada mejor para perpetuar el recuerdo de un ausente que evocarlo con gozo entre sus amigos o, en este caso, leer e incluso representar sus obras, más cuando se trata de un dramaturgo de la talla de José Ignacio Cabrujas (Caracas, 17 de julio de 1937 / Porlamar, 21 de octubre de 1995), por quien sus familias, la sanguínea y la elegida, en este décimo año han organizado los montajes de sus piezas El día que me quieras y Autorretrato de artista con barba y pumpá, además de la lecturas dramatizadas de otros de sus textos, en un desafiante ciclo que ha organizado el teatrero Moisés Guevara.
Cabrujas es el talento más versátil de todo el teatro venezolano del siglo XX. Él brilla como dramaturgo, director, actor, guionista de televisión y articulista de la prensa, porque, al igual que los grandes teatreros de la historia, encauza su descomunal talento, su curiosidad intelectual y su pasión para el trabajo en la dirección que se proponía.Así lo retrata, con plena certeza, el también celebre autor teatral Isaac Chocrón (75 años), compañero de controversias y desengaños en la fundación y el desarrollo del Nuevo Grupo, la mejor empresa cultural privada jamás realizada en Venezuela.
Chocrón puntualiza que Cabrujas insiste siempre en un tema central a lo largo de las 14 obras que se le conocen. Utiliza la historia para que los espectadores de su teatro puedan entender mejor el presente y disfrutar así de la catarsis y sacar sus conclusiones.No son viajes nostálgicos sino de juegos teatrales con paralelismos curiosos, irónicos o contundentes entre lo que pasó y lo que nos está pasando. Cabrujas utiliza vidas de nuestros antepasados o de mundos pretéritos -algunos aún en existenciapara que nos reflejen como espejos mágicos, coincidencias con nuestra vida contemporánea.Es por eso que el teatro de Cabrujas cosechó aplausos y premios cuando él vivía y los seguirá cosechando, porque muy pocos autores lograron llegar hasta las entretelas del alma del público criollo como él lo hizo, y nadie, desde su ausencia, ha podido al menos imitarlo.
Un día para querer
Para que la primera década sin la presencia de Cabrujas permitiese, al menos, una reflexión nacional sobre su legado y sus prédicas, el Grupo Actoral 80 escogió escenificar una de sus obras más urticantes, la que más polémicas causó, al tiempo que es la más internacional de todas: El día que me quieras. Esa pieza, estrenada el 26 de enero de 1979 en la sala Alberto de Paz y Mateos, donde hizo 68 funciones y aplaudida por 11.896 espectadores, se mostró de nuevo en el Ateneo de Caracas entre marzo y mayo del 2005, bajo la dirección de Juan Carlos Gené, uno de los teatreros más importantes de América Latina.
Gené reconoció a El Mundo que El día que me quieras es una obra memorable.“Es una pieza que me confronta muy íntimamente, porque por un lado es de un venezolanismo exacerbado, pero al mismo tiempo está centrada en la figura de Carlos Gardel, personaje tan entrañablemente rioplatense; todo eso me provoca una mezcolanza emocional muy grande, en la cual uno tiene que tratar de salvar el aspecto técnico de la dificultad estilística de ese texto”.
Admitió Gené que en El día que me quieras, como en todo el teatro que hizo Cabrujas, se intenta definir lo indefinible.“Ese texto me crea una emoción muy fuerte por las circunstancias actuales que se viven en Venezuela. Creo que es el de más alto desarrollo, como también lo son para mí Acto cultural y Profundo. Todo está en la osadía como Cabrujas encaraba la expresión del discurso verbal”.
Hay que recordar que Cabrujas utiliza el hecho histórico de la visita de Gardel a Caracas en abril de 1935, quien después se instaló en Colombia, para otro de sus memorables triunfos. Iba a proseguir su periplo y se insertó para siempre en la eternidad ese 24 de junio al estrellarse su avión en Medellín. Pero Carlos Gardel (1890-1935), gracias a la magia escénica y en este caso invocado por Cabrujas, revive en El día que me quieras. Cuando se estrenó generó una controversia intelectual, algo poco frecuente, porque ahí se profetizaba, por intermedio del atormentado Pío Miranda, que el comunismo rampante de la URSS y de la Europa Central, defendida por el “telón de acero” “era una engañifa descomunal” y que se “balcanizaría” en los años siguientes.Al mismo tiempo, se plasmaba una historia de amor entre adultos, en medio de situaciones difíciles, porque Pío Miranda había proyectado un viaje a la lejana Rusia como “luna de miel” e inicio de su vida marital bajo el régimen de José Stalin. Toda una suma de utopías sociales y existenciales reunidas en un texto teatral como nunca antes se había logrado en Venezuela.
