jueves, febrero 14, 2008

El maestro de Lutero enseña a los venezolanos

Diez años de pacientes estudios le han dado al escritor Atanasio Alegre el inigualable placer de ver y acariciar el primer ejemplar de El crepúsculo del hebraísta, su más reciente novela histórica. Son 304 folios que ahora entrega Editorial Alfa a los difíciles lectores venezolanos con la seguridad que ayudarán a combatir las sombras que aún quedan sobre la compleja saga el Renacimiento y su importancia para la cultura universal, especialmente por algunos ignorados protagonistas, como ese Johannes Reuchlin que mereció una sentida despedida del humanista, filósofo, filólogo y teólogo neerlandés Erasmo de Rotterdam (1466/ 1536), con la cual cierra esta novedosa publicación.
Atanasio Alegre, que nació en la castellana León hace 77 años y supo de Venezuela al promediar los 19, lleva medio siglo en esta Tierra de Gracia, donde además nacieron sus hijos. Es psicólogo clínico, filósofo y profesor jubilado de la UCV. Se dedicó al pensamiento reflexivo a través del ensayo, pero su vena literaria afloró para dejar también un legado de novelas históricas. En Alfa ha publicado Las tentaciones de una señora decente y la trilogía conformada por Las luciérnagas de Cerro Colorado, El club de la caoba y Flores de trapo. Su anterior publicación, en 2007, Falsas claridades, compila 16 cuentos distribuidos en 154 páginas, impreso por Grupo Editorial Norma.
Admite que escogió a Venezuela porque quería vivir y trabajar y lo hizo, a la caída de Marcos Pérez Jiménez, armado con una licenciatura en filosofía, la cual le sirvió para ganarse la vida y después volcarse sobre la psicología.
NOVELA
“Esta vez he prescindido de la mesita plegable de madera de los Pirineos que me regaló Erasmo hace ya muchos años para escribir durante las interminables jornadas de viaje. En una mesita como esta preparó Erasmo las notas para redactar El elogio de la locura durante el trayecto de uno de sus viajes desde tierra firme hasta Londres. (…) Me faltan arrestos para cualquier cosa que no sea esta ensoñación un tanto delirante que me sitúa ante lo que ha sido mi vida que parece agotarse como si fuera una vela a la que se le está consumiendo la cera. (…) Pero la mía parece que no tenía otra duración que estos sesenta y seis años vividos”
Así comienza esta novela sobre Reuchlin, que, como ha dicho el autor, aunque se remonta al siglo XV tiene una vigencia aterradora. “Una apasionante novela histórica donde la fe, la corrupción, la intolerancia y la ambigüedad del ser humano se disputan el reino de la tierra”.
-¿Psicólogo y ensayista ahora con una novela histórica?
-Vengo del ensayo, del pensamiento más o menos reflexivo, pero desde que escribí El mercado de los gansos, que se transformó en una novela histórica sobre un personaje real, me di cuenta que lo que se lee realmente, y sobre todo hoy, es todo aquello que de alguna manera tiene que ver más con la imaginación que con el intelecto.
Sobre los orígenes de su reciente novela histórica, cuenta que es la consecuencia de la metódica búsqueda de materiales y lecturas de libros hasta que sacó sus conclusiones. Tenía que preparar una conferencia sobre Martín Lutero (Eisleben 1483 / 1546), el Padre de la Reforma Protestante, pero gracias a esa investigación descubrió a un personaje, que no es otro que Johannes Reuchlin (1445-, 1522), que le llamó la atención. Así abrió otra indagación y de ahí brotó de El crepúsculo del hebraísta, tras diez años de anhelos y miradas hacia el horizonte.
Reitera que en sus estudios sobre el Padre de la Reforma Protestante le llamó la atención que ya al final, cuando se establece todo el sistema de esa gran reforma eclesiástica que escindió para siempre al catolicismo, Lutero escribe una carta a su “maestro de hebreo”, con quien había tenido muy poco contacto, “una especie de compañero de viaje, donde dejó este comentario”: `que listo son los romanos, primero crean los pobres y luego construyen los hospitales`. “A mi me llamó la atención esa misiva a Reuchlin, el hombre que le trae el estudio del griego y del hebreo, y termina siendo su maestro y tambien el de Erasmo”.
-¿Quién fue verdaderamente Reuchlin?
- Si ese hombre no aparece, estoy seguro que Martín Lutero no hubiera sido lo que fue. Era tan importante que Erasmo le hace una elegía funeraria, que yo he convertido en epílogo para mi obra, donde dice cosas como estas: “Al principio no fue más que un rumor: uno de los imprescindibles entre los seis mil humanistas que deben componer el campo de quien hemos dado ese paso ha muerto. Se trata de Johannes Reuchlin, el San Jerónimo de estos tiempos, el hombre que mejor dominaba los tres idiomas bíblicos, y, de manera especial el hebreo, el único de entre los alemanes que escribió una gramática por la cual estudiaron los pocos que se han dedicado a ese idioma, que a mi tampoco me intereso gran cosa”.
DRAMA DEL NOVELISTA
-¿Por qué una novela y no un ensayo o una biografía?
-El novelista escribe las vidas que el no ha podido vivir. Es también lo que decía Stendhal de la novela: un espejo para el camino. Y en estos tiempos y en esta sociedad y en este aquí y ahora, eso muy necesario. Hay muchos escritores que piensan que decir es decir y no es así. Decir es escribir y se dice más cuando se insinúa que cuando se quiere ser expresamente claro. He tenido una identificación con este personaje. Me identifico con su pensamiento y porque escribe en latín y en alemán comprometido. Es una auténtica novela histórica que plantea una reflexión sobre lo que hubiera podido suceder si este hombre no aparece. Novelizar a este personaje es aludir al descubrimiento de la imprenta, porque sin ella no se hubiese dado la Reforma Protestante, ya que le permitió a Lutero publicar 600 mil copias de sus escritos. Es el maestro de Lutero, quien escinde la Iglesia Católica Romana, el mismo que predicaba que había que divinizar al hombre y humanizar a Dios. Y para eso aprendió de Reuchlin el hebreo, lo cual permitió leer los manuscritos antiguos y así la Biblia fue mejor comprendida y popularizada gracias la imprenta de Gutemberg, que aparece hacia 1450. Mi novela aborda un personaje del cual se habla poco. Un hombre muy recto, que no era judío, que vio la corrupción de la Iglesia Católica Romana, que incubo las reformas que propuso Lutero. Es una novela que da una visión sobre el poder y la corrupción, algo que esta muy de moda en estos tiempos. Pero no es una biografía. Es un relato lleno de intrigas, persecuciones y crímenes.

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