jueves, octubre 07, 2010

Nobel 2010 para Varguitas

Bajar a La Guaira y buscar al escritor peruano Mario Vargas Llosa que estaba en un barco atracado la noche anterior era la perentoria orden que recibimos en una oficina del noveno piso de la Torre de la Prensa. Corrían los años 70 y nosotros trabajábamos en la secretaria de redacción de Últimas Noticias y no había otro periodista para ejecutar la orden que a las nueve de la mañana impartía tronante Nelson Luis Martínez, conspicuo intelectual que fungía como secretario general de la Cadena de Publicaciones Capriles y dirigía a ese matutino.

Llegar al puerto y encontrar al novelista fue fácil. Lo complejo vino después. Él necesitaba subir a Caracas para un diálogo con unos editores y condicionó sus declaraciones a que lo aventáramos hasta la capital; además lo acompañaban sus hijos, Morgana y Alvaro, y su esposa Patricia. Terminamos en la oficina del deslumbrado Martínez -un cálido espacio cubiertos sus paredes y techo con obras de arte regaladas por los artistas- donde los fotografiaron y al día siguiente, en exclusiva, aparecieron en la primera pagina del matutino caprilero.¡Los habíamos secuestrado y ni èl ni su gente lo sabian,pero la policía los buscaba!
Nunca sospechamos todo lo que ocurriría después con Varguitas, como lo apodan cariñosamente. Acentuó su novelística, ganó más premios y sus artículos periodísticos lo llevaron a donde esta ahora: con el Premio Nobel de Literatura 2010. Ganado muy merecidamente por su cartografía de las estructuras de poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, sublevación y derrota, como lo explica el doctor jurado sueco. Recibirá 1,5 millones de dolares como para asegurar los años de vida que le quedan, aunque a sus 74 años es un escritor blindado financieramente.

Nuestro segundo encuentro con Vargas Llosa se dio por la magia de la Internet.Fue en Lima, durante una rueda de prensa para la promoción de su más reciente obra teatral Al pie del Támesis, la cual estrenaron en abril de 2008. El explicó a los reporteros que se había inspirado para abordar tan compleja trama sobre las peripecias de un transexual, gracias una anécdota intima del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante con el poeta transexual venezolano Esdras Parra en Londres.

Eso, que para nosotros resultó sensacional, nos obligó a viajar a Lima para ver el espectáculo y después investigar al susodicho personaje criollo que había muerto el 17 de noviembre de 2004 en Caracas. Y de ese túnel de chismes y dolorosas verdades, como lo pudimos leer en su inédito diario, emergió nuestro primer texto teatral, Novia en Rojo, estrenado el 11 de septiembre de 2009 en Mar del Plata, Argentina. Posteriormente, ese espectáculo vino a Venezuela y se exhibió en los festivales de Barcelona y Guanare, ademas se vio en Barinas y Barquisimeto, para después exhibirse en la sala de conciertos de la caraqueña Unearte.

Asi, pues, una pauta de trabajo nos vinculó con un legendario intelectual latinoamericano que después nos metió en ese laberinto que es el teatro como autor. Y ahora su premio le llega cuando estamos dando los últimos toques a un amargo texto teatral sobre un joven que mató a su madre y su hermano... porque no lo dejaban ser feliz con su pareja homosexual, tal como lo dijo en el juicio que lo condenó a cadena perpetua.

Y como coda de esta nota tan personal queda recordar que la carrera mundial de Varguitas comenzó cuando se ganó el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos con La casa verde, en 1967. Un galardón que él nunca olvida y que siempre lo recuerda cuando viene a Caracas, así nos lo dijo durante la temporada que se hizo de Al pie del Támesis en el teatro Trasnocho, dirigida por Héctor Manrique y con los actores Carlota Sosa e Iván Tamayo. Nosotros trajimos la obra que habíamos disfrutamos en la capital peruana. !Gracias Varguitas por existir!

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