domingo, septiembre 13, 2009

!Venezolanísima!

Una vez más, comprobamos que la vida sí es una obra de teatro sin ensayos, donde hay que cantar, reír, bailar, amar cuando dejan, llorar de dolor o felicidad y vivir intensamente cada momento de nuestra existencia... antes que el telón baje y ese irrepetible espectáculo culmine sin aplausos o con lágrimas de los deudos. Dios no permite que pergeñemos ese texto que representamos, ni tampoco escoger con quienes lo actuamos, pero los seres humanos inventamos al teatro y es desde ahí donde podemos contar segmentos de esos viajes, edulcorados o maquillados, y hasta exhibirlos ante diversos auditorios para escuchar como nos aplauden, predicar con ejemplos y hasta recordar que los venezolanos tenemos posibilidades de ascender, de mejorar con lo que nacemos y hasta acrecentar los posibles legados para nuestras descendencias.
Recordamos esto, porque en lo que va del año 2009 hemos visto y disfrutado sendos espectáculos teatrales creados a partir de fragmentos de las vidas de un caraqueño y una valenciana. El showman Daniel Sarcos fue el primero que inauguró la atractiva tendencia del teatro “verista” en Caracas, cuyo público exige piezas novedosas, sin caer en extremos, donde todo no sea ficción sino que tenga autenticidad, contenidos verosímiles y un poco de características criollas. Con su monólogo Mi vida no es nada sensacional, estrenado durante el pasado marzo, en Corp Banca, contó aspectos de su vida privada y recordó los escollos que superó hasta ser un triunfador. El director del espectáculo era Basilio Álvarez.
Ahora, para continuar con el “verismo” escénico ha ingresado a Teatrex la célebre cantante y actriz Mirla Castellanos con su unipersonal ¿Primerísima…yo?, para lo cual contó no menos de 68 años de su vida familiar y artística al escritor y director Aníbal Grunn. Lo mostrado es una performance única, porque ahí estaba la mujer enamorada sin ambages, la actual abuela, la hija que ascendió a punta de su talento natural y se convirtió en un modelo de artista y toda una señora en la extensión de la palabra, sin excesos, sin divismos, especialmente amiga de sus amigas y singular defensora de los fonomímicos, mal llamados travestis, que la han copiado, como aquel inolvidable Oscar Gudiño, quien la hizo “reina” de la noche bohemia de los setenta y ochenta.
¿Primerísima …yo? tiene un elemento único que lo diferencia por ahora de todos los demás eventos “veristas”: es la historia de una venezolana que comenzó a ascender a los 19 años y ahora, a 24 meses de sus primeras siete décadas, no ha titubeado en contarlo como lo hizo y además lo acompaña con una minuciosa selección de las canciones que impuso no solo en Venezuela si no en el mundo inclusive, como lo hizo con “Maldito amor” y “Las tómbola”, verdaderos iconos de un país que salió de la dictadura y se encaminó por la procelosa ruta de la democracia. Pero además, ella glosa con mucho humor esos momentos triunfales en el mundo de la canción, repite fragmentos de aquellos éxitos, explica como alcanzó esas cumbres y además manifiesta su amor incondicional a su tierra, y a su gente, al cerrar con el tema “Venezuela”. ¡Y ahí estaba Aníbal Grunn para guiarla!
Hasta ahora, la repercusión en el público de este novedoso espectáculo ha obligado a sus productores Vladimir Salazar y José Jiménez a solicitar la sala de Teatrex para muchos jueves más.
¿Y cuántos artistas más se atreverán a contar sus historias desde los escenarios? Más allá del evento artístico que será ver aquello, ellos, los creadores, van a ganar mucho para sus vidas interiores, porque será una catarsis pública, como nunca antes lo hicieron. Y por supuesto que el dramaturgo y director Grunn tendrá mucho...pero muchísimo trabajo.


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