martes, junio 12, 2007

Carlos Paolillo y su festival de coreografias

Honrar honra, enseña el apostol José Martí. Y evocamos aquí al poeta y héroe cubano porque hay que exaltar a un trabajador cultural venezolano que sí ha aportado, sin lucrar, al desarrollo de las artes del movimiento con un evento que ha marcado pauta en las últimas décadas. Nos referimos al periodista y crítico Carlos Paolillo, quien desde 1985 ha estado produciendo y exhibiendo, superando todos los obstáculos posibles, el Festival de Jóvenes Coreógrafos, singular plataforma institucional concebida para fomentar el desarrollo de noveles creadores en el campo de la danza teatral, estimulando en ellos los valores de la solidaridad, el compromiso y la excelencia artística. ¡En el teatro venezolano no hay nada similar y si la había, pues, desapareció hace 14 años con Carlos Giménez!
Hay que hacer un balance sobre lo que han significado tales eventos, desde nuestra óptica como periodistas y recolectando puntuales opiniones de especialistas, como Belén Lobo y Rubén Monasterios, entre otros conocedores del fenómeno danzatario, precisamente ahora que se anuncia la realización del XXIII Festival de Jóvenes Coreógrafos, para desarrollarse entre el 14 y el 24 de junio en los espacios de la Casa del Artista, de jueves a sábado a la 7:30 pm. y domingo, a la 6:00 pm, con la participación de 20 creadores procedentes de Colombia, Ecuador, México y Venezuela.
BALANCE
Este Festival de Jóvenes Coreógrafos ha servido de escuela para los más relevantes creadores venezolanos de la danza contemporánea desde hace más de 20 años. Al margen de modelos de formación coreográfica excesivamente formalizados, este evento ha estimulado procesos creativos de plena libertad creativa, los cuales resultaron fundamentales en la diversificación conceptual y estética de la danza venezolana, que durante los años 90 se convirtió en una importante referencia para la danza latinoamericana y mundial.
Dos generaciones de creadores llamados a liderar el movimiento de la danza en Venezuela a finales del siglo XX, surgieron de las experiencias del Festival, plataforma que los guió consecuentemente hasta el definitivo camino profesional. Además, el Festival ha cumplido igualmente con una sistemática labor de estímulo y solidificación de vocaciones artísticas y un trabajo dinámico y permanente difusión de los valores genuinos del arte de la danza.
El Festival ha contribuido a la configuración y desarrollo de un movimiento de danza en Venezuela, que ha sido modelo continental. Durante sus más de dos décadas de existencia ha sido claro reflejo de las tendencias y las corrientes por las que ha transitado la danza contemporánea venezolana, desde sus manifestaciones más asépticamente abstractas y las propuestas corporales profundamente unidas al código teatral; llegando hasta los nuevos postulados de movimiento que incluyen decididamente los recursos de la tecnología de punta.
La labor de estímulo permanente cumplida por el Festival en casi ya tres generaciones de creadores venezolanos, representa un aporte concreto a la configuración de una danza contemporánea nacional con auténtico sentido de pertenencia, en plena sintonía con su tiempo social y con decidida proyección al mundo.
Teniendo en cuenta que en Venezuela la permanencia en el tiempo y en el espacio de muchos proyectos culturales está unido o atado a la humanidad de sus creadores, hay que esperar que Carlos Paolillo (50 años), “a estas horas del partido”, haya formado una generación de relevo que podrá continuar apoyándolo o reformulándolo en las décadas posteriores, porque este experimento, por así llamarlo, no puede dejar de hacerse o convertirse en una ficha histórica, por ninguna razón o sin razón humanas puede detenerse.
AGENDA
Ocho programas integran la agenda del evento el cual girará alrededor de disímiles tendencias abstractas y teatrales de la danza contemporánea, incluyendo video danzas, instalaciones e intervenciones de espacios públicos. Se inaugura con la participación especial, los días 14 y 15 de junio, a las 7:30 p.m., en la Sala Juana Sujo, de la compañía Acción Colectiva con la obra Aprés Petipa y la reposición de Shakti en ascensión o Rainbow revisited, ambas de Julie Barnsley. Actuarán las reconocidas bailarinas Inés Rojas, Claudia Capriles, Vanessa Lozano y la propia autora.
En esta edición participarán 12 noveles creadores venezolanos: Orestes Ortegano, Alejandra Sánchez, María Jesús Mendible, Saby Morales, Luis Villasmil, Tailí León, Rafael Perdomo, Franklin Crespo, Juan Solórzano, Nirlyn Seijas, Angely Sierra y Román Morillo.
La programación recibirá también las propuestas del video artista Reinaldo Guédez, así como las de Danzaluz, de Maracaibo, con obras de Elizabeth Medina y Mariemily Ochoa; el colectivo Puropié, de San Cristóbal, dirigido por Paula Restrepo, el Taller Permanente de Formación de Pisorrojo de la UCV, bajo la dirección de René Ydrogo, y el Laboratorio de Movimiento Espontáneo 2, integrado por Isabel Story, Sophía Rodríguez, Natalia Molina y Carlos Penso.
Del exterior llegarán los bailarines solistas María Claudia Mejía, de Medellín, y Sebastián Salvador de Quito y la compañía Lux Boreal, de Tijuana.

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