Pero su gran valor está más allá de las circunstancias políticas, sus predicciones y las disquisiciones ideológicas que provocó. Es una hermosa saga de amor con final difícil o confuso, que muestra el sufrimiento de las mujeres sometidas a los designios de los machos de “fin de semana” y del eterno deambular ideológico de los que se asumen como intelectuales. Una feroz diatriba contra todos los intentos por embozalar las ideas libertarias y el amor sin tapujos e intereses, en la que Gardel, el único grande de América Latina, es un delicioso pretexto.Es otro melodrama universal, no es un sainete venezolano, aunque sus personajes y su entorno sí lo sean. Su temática y argumentación llegan fácilmente al público por la humana simpleza de su ejemplar historia y la solidez de sus razonamientos, los cuales desbordan geografías y otras barreras.Fue un espectáculo teatral de depurada calidad escénica donde la gratísima sorpresa la deparó Héctor Manrique como Pío Miranda, el revolucionario comunista de la Caracas de los años 30. Es posible que durante el año próximo vuelva a esa escena esta producción del GA 80. ¡El país lo necesita!
El pintor Reverón
Hace 15 años, bajo la égida de José Simón Escalona y en la Sala Alberto de Paz y Mateos se escenificó Autorretrato de artista con barba y pumpá, una especial creación de Cabrujas sobre “El pintor de Macuto”, el artista Armando Reverón (Caracas, 10 de mayo de 1889 / 18 de septiembre de 1954). Se trata de un texto de alta poesía dramatúrgica sobre ese artista alucinado, quien se refugió en un universo mágico que, en torno a objetos y muñecas creados por él, dio origen a la última y delirante etapa expresionista de su obra, caracterizada por el empleo de materiales tales como tizas, creyones y por una fantasía teatral que se tornaba más y más incontrolable pero, a través de un dibujo que aspiraba a la corrección académica.Fernando Gómez, Manola García Maldonado, Juan Carlos Gardié,Germán Mendieta y Luis Fernández, entre otros comediantes, acompañaron a Escalona en esa empresa con su agrupación Theja.Venezuela era otra.
hora, a 15 años de ese estreno y a una década del mutis de Cabrujas, vuelve Escalona a escenificar Autorretrato de artista con barba y pumpá, como parte de los homenajes de la familia de los teatreros venezolanos hacia el maestro ausente, la familia elegida, como enseña Chocrón. En esta ocasión, Javier Vidal, Gerardo Soto, Nacho Huett, Emerson Rondón y Nacarid Escalona asumieron el reto de un espectáculo mucho más decantado que el anterior y hacer posible una lectura escénica más austera, aunque se conserva la escenografía creada por Susana Amundaraín y la música de William Blanco, otros artistas que han crecido y se ubican en lugares importantes.Este reestreno de Autorretrato de artista con barba y pumpáha sido fijado para el próximo 28 de octubre en la Sala Alberto de Paz y Mateos, a las 8:00 pm.¡Será un grato reencuentro!
Seis domingos
Moisés Guevara, quien junto a Iraida Tapias y otros teatreros fundaron en plena década de los 90 la empresa Teatro Profesional de Venezuela, donde José Ignacio Cabrujas era su director, también quiso rendirle homenaje al desaparecido dramaturgo. Y para ello nada mejor que dedicarle en el Teatro Trasnocho, donde Moisés se desempeña como director artístico, seis domingos del próximo mes de noviembre, siempre a las 11:00 am, para hacer las lecturas dramatizadas de siete textos del legado de Cabrujas. Eso permitirá que desde el 6 de noviembre el público disfrute de textos como Fiésole, Juan Francisco de León, El extraño viaje de Simón el malo, Tradicional hospitalidad, La soberbia milagrosa del general Pío Fernández, Profundo, y La vida y la muerte del rey Ricardo III, versión del original de William Shakespeare.Ahora Iraida Tapias, Miriam Dembo, Javier Vidal, Xiomara Moreno y Lupe Gehrenbeck, además de Moisés Guevara, son los directores de esas lecturas.Los elencos comenzarán a ensayar desde este lunes. Será un espectáculo especial, por los actores ahí involucrados.

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