martes, julio 31, 2012

Premio Nacional para Néstor Caballero


Néstor Caballero obtuvo el Premio Nacional de Teatro 2012 , presea que otorga el Estado, por intermedio del Gobierno Bolivariano de Venezuela, como reconocimiento a sus aportes al desarrollo de las artes escénicas. Este galardonado, también identificado como Néstor Martínez Caballero (Aragua de Barcelona,7 de julio de 1951), tiene una veintena de obras y guiones que han merecido no menos de 34 galardones dentro y fuera de Venezuela.
En 2008, ganó el II Concurso Nacional de Creación Contemporánea y Dramaturgia Innovadora 2008, por la obra Las lunas de Maisanta, que le adjudicó el Instituto de Artes Escénicas y Musicales, y el cual consistía en 30 mil bolívares, un pergamino y derecho a la publicación.
Caballero advierte que el teatro es una manifestación que por su complejidad requiere de una gran inversión pues en ella concurren todas las demás artes para poder expresarse. Comenta, que escribió su teatro sobre Maisanta, el antepasado del presidente Hugo Chávez Frías, porque, “ya desde la mitad de los años setenta, en el Teatro El Triángulo conocí del personaje, no sólo Maisanta, sino también Zamora, a través del maestro César Rengifo. En ese tiempo se estudiaron diversos hitos históricos revolucionarios”.
Es por eso que su primera pieza, El rey de los araguatos, es sobre la Guerra Federal, sobre Ezequiel Zamora, la cual le dio el premio del Nuevo Grupo de 1978. “Desde ese tiempo me propuse escribir dramaturgia partiendo de nuestra historia nacional, de ahí salieron mis piezas: Longanizo (sobre Simón Bolívar); Toñito, centrada en Antonio José de Sucre y Dados, que alude a Rafael Urdaneta. Pero también me propuse abordar la historia nacional sobre aquellos personajes que nos fueron negados en la historia oficial, así como también de aquellos anónimos que terminaron arrastrados por la historia y sus circunstancias”.
Puntualiza que la investigación forma parte ardua de la creación cuando se trata de la historia en mayúscula. “Hay que investigar todo el ciclo vital del personaje a través de lo económico, de lo político, de las finanzas, de lo militar, de lo social y de los diálogos y costumbres de la época. Luego de ello, en ese moldura, viene la historia dramatúrgica en sí, el argumento encuadrado en todos los hitos reales y dialécticos que componen al personaje viviendo en un momento histórico preciso. Interviene luego la imaginación, el conocimiento de la escena, la poesía y sobre todo visitar el alma de la persona para convertirlo en dramaturgia, en arte”.
Todo eso está presente en Las Lunas de Maisanta, quien fue fiel a sus principios aunque otros revolucionarios terminaran siendo séquitos del dictador Juan Vicente Gómez.
-¿Hay un sino trágico en la vida de casi todos los luchadores venezolanos por la libertad?
- Sí, porque se enfrentaron a todo un sistema clasista instituido desde la Colonia. Un sistema de poder dominante, de oligarquía férrea, poca pero poderosa que aún hoy en día se hace sentir con fuerza para no perder sus privilegios. La dominación es no sólo un hecho económico, sino mental, sobre todo cultural. Ese sistema terrible hace ver como normal algo que no lo es y se inocula como un virus en el pensamiento del dominado. Ahora bien, ser un visionario, un revolucionario, un luchador por la libertad y la igualdad, no sólo es enfrentarse a esa oligarquía, sino también a los dominados porque no tienen concientización de la explotación a que son sometidos.
Insiste en que el problema es cultural y lo que sucede es que la historia es irrefrenable y de contradicciones en contradicciones se va llegando a la revolución a través de un pueblo que primero actúa por intuición, por descontento y luego por formación encabezado por un líder que siempre motoriza, empuja, estimula y acompaña a los dominados en su lucha. “Cuando un pueblo está preparado, siempre aparecerá el líder. Entonces, no es un sino trágico per se, sino que todo cambio que es aniquilado por la oligarquía, es recogido, tomado luego por otros líderes en tiempos propicios y se sigue avanzando”.
Longanizo se monta actualmente en varias partes del país a través de grupos de teatros populares, así como profesionales, tal es el caso del director Dairo Piñeres que la exhibe en el Celarg. El Teatro Estable de Maracay la tiene en cartelera hace años. Cuando una obra encuentra su público, se pierde de vista del autor. Espero que mi pieza sobre Maisanta caiga como una semilla que germine y se esparza y se monte. Por los momentos no está en mis planes dirigirla”.
TEATRO EN INTERNET
La producción teatral de Caballero comenzó con El rey de los araguatos (1978) y prosiguió así: Cazadores del Arca Perdida (1980), Toñito (1980), La última actuación de Sarah Bernhardt (1981), Las bisagras o Macedonio perdido entre los ángeles (1982), Los hombres de Ganímedes (1985), Longanizo (1988), Mister Juramento (1988), Dados (2003), Con una pequeña ayuda de mis amigos (1983), Los taxistas también tienen su corazoncito (1987), Musas (1989), Desiertos del Paraíso (1993), Oliverio, el Migajita (1997), Se llama Simón (1998) y Las lunas de Maisanta (2008).
Actualmente trabaja la trilogía teatral Cielo inútil y la integran: Cielo azul,que es la guerra del hombre contra Dios y la religión;Cielo dorado, que es otra guerra del ser humano contra el amor, es la guerra del amor, y Cielo deslucido, la guerra del ser humano contra la muerte. “Terminé la primera y la idea es que cuando estén listas se monten consecutivamente, porque son los mismos personajes, dos actores y dos actrices, y tienen la misma escenografía, pero las situaciones son diferentes. Gracias a la Internet, mis piezas teatrales se pueden consultar y bajar de mí pagina web:www.nestorcaballero.com. El tiempo dirá que pasó con lo que escribí”.

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