jueves, junio 14, 2012

La manzana de Turing


El próximo 23 junio cumple 100 años de haber nacido en Londres. Murió el 7 de junio de 1954 tras morder una manzana envenenada con cianuro. Es Alan Mathison Turing, iniciador de la inteligencia artificial, padre de la cibernética y abuelo de las modernas computadoras y uno de los héroes de la guerra contra los nazis, pero por haber hizo condenado como pederasta homosexual lo execraron. Para salvarse de la cárcel aceptó un singular arresto domiciliario, en Wilmslow, y someterse a una especie de castración química con hormonas femeninas para debilitar su “libido torcida”.
Al final, desesperado por los efectos colaterales -unos incipientes senos, aumento de peso y una insoportable impotencia- tomó una decisión: recordó su cuento de hadas favorito, Blancanieves, se compró una bolsa de manzanas, regreso a su casa, eligió la más roja, la roció con cianuro y le dio un mordisco. Lo encontraron al día siguiente, en el piso, con una manzana mordida en la mano. Otra víctima de la homofobia.
El logotipo de Apple, cuyo origen no ha sido esclarecido suficientemente es una especie de guiño a su memoria. Se dice que Steve Jobs, a quien también le gustaban las manzanas,lo hizo en su memoria.
¿Y por qué estoy reseñando esto? Por que el personaje de Alan Turing es fascinante por creatividad e importancia, ya que sin él difícilmente la humanidad habría avanzado como  hasta ahora. Y es por eso que estoy escribiendo una pieza teatral que recordará su vida humana y su aporte a la ciencia. No soy el primero ni tampoco el último que lo evoca teatralmente, pero a través de su saga escénica también tocaré además las vidas amatorias del poeta Federico García Lorca y el director Carlos Giménez, otros gaís que dejaron grandes huellas, haciendo énfasis especialmente en aquel argentino que apuntaló al desarrollo del teatro venezolano.
Vamos a ver que nos sale y será esa mi pieza numero cinco, mientras que ¿Amas?, nuestra cuarta pieza, pronto será estrenada, tras toparse con una piedra tuerta en el camino. Eso mismo ocurrió con la segunda, El fantasma de Bonnie, la cual ahora se va de gira con el grupo Veneteatro a  Colombia, Perú, Chile y España, para agravarle así la cojera a cierta bruja mala que le quitó un escenario importante aquí en Caracas.

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