sábado, octubre 09, 2010

Promoción honor a mis padres

Rajatabla cumple 40 años el 28 de febrero de 2011 y ya los festeja a lo grande. Su presidente Francisco Alfaro y un equipo ejecutan valiosa agenda de promoción y difusión de la dramaturgia criolla. Organizaron un concurso de literatura dramática, escogieron los mejores y se entregaron a la producción de los montajes. Arrancaron con Nosotras (Marisabel Dávila Lobo), actualmente exhiben Promoción honor a mis padres (Elio Palencia, 1963) y han de continuar con Yo soy John Lennon (Paúl Salazar), Mi reino por un sueño (José Antonio Barrios), Agridulce (Glener Morales), El robo de la arrobita (Carmen García Vilar) y cierran con El más mejor (Roberto Azuaje).
No es ningún secreto que Rajatabla sigue en escena por la honesta y admirable tozudez del madrileño Alfaro (llegó a los ocho años) y el apoyo de pocos amigos que ayudan a mantener a flote la nao. Es normal morirse pero lo difícil es ser sustituido, en este caso nos referimos a su líder-fundador Carlos Giménez, un huracanado y talentoso argentino que cambió la ruta que traía el teatro venezolano. Si es una desgracia para una nación no poder reproducir a sus grandes hombres, para las artes la desgracia es mucho mayor, pero las nuevas generaciones deben asumir el reto e intentar llegarle a las nubes. Últimamente, la institución recibió el permiso de Unearte (Emma Elinor Cesín) para continuar en el galpón de ladrillos rojos que ocupa, desde hace 37 años, y el cual es del Estado venezolano, propietario además del monumental edificio y de los terrenos que ocupó el Ateneo de Caracas desde 1983 hasta el 2009 por intermedio de un comodato.
A pesar de la soledad de la ingratitud, pues los dejaron solos ante la perdida del líder y la crisis de creatividad artística que se presentó, Rajatabla desde 1993 ha mostrado 56 espectáculos, efectuado varias giras al interior y al exterior, además de entregar 12 promociones del Taller Nacional de Teatro, la escuelita del TNT que Carlos Giménez (1946/1993) fundó y ha graduado unos 240 intérpretes, muchos de los cuales ya destacan.
Y del TNT salieron los varones y las hembras que ahora hacen posible el montaje de Promoción honor a mis padres. Ahí un grupo de bachilleres se reúnen en una playa para dejar aflorar sus ambiciones momentáneas y también las futuras que han de vivir en las décadas venideras del siglo XXI. Todos, personajes populares, graduados en el liceo “Símbolos Patrios” de Río Guarura, del litoral central de Venezuela, constituyen el grito desesperado de una juventud en su intento por desatar cadenas, recorrer caminos y encontrar o fabricar la luz necesaria para desprender en alientos repletos de sabor, de olor a tierra y tambor, sus "mil golpes de esperanza". Saben lo que se les viene encima al elegir una profesión o un oficio. Comprenden que hay un agudo proceso de cambios políticos y sociales, que la crisis económica y la miseria no dejan dormir en paz a nadie y dificultan las expectativas posibles, además cunden las exclusiones éticas y sexuales.
Gracias al director Ruffino Dorta y los músicos Roger Ramírez, Sahara Álvarez, Jerry Heredia, María Alejandra Tellis y Ernesto Campos, los jóvenes comediantes Miosothis Pineda, Natacha Pérez, Jean Franco de Marchi, Peter Kutlesa, Abilio Torres, Ángel Pájaro, Aquiles Díaz, Slavko Sorman y Heriberto Garcés pueden exhibir un espectáculo cuya temática y argumentación, la estructura y la composición de los personajes y el peculiar trabajo con el lenguaje juvenil y contemporáneo, aseguran que Promoción honor a mis padres es un texto humanista y de invención, aunque sea con recursos sintéticos en el espectáculo, según recomienda el novelista José Balza, quien además apunta que “nuestros dramaturgos tendrían, creo, que detenerse en una revisión del teatro, de su valor; en cuales son los dramas o las tragedias actuales”, como lo publicó en TalCual del 12.09.10. ¡Todo no es chatarra ni comercio!




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