sábado, noviembre 19, 2011

Seguimos con festival de teatro

Es muy temprano para hacer evaluaciones generales sobre el Festival Nacional de Teatro Caracas 2011, el cual avanza con 80 agrupaciones -37 son del área metropolitana-en salas y otros espacios alternativos hasta el próximo 25 de noviembre. Pero ya se puede reconocer que la organización, en manos del hábil equipo de Fundarte, cumple con su doble programación, la lúdica y la reflexiva Ciudad Teatro de la plaza Diego Ibarra, al tiempo que el público, atraído por los económicos precios de los boletos, se pelea por entrar a como de lugar para degustar los espectáculos, gesto que no veíamos desde aquellos inolvidables eventos internacionales que dirigía Carlos Giménez.
Se debe subrayar que en el Festival no pululan los espectáculos nuevos, salvo unas excepciones. Los coordinadores del evento (Freddy Ñañez y Antony Gómez) convocaron a las agrupaciones para que exhibieran sus montajes de repertorio o los que podían estrenar de inmediato. Eso es muy importante porque así la muestra se transforma en un gran fresco sobre el estado actual del teatro vernáculo, algo que hacia falta y es conveniente para las mismas instituciones culturales, tanto oficiales como privadas. Hay que saber lo que se lleva en la faltriquera para este viaje perenne de la cultura criolla.
De lo visto, hasta ahora, debemos resaltar la sainetera apertura y las presentaciones de Mimi Lazo, la Fundación Rajatabla, el grupo Teatro Forte, Salamandro Teatro, Teatro del Laberinto, Producciones Román Chalbaud, Teatrela y El Galpón de San Fidel todos con montajes bien hilvanados.
Estamos conscientes que esta fiesta histórica recién empieza como lo demostró Ibrahim Guerra con su delicioso sainete ¿Seguimos o paramos? , híbrido de gran factura con textos de Leo, Guinand, Andrés Eloy, Aquiles y Pimentel, utilizando además música cañonera, valses, pasodobles y el rucaneo que interpretó el conjunto Los Antaños de San José.
En el teatro Cristo Rey del 23 de Enero pidió Mimi Lazo, expresamente, exhibirse con su monólogo El aplauso va por dentro, sin sospechar el impacto que ocasionaría en aquella audiencia con su discurso feminista y la mesurada performance que utiliza.
El cuarentón Rajatabla aprovechó homenajear al ausente “Paco” Alfaro con una extraordinaria función de Tu país esta feliz en la sala José Félix Rivas, donde nuevamente, subrayó que la libertad y las reivindicaciones sociales siempre estarán pendientes.
Vladimir Vera y su agrupación Teatro Forte, quienes trabajan para hacer espectáculos vanguardistas, de esos que se cultivan en España, insistió con su emblemático montaje Crónicas de Palahniuk, para reiterar que todas las pulsiones sexuales marcan la ruta de la humanidad, aunque se diga todo lo contrario, como ya lo hizo también con Amén, más centrado en la homofobia.
Freddy Pereyra se vino del lejano San Cristóbal para mostrar su versión de La empresa perdona un momento de locura de Rodolfo Santana, donde están rampantes los excesos que hizo y hace el capitalismo.
Inolvidables fueron las funciones de Bolívar vs. San Martín. La revancha de Ignacio Márquez, un inverosímil match boxístico de los grandes libertadores de este continente.
El dramaturgo Elio Palencia de la mano del director Costa Palamides revivieron ese clásico del siglo XXI que es Penitentes, gracias a la entrega de un terceto de maravillosos actores.
El legendario Román Chalbaud dirigió un complejo texto sobre las maldades de los clérigos católicos como loa escribió Gilberto Agüero Gómez en El diablo en Misa.
Y esta primera parte el festival la cierra César Rojas con La disculpa, un melodrama contra la homofobia, esa lacra que pretende destruir a los diferentes.
Podemos anticiparles a los lectores que en Fundarte ya iniciaron la planificación para que durante el 2012 el Festival exhiba una respetable presencia internacional, porque el teatro venezolano lo necesita, ya que no puede continuar como “el pasajero del último vagón”.


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