sábado, junio 30, 2012

Pensar y hacer teatro con el corazón


Agoteatro, empresa cultural que lideriza Virginia Aponte, es una  positiva alternativa con la cual cuenta el teatro de arte en Venezuela, o sea  espectáculos bien hechos y con textos respetables, nada banales.  Lleva dos décadas en esos complejos avatares de mostrar teatro artístico sin contar con presupuestos millonarios para invertir en escenografías, vestuarios y elencos con actores reconocidos, además de las indispensables campañas publicitarias. Una institución privada formada en los predios y con la gente de la Universidad Católica Andrés Bello.
La  primera lucha de Virginia Aponte ha sido capacitar con  el Teatro UCAB a excelentes comediantes y después atrapar a algunos de ellos para los espectáculos  de Agoteatro. Hace 20 años comenzó un trabajo de proyección, pero siempre de manera sencilla y con textos que implican siempre   investigaciones.
Eso le ha funcionado y es por eso que para conmemorar esas dos décadas de labores que todos los venezolanos han visto y aplaudido,  escribió y llevó a escena su pieza Sólo sé de mi, la cual exhibió en la UCAB y después hizo temporada en el Teatro Escena 8,  espacio muy reconocido del teatro comercial, donde tuvo que  ceñirse a las normas que imperan en ese sector, como es aquella de que “lo importante es la taquilla, sea como sea lo que se exhiba”, para mostrar su producto cultural.
-¿Por qué cayó en la densidad  filosófica de  Hannah Arendt para teatralizarla en la pieza “Sólo sé de mí”?
-La densidad es el resultado de penetrar el dilema del pensamiento y las emociones en mi trabajo.Con Hannah Arendt descubrí que el dilema podía dejar de serlo y que apostar por comprender era el camino.Hannah me permitió tomar de ella su capacidad intelectual y dejarme vivir una de sus ideas más maravillosas. Ella me permitió comprender que sí era posible “pensar con el corazón'', como  lo enseña  Edith Stein en mi pieza  El regreso, la cual montamos en la temporada 2009, e inicié así mi trilogía sobre  pensadoras judías.
-¿Cómo creó su texto y cómo lo llevó a escena?
- Durante dos años los escritos de Hannah me acompañaron a todas partes. No sabía cómo comenzar a escribir. Un día sin más titubeos asumí que ya tenía lecturas suficientes como para aventurarme a encontrarme con el reto de teatralizar su pensamiento y sin saber hacia dónde me dirigía comencé a escribir. Funcionó. Las ideas de Hannah comenzaron a encajar en esa especie de rompecabezas que va tomando forma y comprendí que la única manera de escribir sobre Hannah era con un corazón pensante. Me apropié con libertad de su pensamiento como testimonio viviente y así nació esa mujer que en apariencia es distante y que cuando uno penetra su palabra descubre su apuesta por el “Amor Mundi”.
-¿Qué pasará ahora con el espectáculo'?
-Queremos llevarlo a Nueva York, pero el Festival previsto para octubre fue adelantado para mayo y perdimos la oportunidad, así que ante la circunstancia decidimos intentar presentar en octubre la pieza de nuevo, probablemente de nuevo en la UCAB y con posibilidades de un fin de semana en la sala Humboldt, mágico lugar que nos permitiría la realización de un foro al terminar la pieza. Estamos convencidos que la reflexión que nos permite el pensamiento de Hannah nos abre un camino con luz. No podemos encerrar en la oscuridad una apuesta a la esperanza y eso es Sólo sé de mí.
-¿Satisfecha?
-Sí, muy satisfecha por los resultados porque logramos llevar al público a ver la pieza en Escena 8 y logramos abrir un espacio para la reflexión en las zonas teatrales de Caracas. El público se mostró muy interesado. Y para mi escuchar las distintas opiniones que la pieza generó fue una ratificación de que si tenemos un público abierto a un teatro que te exige mucho.
 -¿Qué viene después?
-Viene La virgen roja, texto escrito sobre el pensamiento de Simone Weil, donde se plantea un experimento dramático que si resulta, permitirá recorrer muchas aulas y universidades. Es la tercera mujer judía que reúno en mi trilogía ''Pensar con el corazón''.
-¿Cómo va la obra social en El Páramo?
-El trabajo del grupo en El Páramo va concretándose más cada día. Se extiende nuestro contacto con las comunidades y hemos conseguido trabajar más a fondo en zonas aisladas de muy difícil acceso. Salimos los primeros días de agosto a iniciar nuestras actividades de teatro con los integrantes del Teatro UCAB. La idea es darles talleres teatrales a 400 niños que no podrían recibirlos por lo aislado de sus comunidades. Es abrir una opción de crecimiento e igualdad a todos esos muchachos que con tanta ilusión esperan sus vacaciones. Por otra parte se han abierto experiencias nuevas en comunidades que estaban con serios problemas de abandono del campo. Volver a apreciar sus raíces y hacerles comprender que vivir en sus tierras es fundamental para el país que queremos. Y en Caracas pudimos trabajar con Antímano, La Vega, Carapita y Las Mayas, donde unos 600 niños se benefician con los jóvenes del grupo. Y seguimos.
37 años de Teatro UCAB
Han transcurrido 37 años de la puesta en marcha del Teatro de la Universidad Católica Andrés Bello (Teatro UCAB),  fenómeno educativo que ha contribuido al fortalecimiento de la sociedad civil y además a la repotenciación de una disciplina artística importante. Virginia Aponte, una de sus fundadoras y columna clave por su accionar dentro y fuera del claustro académico,  cuenta que entre 1974 y 1975 se trabajó para arrancar con el grupo teatral de Humanidades que el padre Plaza le había pedido al profesor Marcos Reyes Andrade. “En esa época estaba en el último año de Comunicación Social y Marcos había sido mi profesor de teatro dos años antes. Él convocó a unos alumnos, entre ellos Javier Vidal y yo para darle vida a El proceso a Jesús de Diego Fabri. Estuvimos trabajando en esa idea desde octubre hasta abril, donde yo era la asistente de dirección, La estrenamos el 17 de ese mes y a partir de ese momento empezamos a caminar juntos, Marcos y yo. Comencé a trabajar a partir de 1975 en la UCAB, después que la dirección de Cultura me contrató como profesora a tiempo completo. Marcos se fue  años después y el rector Guido Arnal creó el cargo de directora del grupo Teatro UCAB y se me dio el nombramiento. Nuestro horizonte profesional era que el grupo  pudiese hacer conocer el mejor teatro posible en el ámbito universitario y además estar en condiciones de presentarlo en el interior del país. En total no son menos de 100 textos los que hemos escenificado, hasta ahora”.

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